MADRID (EP). Ebro Foods se ha marcado como objetivo a largo plazo conseguir unas ventas de 3.000 millones de euros y lograr un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 400 millones de euros, según ha comunicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El presidente del grupo, Antonio Hernández Callejas, se ha mostrado optimista de cara al futuro de la compañía con estas "aspiraciones a largo plazo", después de haber cerrado el ejercicio 2015 con una facturación cercana a los 2.500 millones de euros y un Ebitda de más de 300 millones de euros. La compañía española ha desvinculado estos objetivos de los trazados en su plan estratégico 2016-2018.
La firma anunció en la junta de accionistas celebrada este miércoles que no distribuirá este año dividendo extraordinario tras haber realizado las adquisiciones de las compañías francesas Roland Monterrat y Celnat y la estadounidense RiceSelect y tener comprometido un "ambicioso" plan de crecimiento orgánico, aunque elevará el ordinario un 6%.
En concreto, Ebro Foods repartirá un dividendo ordinario de 0,54 euros por título con cargo al beneficio de 2015, lo que supone un incremento del 6% respecto al ejercicio anterior. En total, los accionistas de la compañía recibirán 83,09 millones de euros, equivalentes a un 57,36% del beneficio neto de 2015, que alcanzó los 144,8 millones de euros.
Para la elaboración del Plan 2016-2018, del que no se ha dado a conocer sus cifras ni objetivos cuantitativos de sus planes de negocio, Hernández Callejas ha explicado que Ebro Foods ha tenido muy en cuenta las tendencias de sus consumidores y la evolución de los mercados en un entorno marcado aún por la crisis económica.
"Seguimos padeciendo las secuelas provocadas por la crisis. Hoy las lealtades del consumidor se han vuelto mucho más difusas. Su desconfianza hacia la industria alimentaria ha aumentado de manera extraordinaria, teniendo incluso la sensación de que ésta les engaña. Por ello, las marcas tenemos por delante el enorme reto de encontrar el camino que nos permita construir nuevos vínculos con ellos y generar nuevas lealtades. Tenemos que recuperar la confianza de un consumidor que quiere volver a lo básico, a lo sano y a lo natural", ha resaltado.
Según el presidente, el consumidor quiere además "transparencia, autenticidad y conocer la verdadera historia" de los productos que come, se decanta por productos más sanos, libres de aditivos, de pesticidas y de todo aquello que pueda comprometer su salud y muestra una nueva preferencia por las marcas locales frente a las globales, lo que "supone un factor muy favorable para las potentes marcas de Ebro".