VALÈNCIA. Valencia se viste de negro, un riguroso luto literario que va a durar del cuatro al trece de mayo, los diez días que el creciente festival Valencia Negra ha escogido para hacer de la ciudad capital del suspense, del thriller, del querer saber quién era el culpable y quién la víctima si no es que la víctima era culpable -que también puede ocurrir-. Diez días repletos de actividades en distintos espacios de la ciudad que incluyen mesas, exposiciones, clases magistrales, presentaciones, firmas y encuentros tan esperados como el que ya se produjo este sábado cinco con el irlandés John Banville alias Benjamin Black, o como el que tendrá lugar el miércoles nueve en el Teatro Talía nada más y nada menos que con la escritora estadounidense Donna Leon (Nueva Jersey, 1942), cabeza de cartel del evento y autora de La tentación del perdón (Seix Barral, 2018), nueva entrega de la exitosa saga de su comisario Brunetti.
En esta ocasión, el investigador imaginado por Leon se enfrentará a un problema de posibles filtraciones dentro de la propia Questura: Brunetti recibirá por sorpresa a una amiga de su mujer Paola, alarmada por la extraña actitud de su hijo adolescente. Cuando a medianoche el marido de la amiga aparezca inconsciente y con graves daños cerebrales a los pies de un puente de Venecia, Brunetti comenzará a sospechar que el caso guarda alguna relación con el comportamiento de su hijo. Pero el camino hacia la verdad, como sabe por experiencia Brunetti, no suele ser una línea recta, sino un intrincado laberinto: un registro exhaustivo del despacho de la víctima revelará una cantidad inusual de cupones de descuento propiedad de una tía anciana, que le pondrá sobre la pista de una estafa dirigida al sistema sanitario veneciano.
Hemos querido aprovechar la visita de Leon para preguntarle sobre su último libro, pero también por su opinión acerca de ciertas cuestiones cuyas respuestas quizás podamos encontrarlas antes en la ficción que en la propia realidad de la que bebe, o a la que imita.
-¿Qué tiene que tener una ciudad para ser noir?
-Nada en absoluto. El crimen puede ocurrir en cualquier lugar, y cualquier ciudad puede tener elementos corruptos. Depende de lo que el escritor quiera mostrar sobre esa ciudad
-¿Puede Valencia ser capital de la novela negra?
-¿Por qué no? La localización no es tan importante como lo que sucede en ella y lo que las personas son allí.
-En su último libro, el commissario Brunetti se enfrenta a una investigación que lo arrastrará al crimen en un entorno familiar. ¿Cómo de lejos puede ir una madre para proteger a un hijo?
-Supongo que eso depende de la naturaleza del problema y del carácter de la madre. La mayoría de las culturas asumen que es natural que una madre haga todo lo que pueda para ayudar a su hijo.
-¿El fin justifica los medios?
-No lo creo, ni siquiera por un minuto.
-¿Qué pesa más, el sentido de la justicia o el amor?
-Esto depende de la circunstancia particular: si alguien a quien amas es un asesino en serie, ¿se supone que debes callarte?
-¿Qué debemos hacer cuando la ley no es justa?
-Cambiar la ley.
-¿Cómo nos relacionamos con la corrupción en el día a día?
-Votamos a políticos que sabemos de antemano que son poco honestos o corruptos; como no pedimos cuentas, nos llevamos un saldo.
-¿Cómo podemos enfrentarnos a la corrupción?
-No votando por nadie que se sepa que es corrupto, trabajando activamente para garantizar que no sean elegidos.
-¿Cuánto queda para que el comisario Brunetti se retire?
-No ha crecido mucho en estos años, por lo que aún le queda mucho por investigar: la construcción del proyecto MOSE*, por ejemplo.
*El proyecto Moisés, MOSE por Modulo Sperimentale Elettromeccanico), es una obra de gran de ingeniería de gran envergadura bajo la dirección del Consorzio di Venezia Nuova consistente en setenta y ocho exclusas con las que se pretende evitar que Venecia acabe sumergida bajo las aguas de su laguna.