VALÈNCIA. El año que nos deja tuvo un buen número de momentos destacados que marcaron la agencia política valenciana. Cambio de gobierno en España, procesos orgánicos, decisiones políticas, disputas internas, primarias, elecciones, detenciones... esta es una selección de 10 acontecimientos que, desde fuera o desde dentro, afectaron a la Comunitat y a sus partidos políticos.
-Reversión del Hospital de la Ribera (abril). Uno de los compromisos del Govern del Botànic en esta legislatura va dirigido a recuperar la gestión pública de los centros del modelo Alzira. Al menos, dos de ellos estaban en el punto de mira: el Hospital de la Ribera, cuya concesión finalizaba este año, y el de La Marina, sobre el que también se ha prometido su asunción por parte de la conselleria antes de que termine la legislatura. Para la oposición, la reversión ha sido un desastre que ha implicado más gasto con la contratación de más de 400 personas y un aumento de las listas de espera, para el Gobierno valenciano un éxito que hubiera sido más sencillo si la empresa privada, Ribera Salud, hubiera colaborado. Más allá de los balances que puedan realizarse a medio plazo sobre la efectividad de la medida, la promesa cumplida del Consell ha sido una de las decisiones políticas del año.
-La izquierda pierde la alcaldía de Alicante (abril). El día 9 de ese mes el socialista Gabriel Echávarri dimitía de su puesto por la investigación que se le había abierto por el despido de una interina -cuñada del ahora alcalde Luis Barcala- y también por un supuesto fraccionamiento de contratos. El pacto en la izquierda había sido frágil desde el primer momento y, en esta situación, volvieron a evidenciarse las discrepancias entre los socios a la hora de elegir un relevo. En estas aguas revueltas pescó el PP: quien consiguió -en extrañas circunstancias todavía no ha aclaradas- la abstención de la tránsfuga de Podem Nerea Belmonte necesaria para conseguir la Alcaldía. Uno de los mejores días del año para el PP y peores para el PSPV.
-À Punt, a pleno funcionamiento (abril-junio). Otro de los acontecimientos políticos del año ha sido el impulso definitivo a la cadena pública de radio y televisión, que inició sus emisiones en pruebas en abril para hacerlas de forma completa en junio. Un proceso largo y complejo que, finalmente, se ha saldado con la recuperación del medio de comunicación cerrado por el PP. Aunque es pronto para juzgar los resultados y siguen existiendo tensiones políticas relacionadas principalmente con el presupuesto y recursos a destinar, es indudable que la recuperación del medio público para los valencianos es uno de los acontecimientos del año.
-Detención de Zaplana (mayo). El 22 de ese mes la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detenía al ex presidente de la Generalitat por presunto blanqueo de capitales y delito fiscal. Un nuevo golpe a un dirigente histórico del PP con estrechos vínculos con la Comunitat Valenciana que ahondaba en la desmoralización de la formación que lidera Isabel Bonig. Ahora, el foco de la actualidad ha recaído de nuevo en Zaplana que, debido a la leucemia que padece, solicita no permanecer en prisión mientras que la juez lo deniega.
-Moción de censura de Pedro Sánchez (junio). Aunque el acontecimiento tenga impacto estatal, las consecuencias se han dejado notar en la Comunitat Valenciana. Empezando por el aumento de fuerza de José Luis Ábalos, el cambio estratégico de Ximo Puig por la diferente relación con un gobierno socialista o las posibilidades de variaciones en el calendario electoral. De momento, el Consell ha conseguido del Gobierno central la condonación de la deuda de La Marina y una promesa de que en los PGE habrá un 10% de inversiones territoriales. Ahora bien, hasta el momento ni rastro de la reforma del sistema de financiación.
-Detención de Jorge Rodríguez y cambio en la Diputación (junio). Si la detención de Zaplana fue sonada, no lo fue menos la del presidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez. El socialista llegó a pasar una noche en el calabozo a cuenta, al parecer, de unas contrataciones presuntamente irregulares de altos cargos en Divalterra. La causa se encuentra bajo secreto de sumario, pero Rodríguez abandonó su cargo y fue sustituido por Toni Gaspar. No obstante, el PSPV le permite ser candidato a la Alcaldía de Ontinyent a la espera de que se conozcan más detalles del caso.
-Primarias PP nacional (julio). La moción de censura que provocó la caída de Mariano Rajoy trajo como consecuencia unas emocionantes primarias en el PP de las que salió vencedor Pablo Casado. Un proceso que también fue intenso en la Comunitat Valenciana, donde el grueso del equipo de Isabel Bonig respaldó a Soraya Sáenz de Santamaría. Finalmente, la victoria de Casado ha cambiado en cierta medida los equilibrios de poder en la estructura autonómica: los que respaldaron al nuevo líder son ahora dirigentes que han ganado fuerza.
-Dimisión de Carmen Montón (septiembre). Sin duda, la política valenciana con mayor protagonismo en la legislatura. Consiguió ascender de consellera a ministra y, apenas tres meses después, dimitía de su cargo por las informaciones relacionadas con un máster de la Universidad Rey Juan Carlos I. Montón ha sido noticia por muchas cuestiones: llevó el timón de la reversión del Hospital de la Ribera, tuvo más de un desencuentro con Presidencia, emigró a Madrid como una triunfadora, dimitió ante las sospechas de haber recibido trato de favor en un máster del que, según distintas informaciones, habría plagiado parte de su trabajo final y, ahora, tras ser archivada la causa, está moviendo ficha para regresar a la actividad política. HBO debería fijarse en Montón para hacer una serie televisiva.
-Elecciones andaluzas (diciembre). Otro acontecimiento nacional que ha hecho temblar los cimientos autonómicos es el resultado electoral en Andalucía. La pérdida del bastión socialista y la irrupción de Vox ha generado una ola de miedo y preocupación que ha alcanzado al Consell del Botànic. Pese a que todos reiteran que la Comunitat no tiene nada que ver con Andalucía -y en parte es cierto-, nadie tiene una bola de cristal para asegurar que no pudiera darse la posibilidad de un tripartito de derechas que desbancara al Botànic. Solo por esa nueva variable en las quinielas, las elecciones del sur están en este 'top' del año.
-Cuartos y últimos presupuestos aprobados del Botànic (diciembre). El acuerdo nació con dudas y malos augurios de la derecha, que lo rebautizó como el Pacte del Titànic al considerar que se hundiría más pronto que tarde. Cierto es que ha habido momentos muy complicados y, de repetirse, estos se reproducirán y nadie puede asegurar que no terminará en ruptura. No obstante, la realidad es que en el mes de diciembre se consiguió un acuerdo entre PSPV, Compromís y Podem para pactar los cuartos y últimos presupuestos de la legislatura. Un éxito que permite dotar de un manto de estabilidad al Ejecutivo liderado por Ximo Puig.
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