VALÈNCIA. Un tormentoso 26 de noviembre de hace seis años un numeroso grupo de militantes socialistas se reunió en Xirivella. La localidad fue escogida por la insistencia de su alcalde, Michel Montaner. Los municipios inicialmente destinados a celebrar ese encuentro eran Silla y, posteriormente, Torrent, como capital de la comarca. No obstante, acabaron aceptando la oferta persistente de Montaner y se congregaron en la plaza de la Concordia de Xirivella.
El objetivo de esa concentración, que reunió a más de un millar de personas cuando los organizadores hacían una previsión más pesimistas, de 300 o 400, consistía en escuchar a un líder que había sido defenestrado por su partido. Pese a ello, no se rindió y protagonizó un resurgir que le ha llevado a lo más alto de una carrera política nacional.
Aquel 26 de noviembre Pedro Sánchez revivió ante un público enfervorizado y entregado a su causa, la de, como remarcaba, dar voz a la militancia. Aquel 26 de noviembre de hace seis años constituyó la fecha que marcó el inicio de la vertiginosa progresión del actual presidente del Gobierno.
La suerte le acompañó, ya que durante unos minutos tensos, el acto estuvo a punto de ser suspendido debido al temporal. En el hecho de que no lo fuera tuvo también, según revelación posterior del propio interesado, un papel fundamental el anfitrión, el omnipresente Montaner.
A partir de aquella jornada, con una lluvia torrencial que la embadurnaba de un marchamo de épica, llegaron su triunfo en la carrera por la secretaría general del PSOE, la moción de censura que destronó a Mariano Rajoy y dos elecciones consecutivas ganadas.
Ese 26 de noviembre estaban, junto a Sánchez, quienes mucho le ayudaron en aquel momento. En primera línea aparecían, entre otros, el que posteriormente sería plenipotenciario ministro y secretario de organización, José Luis Ábalos; el lobby socialista 3.0 casi al completo con referentes como el requenense Toni Quintana o el por entonces diputado provincial Bartolomé Nofuentes; el primer edil de Albal, Ramón Marí, y por supuesto, el alcalde de Xirivella.
Esa fecha histórica para el socialismo y, sobre todo, para su máximo responsable a nivel nacional, fraguó el ascenso de un líder y la edición de un libro que se basaba en el movimiento que acompañó al retorno triunfal de Pedro Sánchez.
De notario literario de aquel acto y de lo que allí se gestó ejerció el propio Michel Montaner, autor de El Espíritu de Xirivella. Define su obra, que publicó año y medio después, como “el libro que recoge aquellos intensos meses de lucha, frustración, trabajo, sacrificio y compañerismo entre los militantes y simpatizantes socialistas”.
Con su ejemplar bajo el brazo, el alcalde de Xirivella recorrió agrupaciones de su partido de toda España explicando lo ocurrido en su localidad. Montaner fue de los que estaban en la sede de Ferraz abrazando a Pedro Sánchez cuando en abril de 2019 ganó las elecciones.
Seis años después, ¿qué ha quedado de todo aquello? "Nada. Absolutamente nada ni nadie. Únicamente Pedro Sánchez. No conozco a otro secretario general en la historia del partido que se haya desecho de la forma que él lo ha llevado a cabo de todos quienes le ayudaron en aquellos momentos. No ha existido una reciprocidad en la lealtad. Nosotros lo fuimos totalmente con él; en cambio, el actual presidente ha optado, con el tiempo, por gente que entonces le dio la espalda", recuerda una de las personas que estuvieron más cerca de Pedro Sánchez en aquellos tiempos.
Como ejemplo más clarificador subraya el del ex ministro Ábalos. El actual secretario general del PSOE, por aquel entonces defenestrado, se quedaba en su casa cuando venía a Valencia. "Después le ha dejado caer por el precipicio de la política", puntualiza este testigo preferente del denominado Espíritu de Xirivella, que destaca, de forma elocuente, que "de aquellos tiempos ya no queda ni el chófer de Pedro Sánchez".
Michel Montaner, por su parte, hace tiempo que no habla de su libro. En 2019 ascendió casi en paralelo a Pedro Sánchez: mejoró sus resultados electorales, con lo que ya no tiene que alternar la alcaldía como en el pasado mandato, y logró ocupar un puesto de salida en la candidatura a Les Corts del PSPV por la provincia de València, lo que que en la actualidad le permite contemplar la política desde la atalaya de un escaño de diputado autonómico.
Estas semanas, con el desgaste de la gestión del presidente del Gobierno y con la marca PSOE con menos tirón electoral que hace cuatro años, el primer edil de Xirivella ha iniciado una campaña de visitas a casas de sus convecinos a la hora de la cena.
En lugar del libro, ahora muestra un generoso trozo de tarta y luce una sonrisa. Le espera una dura pugna contra Paqui Bartual, una candidata en la que el PP tiene puestas grandes expectativas para recuperar esa alcaldía, la del municipio que dio pie a lo que se conoció, hace ya seis largos y cambiantes años, como El Espíritu de Xirivella.