Los fabricantes están obligados a incluir en las etiquetas el origen botánico de estas grasas
MADRID, (EP). Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha revelado que sólo un tercio de los alimentos que contienen grasas saturadas no excede las cantidades recomendadas, mientras que dos de cada tres ofrecen cantidades superiores que pueden influir en una correcta salud cardiovascular.
El trabajo, que publica la revista 'OCU Compra Maestra', se basó en un análisis de 69 productos comprados en octubre (incluyendo diferentes tipos de aperitivos, bollería, galletas, margarinas, panes, platos preparadas y salsas) con el objetivo de analizar la cantidad y la calidad de las grasas empleadas en su fabricación. Los fabricantes están obligados a incluir en las etiquetas el origen botánico de estas grasas, pero la OCU reconoce que "lo que más interesa no es el nombre de la planta empleada, sino el perfil de ácidos grasos".
Además, en el análisis vieron que la mayoría de productos con bajos niveles de grasas saturadas contienen aceite de girasol, mientras que en los que aparecen con mayores niveles de grasas saturadas predomina el aceite de coco y el de palma. En cuanto a la presencia de grasas 'trans', ésta se detectó solo en 8 de los 69 productos y en cantidades pequeñas sin efectos para la salud.
Para OCU, no se trata de desterrar las grasas de la dieta ya que el cuerpo humano las necesita para poder absorber las vitaminas A, D, E o K, entre otras funciones, sino que además cumple determinadas funciones en los propios alimentos como retener el agua en los mismos o aportar volumen a los productos esponjosos. "Se trata por tanto de consumirlas en su justa medida, sin que superen un tercio del total de calorías tomadas en un día y limitando el consumo de las saturadas", han denunciado.
Otra de las conclusiones a las que llega el estudio de OCU es que entre productos aparentemente similares existen diferencias importantes en cuanto a la cantidad de grasas saturadas que incorporan, siendo la diferencia de hasta tres veces superior en función de la marca analizada.
Además, comparando los resultados del estudio con los resultados obtenidos en 2003 y 2008, se puede observar cómo se cambia en algunos casos concretos hacia una formulación más saludable, lo que pone de manifiesto que "la reformulación de los productos alimenticios hacia una composición nutricional más saludables es posible y es cuestión de voluntad por parte de los fabricantes".
Por otro lado, la organización de consumidores aprovecha el comunicado para alertar de que los sellos de sociedades científicas en los envases de muchos alimentos "no garantizan ni mucho menos que el producto tenga una composición nutricional más saludable".
De hecho, denuncian que algunos de estos sellos "amparan" productos con un 30 por ciento de grasas saturadas o con un contenido en azúcares superior al 20 por ciento. "Desde OCU se critica el uso de este tipo de avales que más que garantizar la calidad de un producto, inducen a engaño sobre su papel en la dieta, sobre todo la de los niños", según alertan.