El economista recuerda que los bancos centrales de todo el mundo están inflando sus balances a una velocidad récord, lo que provoca preocupación entre los consumidores ante la posibilidad de que se genere inflación
MADRID. En 1955, el cantante y activista estadounidense Pete Seeger se preguntaba '¿Dónde están las flores?'. Hoy en día, la pregunta sería '¿Dónde está el dinero?'. Los bancos centrales de todo el mundo están inflando sus balances a una velocidad récord, lo que está provocando preocupación entre muchos consumidores ante la posibilidad de que se genere inflación.
El balance de la Reserva Federal estadounidense (FED), que hace un año equivalía al 18% del PIB de Estados Unidos supone ya un 34% tras haber aumentado de forma extraordinaria. La situación no es muy diferente en Europa, donde el balance del Banco Central Europeo (BCE) ya representa el 52,8% del PIB, frente al 40% de principios de año y el 20% de principios de 2015.
Entretanto, la inflación sigue creciendo a un ritmo casi insignificante, actualmente a menos del 1% en la Eurozona. Y, sin embargo, existe una correlación demostrada empíricamente entre la masa monetaria y la inflación (básica). Parte de la explicación es que el crecimiento de la masa monetaria M3 de la eurozona (+9% interanual en mayo) no está siendo particularmente fuerte. ¿Qué está pasando?
La respuesta es que la creación de dinero por parte del banco central y la masa monetaria no son lo mismo. El BCE proporciona liquidez a los bancos comerciales -`por ejemplo a través de las TLTRO- o les compra títulos en el marco del programa de compras de emergencia frente a la pandemia. La base monetaria correspondiente está creciendo mucho, provocando la rápida ampliación del balance del BCE que hemos mencionado.
Pero el dinero del banco central solo se convierte en masa monetaria M3 cuando los bancos comerciales prestan ese dinero, algo que casi no hacen ahora mismo. Los préstamos al sector privado crecieron en mayo a una tasa nominal de tan solo un 4% interanual. Los préstamos al sector público han crecido más, un 11% en mayo, porque los gobiernos han necesitado dinero para responder a la pandemia del coronavirus, pero incluso esta cifra es modesta, teniendo en cuenta lo que está sucediendo con los balances de los bancos centrales.
Así que, ¿dónde está el dinero? Como muestra nuestro 'Gráfico de la Semana', casi todo se ha convertido en exceso de reservas, es decir, en la liquidez que tienen depositada los bancos comerciales en el banco central por encima del coeficiente de caja mínimo regulatorio.
El aspecto positivo es que es poco probable que los bancos europeos sufran escasez de liquidez a corto plazo. Por el contrario, están atesorando dinero porque no confían plenamente en la recuperación económica y porque hay una falta de demanda por parte de prestatarios solventes». Así que, por desgracia, las bajas cifras de inflación no ofrecen muchos motivos para celebrar.
Martin Moryson es economista jefe para Europa en DWS
Se trata de una decisión crítica para los planes de inversión a largo plazo, que afecta tanto a la renta variable como a la renta fija