"Empezamos en un garaje haciendo investigaciones sobre metodologías aplicadas a la inyección digital, analizando software de gestión de color que existían ya en otros sectores, y estudiando la forma en que pudieran ser aplicables a la industria cerámica".
CASTELLÓ. Cuando la capacidad de innovar, los conocimientos, la experiencia y la pasión por todo lo que se hace se plasma en la paleta de colores del producto cerámico se obtiene como resultado Digit-S, una empresa asociada a Asebec y nacida hace apenas una década. De fuerte especialización en el estudio de la imagen digital aplicada al azulejo, trabaja en el control gráfico y colorimétrico del producto cerámico.
Alejandro Martín Vidal, CEO de la empresa, y Joaquín Luque Flores, director de Operaciones, forman el tándem necesario de una empresa que trabaja desde el diseño y la digitalización de materiales naturales, hasta la implementación y control de los modelos en producción. Digit-S lo abarca todo en el diseño, tanto... que incluso llegaron a desarrollar un software de edición de imagen digital.
"Somos expertos en el control gráfico y colorimétrico de una imagen digital aplicada a la cerámica, una empresa especializada en software de gestión de color", resumen de manera escueta ambos, quienes no ocultan a Plaza Cerámica su entusiasmo por lo que hacen. Esa pasión que transmiten nace de la inquietud que muestran por cambiar las cosas, la manera de trabajar… Fuertemente motivados por aportar cosas positivas al sector, reconocen que no les ha ido mal en este tiempo. "Afortunadamente, nunca hemos perdido dinero desde que arrancamos"-ríen ambos-. Solo en 2021 su facturación creció en torno al 38%. Con un total de 13 trabajadores solo en su sede de Castelló y plantillas estables en el exterior, hoy exporta el 55% del volumen total de ventas de una empresa que, más que una empresa, es un concepto empresarial que rememora su vieja condición de startup y que tiene en la I+D+i su principal fuente de inspiración.
-Háblenme de los conceptos llevaron a Digit-S a su nacimiento.
Alejandro Martín.- Joaquín y yo coincidimos trabajando juntos en una misma empresa. Él era director de Márketing y Producto y yo, director técnico. Vimos que a lo largo de la década del 2000 irrumpió la tecnología Inkjet con un crecimiento espectacular. Fue cuando comprobamos que no había una metodología de trabajo que nos permitiera controlar todo el proceso de inyección dentro de las fábricas.
Joaquín Luque.-Es verdad que había mucho debate entre nosotros en cuanto al desarrollo del producto que se debía fabricar. Es decir, cuando desde el departamento de diseño creábamos un nuevo producto, nos encontrábamos con muchas dificultades a la hora de implementarlo en producción. No siempre salía lo que se pensaba y quería. Por otro lado, muchas veces nos pasaba que el control de calidad no recibía lo que se esperaba, como por ejemplo los tonos, que no siempre coincidían. Con todo esto, se generaban bastantes discrepancias en este sentido. Fue este el origen de nuestro estudio: entendimos la necesidad de buscar un sistema que pudiera controlar la fabricación del producto cerámico. Fueron estas circunstancias las que permitieron crear Digit-S.
-Y teniendo esa idea clara de la necesidad de crear un sistema de control de producto, ¿cómo fueron esos inicios de la empresa?
Alejandro M.- Nos establecimos por nuestra cuenta con el objetivo de aprender más sobre la tecnología y sobre el método de control del proceso de inyección. Nos pusimos los dos a estudiar. La empresa comenzó en el garaje de Joaquín [ríen ambos] y luego, a raíz de nuestra larga trayectoria (Joaquín llevaba ya entonces 30 años en el sector cerámico y yo 15), como conocíamos a bastante gente dentro de las fábricas… lo que hicimos fue buscar a una empresa que nos permitiera desarrollar todas nuestras ideas y, de este modo, aplicarlas en condiciones reales.
Empezamos en este garaje haciendo investigaciones sobre metodologías, analizando software que ya existía en otros sectores, y miramos que pudieran ser aplicables al nuestro… vimos cómo el textil o el papel controlaban ese proceso y estudiamos la manera de trasladar todos esos conocimientos a nuestro sector, con una diferencia fundamental, que es la parte del horno y, con él, las reacciones físico-químicas que transforman el producto por completo. Esto es algo que no ocurre en otro tipo de industrias, lo que lo cambia todo.
