VALÈNCIA. La alcaldesa de València, María José Catalá, ya ha movido ficha para negociar con el resto de partidos del Ayuntamiento de València la aprobación de las fichas urbanísticas del Nou Mestalla pendientes desde finales del pasado mandato. En la junta de portavoces de este viernes, la popular propondrá fijar fecha para una reunión donde alcanzar un acuerdo sobre estas fichas, donde se fijan las condiciones que el Valencia CF ha de cumplir para explotar los suelos terciarios y residenciales vinculados a la construcción del nuevo coliseo.
"Mañana tengo junta de portavoces y me imagino que se establecerán fechas para una próxima reunión y que cada uno respire", aseguró la primera edil a preguntas de los medios de comunicación, para añadir que no va a "dejar de tener la voluntad de asumir compromisos conjuntamente con toda la corporación". Los populares, que dirigen la concejalía de Urbanismo con el edil Juan Giner al frente, querían esperar a la resolución judicial sobre la ATE para aprobar las fichas, preparadas por el anterior gobierno municipal. En marzo, el TSJ avaló la caducidad de la ATE y, por tanto, dio vía libre para configurar este nuevo marco urbanístico. Vox ya ha anunciado que no apoyará las fichas, por lo que Catalá necesita el apoyo de al menos una de las fuerzas de la oposición, Compromís o PSPV.
Las fichas urbanísticas afectan a los terrenos tanto del Nou Mestalla como del antiguo estadio. Y en ellas, además de incluir aspectos arquitectónicos, el consistorio fija los condicionantes para que el Valencia CF pueda explotar los aprovechamientos urbanísticos residenciales (75.900 metros cuadrados) y terciarios (54.000 metros cuadrados), obligándole antes a ejecutar determinados hitos como la construcción del polideportivo de Benicalap o la conclusión del propio estadio. Cabe recordar, como publicó Valencia Plaza, que al Ayuntamiento de València le interesa tener aprobadas estas fichas antes de que llegue el 3 de agosto.
Entonces expira la suspensión de licencias aprobada hace casi dos años por la Generalitat; si se sobrepasa ese día y no están las fichas aprobadas, el promotor puede solicitar los permisos sin condiciones. Eso, en lo jurídico. Porque en la práctica, esta fecha límite no tendría por qué ser determinante, precisamente porque la incertidumbre urbanística sobre el nuevo estadio no es un aliciente para que un promotor decida edificar en un suelo terciario anexo a un coliseo 'esquelético'. Pero lo cierto es que, legalmente, podría hacerlo sin ataduras si se llega a ese día sin las fichas urbanísticas aprobadas.
Por otra parte, el nuevo coliseo requiere de los permisos de obra. En enero, el club che presentó la solicitud de licencia, y entonces Catalá aseguró que tendría las licencias en tres meses. Sin embargo, este jueves aseguró que el consistorio no tiene en su poder el proyecto completo, que sería necesario para que el Ayuntamiento realizara sobre él una auditoría externa, tal como aprobó en febrero: "Solo tenemos un folio de la licencia con la memoria económica", aseguró: "Cuando se presente un proyecto serio, un externo hará la auditoría como se acordó [...]. El Valencia tiene que presentar un proyecto completo".
Con todo, dejó claro que la intención del gobierno municipal es exigir al Valencia CF que "acredite" dos puntos. En primer lugar, "un cronograma de inicio y finalización de la obra". Y por otro lado, que el estadio cumpla con los requisitos fijados en los convenios de 2005 y 2007. Esto es, y según aquellos acuerdos, un campo con "un aforo mínimo de 70.000 espectadores", "dotado de las más modernas instalaciones", una pista de atletismo, y elaborado por un arquitecto de reconocido prestigio.
Esto no implica que se haya de cumplir con las maquetas presentadas a lo largo de estos tres lustros, sino que el proyecto ha de contar con las condiciones que se marcaron por escrito, señalaron fuentes municipales al respecto. Así, la alcaldesa dijo que su intención es que el consistorio "tenga todas las garantías antes de emitir cualquier tipo de autorización, licencia o permiso de que el club cumpla con la ciudad y con la afición. No vamos a dar nada sin recibir todas las garantías".
El quid de la cuestión es, en ese sentido, cómo exigir dichas garantías, dado que los beneficios urbanísticos de suelo residencial y terciario para el Valencia siguen intactos -la caducidad de la ATE no supuso la supresión de dicha edificabilidad- y las fichas urbanísticas que se quieren aprobar sólo fijan las condiciones para explotar ese suelo, en ningún caso se refieren a las características que ha de cumplir el proyecto del nuevo coliseo. Por ello, tanto Compromís como PSPV exigen a Catalá que el Ayuntamiento suscriba un convenio con el Valencia CF donde se especifiquen esas obligaciones: aforo de 70.000 espectadores, instalaciones de primer nivel, aparcamiento suficiente, etcétera.
Este jueves, la portavoz de Compromís, Papi Robles, criticó que la alcaldesa asegurara en enero que le daría la licencia al VCF en tres meses y ahora saliera "a reconocer que no tienen el proyecto y que sólo hay una hoja de valoración económica del cutre estadio".Así, exigió la auditoría externa del mismo "para saber el coste el estadio" pero también que se convoque la reunión que planteó Catalá para saber la postura de los grupos respecto a las fichas urbanísticas y el convenio con el club, algo que desde este partido señalan que se solo aceptarán si se aprueban de manera conjunta.
La pasada semana, el edil del PSPV Borja Sanjuán ya dejó claro que para los socialistas hay que aprobar "fichas más convenio, y a la vez", que era "el plan" del anterior ejecutivo. Y acusó a la alcaldesa de estar "trabajando activamente" para que el Valencia CF disponga de "todos los beneficios urbanísticos sin ninguna condición" al rechazar la firma de un convenio con el club. Esta semana, la portavoz socialista, Sandra Gómez, recordó que el ejecutivo anterior puso "las bases y los caminos para una solución, una solución clara, una solución nítida. Y es no rebajar ni una sola de las condiciones o de las exigencias que hay que hacerle a Meriton; unas condiciones que parece que la señora Catalá se resiste a mantener y por eso no sabe muy bien qué hacer hoy con este problema".