Leo con estupor en este medio cómo Dª Aitana Mas, anterior vicepresidenta del Consell, arremete contra la autorización de las obras de relleno del muelle norte del Puerto de Valencia. Es otro más de los artículos aparecidos este fin de semana, como en de D. Antonio Montiel, o la intervención de Dª Àgueda Micó en la tribuna del Congreso.
No entraré en disquisiciones acerca del comercio mundial, las relaciones laborales dentro del puerto, nuestros lazos con el vecino del Norte o la estética de las fotografías brindando por un acuerdo después de once años de espera. Como tengo la desgracia de ser ingeniero (como Dª Aitana Mas ), me limitaré a la afección a las playas y la Albufera, el incremento del transporte y su contaminación añadida y, ya puestos, a pontificar, dar algunas ideas para que las buenas gentes preocupadas por el Medio Ambiente prosigan en su encomiable lucha.
Las playas retroceden porque no hay aportes de los ríos y porque los diques cortan la corriente litoral a partir de una profundidad dada. El remedio, para seguir con nuestro exitoso modelo de sol y playa, del que vivimos, es rellenar con arena mediante gigantescas y costosas dragas y barcos (como los tres millones de metros cúbicos recientemente dispuestos entre Pinedo y El Saler), en cumplimiento de las medidas correctoras que en su día se previeron para anular dicho efecto barrera del dique Norte. Lástima que el incremento del nivel del mar, que se calcula en unos 82 centímetro para final de siglo, y el aumento correspondiente de la gravedad de los temporales no augure nada bueno a nuestro litoral.
Respecto al aumento del transporte y la contaminación, por incremento de camiones y barcos, lo que ya hacemos es separar dicho tráfico de la urbe donde vivimos. Cuando yo empecé en este gremio, ejecutamos el acceso Sur al Puerto de Valencia desde la V-30. Si ahora se hace un acceso Norte desde la V-21, tampoco me sorprenderá demasiado, y poco afectará a la ciudad. De los barcos cuando llegan a puerto ya se encarga la normativa europea, y apagarán motores para conectarse al suministro eléctrico verde previsto. Y no se olvide que el grueso de mercancías saldrá de la terminal ferroviaria a construir, unida a ese prodigio de la Ingeniería que será el Corredor Mediterráneo. Por cierto, ¿por qué no han sido capaces de disponer un solo cargador de coches eléctricos, ni implantar la zona de bajas emisiones, ni incrementar significativamente (no valen plazas duras) el área ajardinada de nuestra fastuosa Capital Europea Verde, desde hace ocho años?
Para acabar con el pontificado: ¿No creen que el estado de abandono y no terminación de las obras de depuración de las aguas residuales que llegan a la Albufera es importante? ¿No creen que acabar con los pozos ilegales que drenan el acuífero del Júcar e impiden el aporte de agua a la Albufera es también importante? ¿Cabe pensar en eliminar edificaciones residenciales en zona marítimo-terrestre y sus viales de acceso? ¿Quizá un transporte público, como un tranvía, para eliminar los coches y sus aparcamientos?
Que yo sepa, Compromís es aún Gobierno de España. Pues que se note...
Ignacio Cuartero es ingeniero de Caminos Canales y Puertos