VALÈNCIA. La situación de bloqueo de la hoja de ruta que fija las distintas acciones a realizar para el rescate y reestructuración de Feria Valencia no tiene visos de resolverse a corto plazo. Tal y como publicó este periódico, un mes después de comprometerse todas las partes con ese plan, las medidas siguen sin ponerse en marcha debido a que las discrepancias entre la Conselleria de Economía Sostenible, controlada por Compromís, y la de Hacienda, en manos del PSPV, se mantienen.
El último punto de fricción tiene que ver con la aprobación de los respectivos decretos descritos en la hoja de ruta como necesarios para llevar a la práctica el protocolo de intenciones suscrito por las dos consellerias mencionadas, el Ayuntamiento de València y la propia Feria Valencia. Hacienda debe aprobar un decreto mediante el que la Generalitat asume los más de 650 millones de euros de deuda de la institución ferial, mientras que Economía debe cambiar la norma autonómica sobre ferias comerciales para declarar esta actividad de interés general para que la Generalitat la pueda desempeñar directamente o a través de un tercero con ánimo de lucro.
Esos cambios normativos son necesarios para la cesión de la explotación del negocio ferial a una empresa mixta participada por la Generalitat, pero Economía y Hacienda discrepan porque mientras la conselleria de Rafael Climent quiere esa sociedad tenga mayoría "valenciana", la de Vicent Climent insiste en que el capital ha de ser privado en su mayor parte para que la Generlitat no tenga que asumir la eventual deuda que genere esa sociedad.
El plan se encuentra paralizado por el recelo que existe en este punto. La Conselleria de Economía se mantiene a la espera de que Hacienda traslade al pleno del Consell el decreto de asunción de deuda para su aprobación. Mientras, desde la Conselleria de Hacienda se asegura que los dos decretos, el de la deuda y el de la regulación de ferias comerciales, han de aprobarse a la vez porque ese es el compromiso que Soler y Climent asumieron verbalmente hace un par de meses cuando se implicaron directamente a instancias del jefe del Consell, Ximo Puig, para resolver el enésimo bloqueo en el plan de rescate de Feria Valencia.
Ante ello, la Conselleria de Economía asegura que trabaja "internamente" y desde hace meses en la nueva redacción del decreto autonómico de ferias comerciales, pero insiste en que, mientras Hacienda no haga los cambios que se le atribuyen en el protocolo, tiene las manos atadas.
"Insistimos que, a la espera de que Hacienda apruebe el decreto de asunción de deuda, que nos consta se encuentra en su proceso último, no se puede lanzar la propuesta por parte de Economía a raíz del modelo de feria, ya que es técnicamente imposible iniciar ningún proceso de diálogo competitivo si no hay absoluta certeza sobre la situación económica de la institución", asegura el director general de Comercio, Natxo Costa.
Entre las acciones previstas en el protocolo para la reestructuración de Feria Valencia se encuentra la apertura de un proceso de diálogo competitivo para la búsqueda de potenciales inversores interesados en entrar en el accionariado de Feria Valencia. Hacienda cree que estos socios deberían controlar un 60% del capital, pero Economía considera prematuro fijar porcentajes antes de comprobar el interés. Lo que sí defiende es que la gestión ha quedar bajo el control público mediante una mayoría definida como "valenciana" que se podría alcanzar con la combinación de la participación que tendrá la Generalitat con la que puedan tener socios locales, principalmente sectores industriales vinculados a la actividad del recinto.
Además, Costa defiende que no o existe "ninguna tira y afloja" entre las dos conselleries "porque la competencia para fijar y proponer ese modelo corresponde a la Conselleria de Economía Sostenible que, tal y como establece el pacto de Gobierno, es la competente en materia de ferias".
El responsable de Comercio subraya que su Conselleria trabaja internamente "en un modelo público-privado con mayoría valenciana", pero explica que no se ha iniciado la tramitación oficial a la espera de la asunción de la deuda. "Resulta difícil pensar que inversores privados vayan a interesarse en formar parte de la masa accionarial de Feria Valencia con un bozal de 1.000 millones de euros –créditos de las obras de ampliación más intereses–", asegura Costa.