Cada nuevo avance tecnológico al que asistimos supone un paso más en el logro de mejorar la calidad de vida de las personas, pero en este emocionante camino de la innovación, no debemos olvidar que cada uno de esos avances conlleva una responsabilidad, tanto con la sociedad como con el entorno en el que vivimos y a lo que me refiero, no es a otra cosa que lo que conocemos como digitalización sostenible.
La digitalización ha traído consigo enormes beneficios como son, entre otros, la accesibilidad a la información, la eficiencia de los procesos, la capacidad para conectar personas de todo el mundo; pero también ha generado una creciente preocupación sobre el impacto que todo esto tiene en nuestra sociedad actual.
La tecnología no solo tiene como finalidad hacer más sencillas las actividades del día a día, sino también aprovechar, de forma más eficiente, los recursos a nuestro alcance, es decir, dar respuesta a las necesidades del presente sin comprometer los recursos de las generaciones futuras. Y esto pasa por considerar de forma fehaciente aspectos como la eficiencia energética, la minimización de residuos digitales y la reducción de su huella de carbono, la innovación, el reciclaje o el consumo responsable.
La innovación tecnológica juega un papel importante en los desafíos que se presentan, actualmente, en materia social, económica o medioambiental, ya que gracias a estos avances tecnológicos disponemos de herramientas que hacen posible una gestión inteligente de los recursos y, por lo tanto, una mejora de la calidad de vida en el futuro.
Digitalización y sostenibilidad pueden parecer conceptos opuestos, ya que la primera, a menudo, implica el uso intensivo de recursos, como energía y materiales, para producir dispositivos electrónicos y mantener centros de datos. Sin embargo, si se gestionan de manera inteligente, la digitalización puede ser una herramienta poderosa para avanzar en la sostenibilidad, por su capacidad de generar conocimiento y aportar elementos clave para lograr objetivos en materia de desarrollo sostenible que, hoy en día, sería imposible alcanzar de otra forma.
Pero la digitalización sostenible no es responsabilidad exclusiva de las personas o de las actuales y futuras generaciones, ni siquiera es responsabilidad exclusiva de las empresas o de los gobiernos; la digitalización sostenible es una responsabilidad común, un esfuerzo de la sociedad en su conjunto para establecer estándares y regulaciones que fomenten prácticas sostenibles en la industria tecnológica y en todas las esferas de la sociedad.
Y es, precisamente, por la importancia y actualidad de este tema, por lo que, en la VI edición del Congreso de Tecnologías Emergentes del próximo 8 de noviembre queremos poner el foco de análisis y de reflexión en la tecnología sostenible, analizando hacia dónde apuntan las nuevas tendencias en innovación y cómo la sostenibilidad es fundamental, tanto para la sociedad como para las empresas y organizaciones.
A medida que avanzamos hacia un futuro, cada vez más digital, debemos adoptar una visión de la tecnología que sea respetuosa y que busque un equilibrio entre la innovación y la sostenibilidad.
Hay indicios para afirmar que la tecnología sostenible y las empresas verdes serán un aspecto clave en los próximos años. Su implementación puede marcar la diferencia en la forma en la que cuidamos del planeta. Las acciones que se desarrollen hoy afectarán al mañana de forma irremediable y, ello, solo depende de nosotros.
Nuria Lloret es presidenta de Aecta