VALÈNCIA. En los próximos días se hará efectivo un cese que, tal y como informó Valencia Plaza, venía gestándose desde hace varias semanas en Presidencia de la Generalitat. La secretaria autonómica de Comunicación, Beatriz Gallardo, regresará, salvo sorpresa, a su puesto en la Universitat de València apenas un año y cuatro meses después de haber sido nombrada.
De esta manera, la catedrática de Lingüística se convierte así en la décima dirigente que ha pasado por este puesto en menos de 19 años. Un historial que evidencia la dificultad de un cargo en el que la media de estancia es de menos de dos ejercicios desde que lo pusieran en marcha el gobierno del PP liderado por Francisco Camps.
El primero en estrenarlo fue el exjefe de prensa de Eduardo Zaplana, Pedro García, quien permaneció en el puesto hasta mediados de 2004, cuando fue designado director general de Radiotelevisió Valenciana (RTVV). Le relevó en el cargo Paula Sánchez de León, cercana a Camps, que ocupó el cargo hasta 2007, momento en el que fue sustituida por Nuria Romeral, otra de las personas de confianza del presidente en el ámbito de la comunicación.
La salida del jefe del Consell en 2011, pese a haber ganado las elecciones, a causa del juicio de los trajes, provocó profundos cambios en Presidencia. El nuevo inquilino del Palau de la Generalitat, Alberto Fabra, apostó por la periodista Paula Meseguer para la Secretaría Autonómica de Comunicación.
En diciembre de 2013, el presidente decidía dar un golpe de timón en esta área con el nombramiento de Lola Johnson para el puesto. Sin embargo, la suerte no acompañó la maniobra y la periodista designada dimitía cinco meses después tras ser imputada por la supuesta responsabilidad en la quiebra de RTVV, causa que fue archivada. Su sustituto en el cargo fue el veterano periodista José Luis Torró, quien ya permaneció al frente del área hasta el final de la legislatura en la primavera de 2015.
La llegada del socialista Ximo Puig al Palau de la Generalitat gracias al Pacto del Botánic no cambió la tónica de designar en el puesto a periodistas. En este caso, la elegida fue la 'dircom' del PSPV-PSOE, Lydia del Canto. No obstante, a los pocos meses de ser nombrada, concretamente en octubre de ese mismo año, decidía regresar a la actualidad informativa como subdirectora del diario Levante-EMV, periódico del que procedía.
Es en ese momento cuando se produce un cambio de perfil en el puesto. Puig apuesta por el profesor de Derecho Constitucional, Ciencia Política y de la Administración, José María Vidal, un perfil técnico no relacionado con los medios de comunicación para impulsar la reapertura de RTVV (la nueva À Punt) y desatascar asuntos enquistados como las licencias de televisión y radio. Finalizada la legislatura, le sustituyó otro perfil técnico: la licenciada en Económicas y Empresariales Blanca Marín. No obstante, apenas un año después decidió cambiar de aires para convertirse en directora del Aeropuerto de Castellón.
Antes incluso de que se conociera ese destino, ya se había hecho público su adiós y la incorporación de la catedrática de Lingüística de la UV Beatriz Gallardo en el cargo. La profesora universitaria venía formando parte del grupo de expertos que asesoraba al presidente Puig en cuestiones relacionadas con la pandemia, por lo que el jefe del Consell apostó por fijarla en el Palau, trasladando las competencias más técnicas como las relacionadas con las licencias radiofónicas y televisivas.
No obstante, distintas fuentes consultadas por este diario coinciden en que en este año y medio Gallardo no ha terminado de apuntalar un espacio propio en un área en la que existen diversos periodistas de trayectoria que tienen su propia visión en lo referente a la estrategia de comunicación para el presidente. Esta sería una de las razones que habrían contribuido a la marcha de Gallardo que, incluso, podría conllevar una reflexión sobre un puesto que se ha ido ganando cierta fama de 'maldito' desde sus orígenes. La duda, según ha podido saber este diario, radica en si volver a buscar otro inquilino del mismo o que sean otros altos cargos los que terminen absorbiendo sus competencias.