Del polideportivo al derribo del antiguo estadio: las fichas del Nou Mestalla, a negociación

VALÈNCIA. La reunión entre la alcaldesa de València, María José Catalá, y las portavoces de la oposición para negociar la aprobación de las fichas urbanísticas del Nou Mestalla tendrá lugar este jueves por la tarde. Un encuentro en el que la primera edil buscará el apoyo de la portavoz de Compromís, Papi Robles, o su homóloga en el PSPV, Sandra Gómez, para sacar adelante estos documentos que fijan las condiciones que el Valencia CF ha de cumplir para poder explotar los suelos terciarios y residenciales vinculados a la construcción del nuevo coliseo y el derribo del antiguo.

Estas fichas, elaboradas por el anterior ejecutivo con la propia Gómez al frente de la concejalía de Urbanismo, apenas han sufrido variaciones de manera que su contenido no está en discusión. Pero Compromís y PSPV condicionan su visto bueno a que el ejecutivo de Catalá se comprometa a suscribir un convenio con el Valencia CF para asegurar que el Nou Mestalla sea un estadio 'cinco estrellas', como el que se acordó en su momento. La alcaldesa, sin embargo, defiende no firmar un convenio hasta que no estén en marcha las obras, si bien se ha comprometido a exigir al club esas condiciones de 2005.

Las fichas urbanísticas sirven, entre otras cosas, para establecer las condiciones que ha de cumplir el club che para poder explotar los suelos residenciales y terciarios previstos tanto en las parcelas del antiguo Mestalla como en los terrenos anexos al Nou Mestalla. De esta manera, con su aprobación, el Ayuntamiento de València se asegura de que el Valencia no puede disponer de estos beneficios urbanísticos -otorgados por el consistorio en su momento- si no ejecuta las obras del nuevo estadio, además de otras condicionantes.

Acabar el Nou Mestalla y el polideportivo 

Por ejemplo, se vincula la ejecución de los suelos de la avenida de Aragón a acabar el nuevo estadio. Se trata de más de 120.000 metros cuadrados de techo de uso residencial y terciario para cuyo desarrollo "será requisito necesario" la licencia de construcción del nuevo estadio "así como que se acredite por parte del promotor el efectivo inicio de las obras". Sin eso, según las fichas, no podrá aprobarse el PAI de Aragón, la herramienta urbanística necesaria previa para la construcción de las nuevas fincas.

Pero además, el Valencia sólo podrá disponer de los suelos para las nuevas promociones de viviendas y el terciario cuando "las obras de construcción del nuevo estadio hayan finalizado y éste se encuentre en condiciones de ser puesto en funcionamiento" y siempre que "la demolición del actual estadio de Mestalla esté efectivamente ejecutada" o al menos "se haya obtenido licencia de demolición" o depositado un aval por el coste de dicha actuación.

Otra de las condiciones que fijan las fichas es el polideportivo municipal anexo al nuevo estadio, que ha de pagar el Valencia. En ese sentido, si el club -u otro promotor- quiere obtener "cualquier licencia de edificación de obras de nueva planta" para los suelos de uso terciario en la avenida de Cortes Valencianas, tendrá primero que ingresar "en la tesorería municipal el importe" relativo "la construcción del polideportivo municipal", que el pasado mandato el gobierno local cifraba en 9,8 millones de euros.

A todo ello, se suma una retahíla de obras correctoras y de urbanización tanto en el entorno del Nou Mestalla como en el ámbito de la avenida de Aragón, que el Valencia estará obligado a cumplir. Por ejemplo, la dotación de buses lanzadera en el entorno del nuevo coliseo, o la habilitación de guardabicis vigilados y la construcción de carriles bici segregados tanto en el Nou Mestalla como en el entorno del antiguo estadio.

"Primero las fichas y luego el convenio"

Cabe recordar, como publicó Valencia Plaza, que al Ayuntamiento de València le interesa tener aprobadas estas fichas antes de que llegue el 3 de agosto. Entonces acaba la suspensión de licencias aprobada hace casi dos años por la Generalitat. Si se sobrepasa ese día y no están las fichas aprobadas, el Valencia podrá disponer de los beneficios urbanísticos sin tener que cumplir con las obligaciones a las que obligan las fichas. Por ello tanto la concejalía de Urbanismo, dirigida por Juan Giner, como la alcaldesa buscan su aprobación antes. Pero hasta ahora no ha habido acuerdo.

Con Vox fuera de la ecuación -no apoyará cualquier negociación con el principal accionista del Valencia CF hasta que no se haga una auditoría externa sobre el proyecto del estadio-, la alcaldesa necesita recabar el apoyo para las fichas de, al menos, uno de los dos partidos de la oposición, Compromís y PSPV, que le exigen que el Ayuntamiento suscriba un convenio con el club donde se especifiquen las características que ha de cumplir el estadio nuevo -aforo de 70.000 espectadores, instalaciones de primer nivel, aparcamiento suficiente, etcétera-, dado que las fichas sólo condicionan la explotación de los aprovechamientos urbanísticos, pero no cómo será el Nou Mestalla.

Este miércoles, la alcaldesa dijo buscar que "el Valencia arranque las obras, pero tener antes atada la posición de fuerza de la ciudad con las fichas" antes de llegar al 3 de agosto. Así, en una entrevista en Onda Cero, Catalá mantuvo, como había hecho en los últimos meses, que "no" va "a negociar ningún convenio con el Valencia CF" hasta ver que las obras están en marcha "y con buen rendimiento". Además, explicó que en el caso de que se acordara un convenio, "se tienen que aprobar primero las fichas en el pleno municipal y, sobre la aprobación de las fichas, trabajar el convenio".

Con todo, la primera edil dijo hace dos semanas que la intención del gobierno municipal es exigir al Valencia CF que "acredite" dos puntos. En primer lugar, "un cronograma de inicio y finalización de la obra". Y por otro lado, que el estadio cumpla con los requisitos fijados en los convenios de 2005 y 2007. Esto es, y según aquellos acuerdos, un campo con "un aforo mínimo de 70.000 espectadores", "dotado de las más modernas instalaciones", una pista de atletismo, y elaborado por un arquitecto de reconocido prestigio.