A partir de ahí, poco a poco, empezamos a trabajar en aquello que creíamos y que habíamos ideado, y dimos forma a la empresa, que nació como tal en 2013.
-A lo largo de esta década, desde sus inicios, ¿qué momentos creen que han sido claves para la empresa?
Alejandro M.- Básicamente, estos hitos se corresponden, con los desarrollos tecnológicos que hemos venido haciendo en este tiempo. Desde el inicio, lo que pensamos fue en un sistema que fuera capaz de controlar el producto cerámico y eso se llama software de gestión de color, que fue el primero que desarrollamos. Hicimos un estudio junto al Instituto de Tecnología Cerámica que nos ayudó en todo ese proceso y por el cual nos dieron un Alfa de Oro. A partir de ahí, desarrollamos un segundo producto que se basaba en un sistema de captura gráfica y colorimétrica de una pieza cerámica. Y ¿por qué lo hicimos?. Nosotros pensábamos que mucha gente interpreta la industria 4.0 como un sistema de control de proceso y nosotros lo entendemos como un sistema de control de producto. ¿Por qué? Pues creemos que al final lo que queda es un producto muy singular, que tiene unas características concretas y, sobre todo, porque hay una parte muy difícil de controlar que corresponde a la cuestión colorimétrica, el tono de los modelos. Digamos que es uno de los grandes hándicaps más grande que ha tenido este sector.
Todo esto solo es posible gestionarlo si existe un sistema que controle el producto, y no de proceso. Porque a través del producto acabarás controlando el proceso. Y sí, es verdad que nos hemos desviado del camino que lleva otra gente, pero es porque creemos firmemente en el control gráfico y colorimétrico del sistema productivo.
Joaquín L.- En realidad, hemos centrado siempre nuestro interés en la investigación, en la ciencia. Desde que nació Digit-S, hemos dedicado todos nuestros recursos a esta faceta. Cuando empezamos con software de gestión de color, nos encontramos al principio con los problemas que siempre acompañan a aquello que es muy novedoso. Aplicar todos esos conocimientos de otros sectores a la cerámica entrañaba muchas dificultades, pero era muy posible. Para nosotros fue una decisión importante, pero todo lo que iniciamos nos ha permitido disponer de un software que está totalmente adaptado a la industria cerámica, un software cuyo motor de color, la creación de perfiles, la transformación de la imagen... corresponden a un desarrollo interno que permite obtener unos muy buenos resultados, incluso mejores que otros que se usan en artes gráficas, en textil, etcétera, donde ya hemos empezado a probarlo.
Sin duda otro de los grandes hitos fue la precisión del color. Llevamos mucho tiempo desarrollando herramientas para que todo sea mucho más automático. Cuando de lo que se trata es de conseguir un producto en fabricación y ajustar un tono, se hace casi de manera manual, por así decirlo. Dicho de otro modo, se realizan interacciones de pruebas con las que se busca el resultado deseado. Nosotros hemos creado un sistema que, a través de software y de algoritmos matemáticos, es capaz de establecer esos ajustes y realizar el análisis colorimétrico de la imagen con el fin de lograr los objetivos marcados.
Otro momento clave fue la decisión que tomamos cuando vimos que necesitábamos un sistema de captura de cerámica, porque existen en el sector escáneres que son capaces de capturar bases naturales, pero aquí también para nosotros fue importante hacer nuestras aportaciones, de ahí vino el segundo Alfa de Oro que tenemos; y por último, diría que otro momento a destacar fue ampliar los desarrollos con inteligencia artificial y de donde ahí nace el nuevo proyecto que se llama Aitister, que es una red neuronal con la que se crean imágenes digitales de gran tamaño y resolución que se pueden imprimir sobre una superficie o se pueden aplicar en renderizado 3D, en videojuegos o incluso para el Metaverso.
