VALÈNCIA. El Institut Valencià de Cultura estrena direcciones adjuntas. María Fuster fue la gran sorpresa de los nombramientos propuestos por la comisión para la primera línea de gestión del ente. Conocida por ser una de las presentadoras estrella de los primeros años de À Punt, Fuster da el salto a la gestión cultural para ocuparse del sector audiovisual, que además incluye también al sector de los videojuegos. Ayer se hicieron públicos los diferentes proyectos ganadores (Audiovisuales, Artes Escénicas y Música), que dibujan las prioridades de las distintas áreas que gestionarán Fuster, María José Mora y Joan Cerveró, respectivamente.
Fuster presenta su proyecto bajo el nombre Llums, càmeres, acció! Convertint idees en històries cinematogràfiques, en el que dibuja una línea muy continuista con la gestión sobre todo de Francesc Felipe y también de Jose Luis Moreno en algunos aspectos, y busca potenciar otros, además de retomar asuntos que quedaron pendientes tras el cese abrupto de su predecesor. El proyecto se divide en tres áreas: Organización del IVC; Plan estratégico de industrias culturales; y Plan para la democratización de la cultura.
Sobre la situación de la plantilla, que en el servicio de audiovisual es especialmente sangrante, Fuster espera “tratar de mejorar la situación laboral de la plantilla es una de las prioridades para el buen funcionamiento de un equipo formado por grandes profesionales con una larga experiencia y que merecen estar a gusto ejerciendo su trabajo. Por tanto, trataremos de mejorar las condiciones y solucionar problemas crónicos que con el tiempo han ido enquistándose”. No especifica, en todo caso, cómo sería el plan de choque ni los problemas específicos de los diferentes servicios.
En primer lugar, pone en valor la programación de la Filmoteca, aunque apunta que la búsqueda de público pasa por las redes sociales; además de convertir el Día Internacional del Patrimonio Audiovisual como una oportunidad de “puertas abiertas”: “un evento multidisciplinar, con diferentes proyecciones, actividades interactivas, charlas y encuentros con personas de referencia del sector audiovisual y cinematográfico”. Además, propone “descentralizar” las proyecciones a través de dos vías: la primera, a través del Circuit Cultural Valencià; la segunda, ampliando La Filmoteca d’Estiu a Alicante y Castelló. También promete la adaptación de las salas dependientes del IVC a las necesidades de personas con discapacidad sensorial (sordera y ceguera).
Sobre el archivo, plantea la “armonización y el impulso por parte del Consell de l’Audiovisual de la Comunitat Valenciana del Archivo Fílmico del IVC y el Archivo de RTVV con el Archivo Audiovisual de la Comunitat Valenciana. Además, Fuster quiere dar un impulso en la “digitalización del archivo” y “facilitar el acceso a la ciudadanía”, poniendo el acento en sinergias concretas, como con la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC).
Sobre el archivo fílmico, de cuya situación crítica ha ido informando este diario, dice que “es clave aumentar sus recursos y establecer mecanismos para asumir y preservar el patrimonio audiovisual de la Comunitat Valenciana. Hecho que implica establecer alianzas estratégicas con organismos afines como la Filmoteca Española”, aunque no llega a señalar en qué consistiría dicha alianza. “Es crucial continuar adquiriendo material de calidad y expandir la variedad de los recursos ya recopilados”, concluye. Hay que tener en cuenta que, actualmente, la inmensa mayoría de adquisiciones del Archivo son depósitos que hacen particulares para que se puedan conservar de manera profesional, por lo que se hace sin ayuda de otras instituciones y sin coste económico.
Archivos de la Filmoteca, la revista que se descontinuó desde 2013 hasta 2017 y no se edita desde 2020, tendría unas “Jornadas Anuales, durante las cuales se presentarán los diversos artículos publicados y las investigaciones desarrolladas en los diferentes campos del audiovisual y la cinematografía”.
Sobre la programación, propone diferentes ciclos-homenajes a partir de efemérides como la creación de CIFESA (2027), el 25º aniversario de la muerte de Vicente Escrivà (2024), el 40º aniversario de la muerte de Helena Cortesina (2024), o la llegada del cine a València (2026).
