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El 87% del territorio valenciano, expuesto a niveles de contaminación que exceden lo permitido para proteger cultivos

26/06/2019 - 

VALÈNCIA (EP). El 87 por ciento del territorio valenciano estuvo en 2018 expuesto a niveles de contaminación que exceden lo legalmente permitido para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales (20.300 kilómetros cuadrados), de acuerdo con el Informe de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción, que revela que pese a la caída de las partículas y el dióxido de nitrógeno, todavía cinco millones de personas respiraron aire contaminado en la autonomía.

Según ha destacado la entidad ecologista, un año más, el ozono sigue destacando como el contaminante "más extendido y con niveles estacionarios o al alza". El informe concluye que la totalidad de la población y del territorio valenciano estuvieron expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La entidad insta a que la contaminación del aire se aborde como "un problema de primer orden" puesto que anualmente hasta 30.000 muertes prematuras en España como consecuencia de esta situación.

En un año de "abundantes lluvias", Ecologistas en Acción subraya que el cambio climático y el "repunte" en la quema de combustibles fósiles "mantienen un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos, bosques y espacios naturales".

Durante el pasado año la organización recopiló los datos de 70 estaciones de control de la contaminación, pertenecientes a las redes de la Generalitat Valenciana, de EMEP/VAG/CAMP y de las autoridades portuarias de Alicante, Castelló y València, entre las que las de los puertos de Castelló y València no son consideradas por el Gobierno autonómico en su evaluación de la calidad del aire.

En 2018, hubo una reducción general de los niveles de contaminación de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2), que recuperó "aparentemente" la tendencia decreciente de estos contaminantes iniciada en 2008 con la crisis económica.

Sin embargo, apunta a que la contaminación generada desde las áreas metropolitanas de València, Castelló, Alicante y Elx, las autovías y autopistas y las áreas industriales, --en especial la zona cerámica de Castellón--, "se extendió por el territorio afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico", que es el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población, con unos niveles que se mantienen "estacionarios" o incluso "al alza".

El informe toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la OMS y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2018 a la totalidad de la población y del territorio de la Comunitat.

No obstante, si se toman los estándares de la normativa, "más laxos" que las recomendaciones de la OMS, la población que respiró aire contaminado por encima de los límites legales sería de 336.000 habitantes en el interior de las zonas Cérvol - Els Ports, Júcar - Cabriel y Bética - Serpis, y la superficie expuesta a niveles de contaminación que exceden de los legalmente permitidos para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales alcanzó los 20.300 km2, el 87% del territorio valenciano.

Las elevadas precipitaciones y la inestabilidad atmosférica han reducido los episodios de contaminación y contribuido "de manera importante" a mejorar la calidad general del aire. El invierno y el otoño han resultado húmedos, lo que ha favorecido la dispersión y deposición de los contaminantes típicamente invernales (NO2 y partículas). En cambio, pese a las fuertes lluvias primaverales, el prolongado calor estival ha mantenido "elevados" los niveles de ozono.

Según la organización, durante 2018 toda la población y el territorio valencianos han seguido expuestos a concentraciones de ozono "peligrosas" para la salud humana y vegetal, "especialmente en las zonas rurales a sotavento de las grandes ciudades".

Con respecto al dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas (PM10 y PM2,5) en el aire también afectaron a la mitad de la población, con especial incidencia en las ciudades de València y Castelló, aunque "dentro de los límites legales". "Siguen, por tanto, siendo una seria amenaza para la salud, a pesar de que el año pasado se recuperó la tendencia a la baja de estos contaminantes que se inició en 2008, con la crisis económica", ha precisado.

Así, incide en que el descenso de la contaminación del aire "es consecuencia en primera instancia de la coyuntura meteorológica, caracterizada por una mayor inestabilidad atmosférica, y en menor medida de la reducción de la producción eléctrica en centrales térmicas". No obstante, avisa de que el cambio de ciclo económico está conllevando "el aumento de la quema de combustibles fósiles en el transporte y la industria, recuperando los niveles del año 2012".

Según los ecologistas, los Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente pero critica que, en el caso del ozono, "la Generalitat Valenciana lleva años omitiendo la elaboración y aplicación" de estas iniciativas. "Se trata de una negligencia que está poniendo en peligro la salud de 2,1 millones de valencianos y de la mayor parte de los cultivos y bosques del territorio", ha subrayado la organización, que pide potenciar el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal.

Asimismo, propone adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, promover el ahorro energético, cerrar las centrales térmicas de carbón, penalizar los vehículos diésel y declarar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo, como las del Báltico y el Mar del Norte.

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