Alejandro M.- En cuanto a otro hito, hay que señalar que al principio nos costó encontrar el product-market-fit, ya que comprar o vender software siempre es complicado. Al principio, para hacerlo viable comercialmente, nos centramos en buscarle un indudable rendimiento económico; con este software logramos ahorros importantes en los consumibles (las tintas), un aspecto que siempre ha sido un factor determinante en el precio del azulejo. Esa fue nuestra primera motivación en el ámbito comercial y nos permitió abrir las primeras ventas. Posteriormente, con los nuevos desarrollos, hemos sido capaces de crecer a doble dígito todos los años hasta hoy.
-¿Cuáles creen que son las principales ventajas de esta novedosa aportación de Digit-S, de este salto a un nuevo concepto con miras al producto?
Joaquín L.- En cuanto al software de gestión de color, la parte fundamental es el CMM, que es el motor que hace la transformación gráfica y colorimétrica de una imagen a un sistema de impresión. Sólo existen cinco en el mundo, y entre ellos está el nuestro. Fue para nosotros un paso importante.
-Con lo que cuentan, la I+D+i es un pilar básico de Digit-S...
Alejandro M.- Es nuestro fundamento. Para que se haga una idea, la empresa ha invertido más de cinco millones de euros solo en desarrollo e investigación. Realmente, el 60% de los recursos de la empresa se dedican anualmente al desarrollo de nuevos proyectos.
-Y esto obliga a contar con un perfil profesional altamente cualificado y especialistas 'top', no siempre fáciles de encontrar, ¿no?
Alejandro M.- Durante todo este tiempo, cuando nosotros no teníamos el personal específico cualificado, especialista en áreas concretas, lo que hemos hecho ha sido colaborar con otras empresas para hacer ese desarrollo. Esto nos ha llevado a colaborar en ciertos desarrollos con compañías muy punteras a nivel nacional e internacional; por ejemplo, en inteligencia artificial, para poder desarrollar el producto que pensábamos o queríamos hacer, nos hemos apoyado en empresas que nos han dado, no solamente el conocimiento. sino la formación para, a partir de ese núcleo, poder continuar nosotros internamente con ese desarrollo
Joaquín L.- Por nuestra experiencia, Alejandro y yo estamos acostumbrados a gestionar proyectos y manejar perfiles profesionales muy cualificados y eso es una gran ventaja porque nos ha ayudado a poder coordinar equipos interdisciplinares con los que hemos podido colaborar, estableciendo un sistema de trabajo con técnicas de organización de equipos y gestión del trabajo muy eficaces. Esto nos ha posibilitado trabajar con personas de cualquier parte del mundo.
Ahora tenemos dos proyectos en marcha en los que estamos trabajando con multinacionales asentadas en España: una empresa de Barcelona con la que estamos colaborando en un desarrollo de visión artificial, y con otra empresa madrileña que nos apoya en una parte que tiene que ver con la inteligencia artificial. Es un ejemplo de lo que venimos hablando, porque siempre ha sido una de nuestras características; la de recurrir a perfiles externos muy especializados para contribuir al desarrollo de nuestros productos.
-¿Hasta qué punto es importante la internacionalización de Digit-S?
Alejandro M.- Casi desde el inicio nosotros empezamos a trabajar con do colorificios y a partir de ahí comenzamos nuestra andadura internacional. A partir de ese momento hemos llegado a tener presencia en 14 países, pero luego llegó un punto en el que nos dimos cuenta que necesitábamos internacionalizar. La empresa crecía en el ámbito nacional e internacional, pero se nos demandaba, desde fuera, más presencia y que montáramos estructura propia para dar servicio. Eso nos permitió crecer en el exterior y hoy estamos presentes con estructura propia en China, Irán e India.
Joaquín L.- Como desde el principio hemos tenido que dar servicio a los colorificios, hemos tenido que saltar al tablero internacional, trabajar en cualquier parte del mundo. Cuando estalló la pandemia, por ejemplo, no tuvimos problemas en adaptarnos al teletrabajo; en realidad ya era una forma de trabajar que veníamos aplicando en gran medida. Es más, el desarrollo en I+D lo veníamos realizando desde diferentes puntos de España, con una organización del trabajo diario que ya era en remoto desde hacía tiempo.
Somos una empresa que físicamente estamos en Castellón, pero que realmente estamos presentes en cualquier parte del globo. La presencialidad no es una norma básica para nosotros.
