VALENCIA. Un mercado de alrededor de 200 millones de euros anuales en exportaciones valencianas quedará libre de aranceles en cuanto los estados miembros de la Unión Europea -tal y como está previsto- ratifiquen el tratado de libre comercio con Canadá, conocido por sus siglas en inglés 'CETA'. Esta será la consecuencia más inmediata para la Comunitat tras la aprobación del acuerdo el pasado miércoles el Parlamento Europeo. Por peso, los principales beneficiados serían los sectores del automóvil, los cítricos y el azulejo, aunque también se han alzado voces críticas contra los posibles efectos negativos de un pacto que, en cualquier caso, está llamado a revolucionar las relaciones comerciales con la nación.
Para aprovechar las oportunidades que se abren con el acuerdo, el presidente de la Generanital, Ximo Puig, no dudó en anunciar este mismo jueves que encabezará un viaje oficial a Canadá "con el objetivo de reforzar la presencia de las empresas valencianas en el país norteamericano y abrir nuevos mercados". La misión comercial se realizará de forma conjunta con las Cámaras de Comercio de la Comunitat -según anunció Puig tras reunirse con el embajador de Canadá en España, Matthew Levin- y se producirá en plena efervescencia de los efectos del tratado en la economía de ambos territorios.
El acuerdo, a grandes rasgos, consiste en eliminar aranceles, liberalizar servicios y facilitar el acceso a contratos públicos entre la Unión Europea y Canadá. Se trata de un articulado muy similar al fallido 'TTIP' que se proyectó con EEUU, si bien sus efectos serán de una envergadura menor por tratarse de una nación más pequeña.
"En términos generales es un magnífico acuerdo comercial. Va mucho más allá de lo arancelario. Abarca también temas de homologación, armonización de legislaciones, normas técnicas… Es sin duda el más avanzado de los alcanzados por la Unión Europea", afirma al respecto Vicente Mompó, director del departamento Internacional de la Cámara de Valencia. "Alimentación, automoción y cerámica, a bote pronto, son los sectores a los que más oportunidades se le abren", opina.
Lo cierto es que, como se aprecia en los datos del Icex que recoge la tabla superior, el automóvil, los cítricos y las baldosas cerámicas ocupan el pódium de los productos exportados al país, una senda que no se recorre en sentido contrario salvo en el caso de la automoción, aunque con un volumen significativamente inferior.
Cabe reseñar en este sentido que las importaciones de Canadá en la Comunitat también rondan los 200 milliones de euros, si bien tres cuartas partes de este importe corresponden a "aviones y demás aeronaves", en concreto a una compra de Air Nostrum a Bombardier valorada en 150 millones de euros que tuvo lugar en 2016 y que desvirtúa la comparación.
Pese a que las cifras de la balanza comercial con Canadá auguran un horizonte favorable para el sector agroalimentario valenciano al levantarse los aranceles del país, determinados aspectos del 'CETA' han hecho saltar las alarmas entre un buen número de productores.
Las principales organizaciones agrarias de la Comunitat, Ava-Asaja y la Unió de Llauradors i Ramaders, ofrecen visiones antagónicas sobre el acuerdo. "Estamos incrementando las exportaciones a Canadá. Se está vendiendo muy bien allí la naranja, el caqui y el aceite. Ellos tienen un peor clima y tenemos una ventaja competitiva en estos mercados", opina el presidente de AVA, Cristóbal Aguado.
Por contra, Juanma Mesado, secretario técnico de la Uniò de Llauradors i Ramaders, denuncia que el texto final del acuerdo permite a los productores canadienses "utilizar como marca importantes denominaciones de origen valencianas".
"Podrían comprar caqui de Andalucía o Italia y comercializarlo utilizando una marca que haga referencia a la Ribera del Xúquer. Lo mismo podrá ocurrir con la chufa y el arroz de València, el aceite de la Comunitat Valenciana, la alcachofa Benicarló, la uva embolsada del Vinalopó o la granada mollar de Elche". Las denominaciones de origen de los Cítricos Valencianos y el Turrón de Jijona quedarán exentos de esta circunstancia.
En la misma línea crítica, Mesado agrega que el acuerdo comercial con Canadá librará de aranceles a un total de 75.000 toneladas anuales de carne de cerdo. "El sector porcino, con una facturación anual de 231 millones de euros, es el más importante de la ganadería valenciana, y además ha sufrido -sin recibir ayudas- los efectos del veto ruso. El CETA es lo que le faltaba para perder competitividad", lamenta.
Por contra, Aguado defiende que precisamente el jamón curado que producen empresas valencianas, un producto de valor añadido que no se genera en Canadá, tiene con el CETA una oportunidad para ser más competitivo en el país.
Según los datos que maneja la Generalitat, la Comunitat contaba en 2015 con un total de 404 empresas que exportaban regularmente a Canadá, mayoritariamente del sector del automóvil (19%), frutas -principalmente cítricos- (15%), máquinas y aparatos mecánicos (15%), combustibles (13%), productos cerámicos (8%) y calzado (7%).