Tras pasar cuatro años en Japón —y pese a las ofertas de Sony o Phillips— decidió volver a la Comunitat Valenciana e integrase en Zumex. Así es José Alberto González
VALENCIA.— José Alberto González (Valencia, 1983) se crió viendo los diseños y esculturas de su padre, Martín Consuegra. Si bien las figuras que hacía para Lladró no despertaron su interés, sí lo hicieron los modelos y prototipos posteriores que realizó, como por ejemplo el del salpicadero del Seat Ibiza en barro o productos de empresas de muebles: «A los catorce años ya tenía claro que me interesaba el diseño industrial», confiesa.
Tras unas prácticas en el taller de su padre, pasó rápidamente a realizar los proyectos de interiorismo de la promotora constructora Oltrasa, para posteriormente concebir expositores y mobiliario a medida para showrooms, principalmente para el sector cerámico, en la empresa Polcart.
El gran salto llegó tras la bienal de diseño de Saint-Étienne de 2010, cuando un head hunter le contactó. El proceso de selección resultó ser para Yamaha y culminó con el aterrizaje de José Alberto González en Hamamatsu, a los pies del Monte Fuji, a medio camino entre Tokio y Nagoya. En la misma ciudad está otro coloso, la marca Roland, fundada en su día por exingenieros de Yamaha.
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