Diseño e ilustración

Premio Nacional de Diseño 2024

Héctor Serrano: "No se puede separar la funcionalidad de la emoción, van de la mano"

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VALÈNCIA. Este año ha sido doblemente especial para Héctor Serrano. El diseñador recibía el Premio Nacional de Diseño 2024, que cada año entrega el Ministerio de Ciencia e Innovación, al tiempo que cumple 25 años de trayectoria, motivos de sobra para celebrar y hacer balance de una carrera con muchos recovecos por los que indagar. Fundación La Caixa, Fundación Telefónica, Gandia Blasco Group, Muji o Porcelanosa, entre otros, son algunas de las empresas que han confiado en su firma, una trayectoria que busca siempre sorprender sin perder de vista la excelencia. 

Serrano echa ahora la vista atrás con una exposición que pone el foco no tanto en el resultado sino en los procesos, una muestra que quiere subrayar ese trabajo invisible -al menos para el consumidor final- y que, tras su paso por Madrid, se podrá ver en el marco de la próxima edición de Feria Hábitat València, que abrirá sus puertas el 29 de septiembre. Bajo el sugerente título Héctor Serrano: El viaje entremedias. 25 años conectando, la muestra -comisariada por Tachy Mora- aborda su enfoque creativo a través de una selección de casi un centenar de sus trabajos en múltiples ámbitos, proyectos en los que, de una manera u otra, siempre aparece lo que él llama el “ingrediente inesperado”. 

A este recorrido, además, se suma un proyecto muy especial, pues también expondrá en València una selección de 18 piezas de su proyecto solidario ‘Raíces’, destinado a recaudar fondos para los damnificados de la Dana del pasado mes de octubre en València. Este trabajo parte de una serie de raíces encontradas en las playas que Serrano tomó para convertirlas en floreros, tanto para albergar elementos vegetales como para colocar esquejes que más tarde sean trasplantados a tierra. 

 

- ¿Cómo ha sido este año desde la recepción del Premio Nacional de Diseño? 

 

- Estoy súper agradecido. Es un honor recibir el premio porque no es a un proyecto sino a toda la trayectoria, entonces es una buena recompensa a todos estos años de trabajo. Desde que los recibimos, la verdad, la repercusión ha sido muy buena y, además, nos ha servido como excusa para poder hacer esta exposición, primero en Madrid y ahora en València. Es un empujón, porque sí que coincidía con los 25 años de trayecto del estudio, pero el Premio Ncional también ha sido una buena excusa para poder celebrarlo.

 

- La exposición se presenta con el sugerente título de "viaje entremedias". En cuestiones de diseño, el espectador o consumidor está acostumbrado a ver el producto final, ¿por qué era importante poner el foco en los procesos?

 

- Creo que es una forma bonita de entender el porqué de las cosas, para poder entender el resultado, cómo llegas a la conclusión. El trabajo que realizamos en el estudio no se caracteriza tanto por un estilo sino más por una forma de trabajar. El proceso de cada uno de los proyectos sirve para ilustrar esa manera de hacer. Como usuarios o como compradores de los objetos estamos acostumbrados a ver el resultado final, pero creo que entender la historia detrás del proceso y cuáles son las ideas y conceptos que hay en ese momento ayudan también a entender cómo llegas al final. Además, no queríamos ordenarlo por temporalidad ni por tipología, queríamos hacer un planteamiento menos típico. Entonces, al centrarnos en el camino, nos ayudó a ordenar los objetos por los conceptos que hay detrás de ellos. 

 

- ¿Cuál es esa manera de trabajar que dota de esa personalidad al estudio?

 

- La idea es, cuando llega un proyecto, intentar entenderlo cuestionando todo desde el principio para poder innovar lo máximo posible. Entender el brief, entender cuáles son los requerimientos, pero sin filtros o ideas preconcebidas. Cuestionar y adentrarse en la temática y la tipología de cada proyecto ayuda luego a poder dar una respuesta innovadora e inesperada. Intentamos siempre combinar dos ideas: jugar con la familiaridad o con el imaginario colectivo que tenemos de los productos o espacios y, además, combinarlo con un elemento inesperado, algo que te hace ver ese objeto o ese espacio como algo nuevo. Siempre intentamos que conectes con el objeto de una forma muy intuitiva, muy rápida, a través de esa memoria colectiva, pero no tanto desde la nostalgia sino mirando hacia el futuro. 

 

  • Botijo La Siesta para GANDIABLASCO -

- Es curioso porque hablábamos de esos procesos pero terminamos en algo que parece muy emocional, en casi un flechazo. 

 

- Es muy necesario. No se puede separar de forma lineal o drástica la funcionalidad de la emoción, yo creo que van de la mano. La parte emocional es también una parte funcional del objeto, el hecho de que conectes con él. Al final en la vida tomamos decisiones casi más de forma emocional que racional, aunque nos queramos convencer de lo contrario. Por eso creo que es tan importante que los objetos conecten emocionalmente con nosotros, que nos sintamos identificados con ellos y que, evidentemente, sean útiles.