La radiografía que hace sobre la relación del IVC con el sector privado es “la falta de una hoja de ruta clara y común entre el sector” además de “la fragmentación y división excesiva entre instituciones que dificulta el proceso de creación y financiación de los proyectos”. Hace suyo, por tanto, las conclusiones del estudio que presentó una de las asociaciones de productoras, PAV, hace unos meses. También señala la importancia de impulsar el Clúster Audiovisual Valenciano, fomentado igualmente por PAV.
Sobre las ayudas, principal fuente de tensión entre la adminsitración pública y el sector, Fuster promete que las ayudas a las producciones audiovisuales valencianas “se publicarán a principios de año”. Además “se fomentará un diálogo constante entre las diferentes asociaciones del sector para que participen y se impliquen en los proyectos del IVC”. Destaca una consideración que Fuster entiende como “un imperativo evidente” e “ineludible” en las ayudas: la “despolitización de la cultura”: “uno de los pilares fundamentales por los cuales se regirá la dirección adjunta del IVC es que el dinero público destinado al sector audiovisual no vayan destinados y oscilen en función del color político del momento”. Una radiografía, la de la dirección política de las ayudas, que solo ha defendido PAV, y no el resto de asociaciones.
Sobre la internacionalización, Fuster señala “la presencia constante en festivales internacionales de renombre ha destacado la calidad y originalidad del talento valenciano, recibiendo elogios y reconocimientos que contribuyen a consolidar la reputación de artistas valencianos en la escena global del cine y el audiovisual”. Y pone como ejemplo la participación en el European Film Market o el apoyo a ProMercat, Weird Market o Docs València, entre otros.
Tal vez uno de los puntos más sorprendentes del proyecto sea el relativo a los Premios Berlanga, que organiza la Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual. El proyecto, redactado en enero de 2024, no refleja que, precisamente, el Institut Valencià de Cultura rompió lazos con la entidad privada en diciembre de 2023, quitándole los fondos para la celebración de la gala. Fuster no solo habla de “un impulso renovado a los Premios Berlanga”, que ya no serían competencia alguna del IVC, sino que es uno de los puntos que más desarrolla.
La nueva directora adjunta habla de “dotarlos de prestigio y reconocimientos a nivel nacional e internacional” y “crear una marca fácilmente identificativa que lleve el nombre de la Comunitat Valenciana a todos lados”. En ese sentido, propone cambios que, en realidad, debería hacer la Acadèmia de manera independiente, como “la apertura a participantes y producciones nacionales e internacionales”; “la difusión estratégica en medios de comunicación especializados”; o “incluir la categoría de un premio honorífico internacional”.
Además, a pesar de que la Conselleria se haya desligado de la Acadèmia, Fuster apunta: “contribuiremos a las campañas a favor del aumento de asociados profesionales en la Acadèmia Valenciana del Audiovisual y en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España”. Además, amplia el ámbito de colaboración con la AVAV para la “fomentar la presencia de actores y actrices valencianos en una amplia gama de eventos, desde conferencias y talleres hasta proyecciones de películas y presentaciones”.
Sobre las salas de cine, la nueva directora adjunta plantea como una de las principales problemáticas la pérdida de salas y trabajo en la exhibición audiovisual. Por ello, expone: “Es necesario trabajar conjuntamente con las salas para proponer medidas consensuadas para invitar al público a ver películas en pantalla grande y que se convierta en un hábito saludable que forma parte de sus vidas y no en algo excepcional. Potenciar el Abono Cultural Valenciano para fidelizar al público y conseguir un incremento de aficionados que disfrutan del placer de ir al cine, sin dejar de lado mecanismos para a impulsar la exhibición de películas en valenciano en la cartelera cinematográfica o incorporar la proyección de trailers de películas valencianas en las salas de exhibición que cuentan con ayudas del IVC”. Además, entiende como objetivo prioritario que el ente se adapte a los nuevos hábitos de consumo audiovisual a través de acuerdos estratégicos con plataformas para que se conviertan en ventanas para las producciones valencianas.
El audiovisual calcula daños millonarios y se reivindican como parte de la solución para la reactivación económica de la zona