MADRID (EP). Las posiciones cortas en la cadena de supermercados Dia han vuelto a descender hasta situarse en el 11,45%, una tendencia que vienen siguiendo desde el pasado mes de agosto, cuando tocaban máximos del 21,53%, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En concreto, los bajistas han vuelto a reducir la presión sobre la compañía al pasar del 13,36% a finales de octubre a una participación del 11,45% en la actualidad.
La firma que más posiciones cortas tiene en el Grupo Dia
es Caius Capital, con el 1,59% del capital, seguido de Melqart Asset Management (0,89%) y Citadel Advisors II (0,87%). Desde el año 2010, la CNMV exige que se le comunique toda posición corta sobre cualquier valor cotizado español que exceda el 0,2% del capital social y hace públicas las que superen el 0,5% el capital.
La toma de posiciones cortas es una operativa bursátil que utilizan los inversores cuando prevén que el mercado va a bajar o está sujeto a mucha volatilidad. Las acciones de Dia caían casi un 6% pasadas las 13.00 horas, hasta intercambiarse a un precio de 0,67 euros por título, y acumulan un desplome del 83,29% en lo que va de año.
Con motivo de la presentación de resultados, Dia anunció que centrará su estrategia futura en "formatos ganadores" como Dia&Go y la Plaza, al tiempo que analiza "potenciales alternativas estratégicas" para negocios fuera de su 'core', entre los que cita su cadena de droguería y perfumería Clarel y la cadena cash&carry Max Descuento, puesta ya a la venta.
Dentro de su plan para hacer frente a la delicada situación por la que atraviesa, tras anunciar recientemente un 'profit warning', la suspensión del dividendo para 2019 y la reorganización de su estructura organizativa, con la salida de su presidenta, Ana María Llopis, la compañía también tiene en mente el cierre de tiendas no rentables en España, con aperturas en regiones seleccionadas, e incluso una posible ampliación de capital.
En este escenario, el fondo Letterone Investment, en el que participa el millonario ruso Mikhail Fridman, se mantiene a la espera después de que haya elevado su participación hasta el 29% y se sitúe en el umbral del 30% que establece la obligación de lanzar una OPA por el 100% de la compañía, según la actual legislación del mercado.