Digit-S es, en realidad, nativa digital. ¿Qué ventajas reporta en estos tiempos?
Alejandro M.- Trabajamos sin problemas desde puntos muy distantes y llegamos con facilidad allí donde se nos requiere.
Nuestra forma de trabajar, por así decirlo, es como si no hubiéramos dejado de ser una startup, pese a que hayamos crecido. Nuestra capacidad de investigar, de desarrollar... se asemeja a este tipo de empresas. Nuestra gente viene de esa cultura y es la que tratamos de poner en práctica siempre. Una de las cosas que más nos motiva ha sido diferenciarnos de los aspectos más tradicionales, porque lo que nosotros hemos hecho ha sido montar un equipo de trabajo que asesora, conduce y ayuda a los propios trabajadores de las empresas extranjeras a poner en marcha sus equipos, pero que lo hagan al modo que ellos están habituados. No somos nada invasivos en este aspecto, porque no imponemos nada, sino que damos las claves, las herramientas y la formación, y que ellos sean libres a la hora de trabajar, porque el resultado siempre será más beneficioso para todos.
Joaquín L.- Todo esto también nos ha enriquecido a nosotros en cuanto a conocimientos. En estos últimos años, por ejemplo, ha mejorado de una manera sensible la seguridad del software con una adaptación plena a esa idiosincrasia que nos marcan los diferentes mercados.
Alejandro M.- La transparencia es otra de las claves de esta empresa, porque entendemos que si la información fluye a lo largo y ancho de nuestra organización y si se comparte todo lo que rodea a la actividad de la empresa, todos estaremos más alineados, ganaremos en eficiencia y flexibilidad, sin duda. Pero también ganamos en compromiso hacia los objetivos de la empresa. Y este aspecto es muy importante en cualquier organización.
-Ustedes hablan de capacidades, de equipos, de responsabilidades pero también de compromiso, ¿hasta qué punto es importante este último punto?
Alejandro M.- Pues este compromiso nace de creer en lo que se hace cada día, y de la confianza en el equipo. Es un compromiso mutuo entre dirección y trabajadores. Esto ayuda a que la empresa sea muy eficaz. Y todo es, en buena parte, gracias a esa transparencia que siempre procuramos aplicar en todo aquello en lo que estamos trabajando. Y cómo no, también es importante la comunicación, que es fundamental para nosotros.
-Y como empresa dada a investigar, a desarrollar... supongo que será importante saber gestionar el grado de frustración. ¿Es así?
Joaquín L.- Sin duda, el desarrollo de producto no está exento de un riesgo importante frente al fracaso. Siempre ha sido así. Pero esta investigación constante y la experiencia te hacen crecer también en cuanto a la tolerancia hacia esa frustración. Esto te permite sobreponerte siempre, y no sin sacrificios, llegas a ver esos obstáculos como retos que aparecen y que hay que superar con ese tesón, siempre tan necesario, que te permite lograr los objetivos. Hay que tener en cuenta que el gran valor del producto cerámico es su capacidad de innovar en el aspecto del diseño y los sistemas de impresión. Eso es algo que requiere de una investigación constante y no desfallecer, porque nada es insalvable.
-¿Y a partir de ahora, qué previsiones tienen, hacia dónde van?
Alejandro M.-Nosotros tenemos un sistema que permite capturar una pieza con alta precisión, y esa imagen la transformamos para su aplicación en cerámica; Ahora, para cerrar el círculo, estamos acabando un sistema que permita hacer correcciones de las desviaciones de tono que se producen en producción de forma automática. Digamos que, por un lado, creas un producto y lo implementas en producción con el color que quieres de forma automática y, por otro lado, cuando lo fabricas, tienes todo el control de lo que estás haciendo con la posibilidad de que puedes corregir el color en caso de que sea necesario. Este último proyecto está basado en inteligencia artificial y te permite corregir de manera automática. Será un hito importante.
¿Y sobre nuestras previsiones? La idea es seguir creciendo y aportando valor. Prevemos crecer este año en torno a un 30% de facturación, lo que nos permitirá seguir con nuestra manera de hacer las cosas y ofreciendo soluciones innovadoras al sector.