 

- No sé si estas teclas que ya tienes tan claras las ves en tus primeros proyectos, como puedan ser esa lámpara 'Superpatata', que le valió el Peugeot Design Award al principio de su carrera.

 

- De forma inconsciente yo creo que sí, incluso todavía cuando estaba estudiando en Londres. Evidentemente ahora hemos evolucionado, nos hemos profesionalizado y hacemos proyectos mucho más complejos, pero sí que sirvieron para sentar las bases o la estrategia para ver cómo plantear los proyectos. Yo tenía un profesor que me decía que hay dos formas de construir tu estrategia o tu forma de trabajar: te sientas y escribes un manifiesto sobre cómo vas a diseñar o simplemente haces y luego reflexionas que tienen en común. Yo en esos primeros años trabajaba de una forma más intuitiva, aunque luego con los años vas reflexionando y entendiendo qué tienen en común los diferentes proyectos.

 

- Son 25 años de trabajo de estudio y, también, 25 años de clientes, ¿cómo ha cambiado la relación o incluso los intereses que tienen las empresas con las que trabajáis?

 

- Una de las cosas que sí que ha cambiado y que ha evolucionado es la sostenibilidad, ahora el requisito para que los productos sean sostenibles no es un añadido sino que es una parte fundamental. Recuerdo que al principio en las conversaciones no era una prioridad en los proyectos y ahora sí que lo es. Esto es una buena noticia para todos. Aunque desde el principio era una cuestión que estaba presente cuando hacíamos proyectos a veces costaba que lo entendiese el cliente, mientras que ahora la gente que tiene que vender el producto lo exige porque el propio cliente lo exige y eso nos repercute a los diseñadores.

 

- En el marco de la exposición, se presenta el proyecto Raíces, ¿cómo fue el proceso? 

 

- Fue un proceso muy natural. Estábamos preparando la exposición cuando yo pude ver las playas de València después de la Dana. En uno de esos paseos encontré esas raíces, que cogí sin saber muy bien qué iba a hacer con ellas. Poco a poco fue cogiendo forma la idea, desde algo que me parecía muy simbólico. Como teníamos la exposición en mente queríamos hacer algo que mirara a ese desastre de la Dana, sobre todo meses más tarde, cuando dejaba de ser noticia. Con esto llegó el ejercicio de diseño, el momento en el que nos preguntamos, ¿qué objeto hacemos a partir de estas raíces? Así surgió la idea de hacer floreros, uno por cada localidad afectada, pero no solo para usarlos para sujetar unas flores sino también para enraizar, con la idea de que puedes poner un esqueje para después volverlo a plantar.

  • Raíces

- Ahora que estamos en época de festivales de música, no me resisto a preguntarte por ese proyecto de discoteca silenciosa inspirada en el Panteón de Roma que realizasteis para Coachella, ¿cómo fue? 

 

- Este proyecto es en realidad una suerte de continuación de otro que hicimos para otro festival de música de la misma empresa. El año anterior habíamos hecho una instalación para ellos que era un zepelín con unas 500 esferas que se iluminaban y, después, nos pidieron hacer una instalación para Coachella. En el primer proyecto la persona estaba fuera, era un espectador de esa instalación, y aquí queríamos que fuese la persona la que estuviese dentro de la instalación. Era un proyecto que tenía que ser muy grande, con capacidad para muchas personas, y efímero. La primera idea fue pensar en aire, algo que se pudiera hinchar y que pudiera ser grande y fácil de transportar. Conscientes de las restricciones planteamos una piel que revestía una estructura estándar, que al final fue cuatro veces más grande de lo que nosotros habíamos planteado al principio. Aunque no tiene nada que ver con Raíces, para mí se conecta en esa idea de fondo de sacar el máximo rendimiento de los materiales y procesos, de sacar ventaja a las restricciones.  

 

- Te he escuchado decir que se interesa mucho el terreno inexplorado, no repetir proyectos ya hechos, ¿qué te queda por hacer? 

 

- Muchísimos, cualquier proyecto que no hayamos hecho antes es interesante para mí, es enriquecedor creativamente. Es curioso porque cuando hacemos un proyecto y se da a conocer entonces te llaman para hacer más proyectos de ese tipo.  Al principio de mi carrera, por ejemplo, solo me llamaban para hacer lámparas. Siempre he estado luchando por hacer cualquier tipo de proyecto. Es muy gratificante a nivel creativo, de aprendizaje, y, además, te da la capacidad de poder exportar materiales o soluciones de una categoría a otra. Ahora mismo estamos con un proyecto que no habíamos hecho hasta ahora, pero no se puede decir [ríe].

 

  • Colección Tierra para la firma Faro Barcelona -
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