Unas bravas a la japonesa, ¿qué más le puede pedir uno a la vida?
Que te sorprendan a estas alturas en un restorán es difícil pero más lo es que te sorprendan en un envío a domicilio: pues Ulises Menezo, Edu Espejo y su Honoo a domicilio lo han conseguido, de largo, con este ebimayo que se suma a su karagee como platazo incontestable.
Y es que este ebimayo lo tiene todo, langostinos en tempura, shichimi tōgarashi y como salsa una mayonesa japonesa con lima limón —“como unas bravas japonesas”, palabrita de Edu y qué razón tiene. Leo en Hattori-Hanzo que en Japón hay mil recetas diferentes de ebimayo (エビマヨ y es que por cierto: ebi se traduce como gamba y mayo como mayonesa, ¿para qué complicarse?) e intuyo que todas bailan en ese delicadísimo equilibrio entre la elegancia y el mambo. El yin y el yang de la perfección, vaya.
Cantaban Diego El Cigala y Bebo Valdés que “y ahora ya puede saber / como se pueden querer dos mujeres a la vez / y no estar loco” jugando un poco con los tópicos de siempre: en la vida no se puede tener paz y calambre, hay que elegir; en la mesa dicen que tampoco, pero es mentira. Dacosta es las dos cosas. Disfrutar es las dos cosas. Se me olvidó que te olvidé es las dos cosas. Este plato es las dos cosas.