MADRID, (EP). Entre los meses de junio y septiembre existen varios factores que pueden repercutir negativamente en el bienestar de los ojos, como son la exposición al aire acondicionado o los largos viajes en coche, motivos por los que el ojo seco se posiciona como una de las dolencias más comunes en verano, pues "en este periodo del año el ojo se encuentra sometido a un ambiente más hostil", según el director médico del Instituto Clínico-Quirúrgico de Oftalmología (ICQO) de Bilbao, el doctor Durán de la Colina.
En este sentido, tal y como ha puntualizado el doctor del Departamento de Córnea y Superficie Ocular del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) de Barcelona, Óscar Gris, "el verano en sí, por la estación o la temperatura, no aumenta especialmente los casos de ojo seco; pero lo que sí es evidente es que son muchas las situaciones y los ambientes propios de estos meses que pueden producir más afecciones o agravarlas".
Esta dolencia no solo empeora para aquellos que ya la padecían anteriormente, sino que, incluso, aquellas personas que no mostraban síntomas antes podrían empezar a hacerlo a partir, por ejemplo, de la capacidad que tienen los aires acondicionados a la hora de secar el ambiente y, por lo tanto, la superficie de los ojos, y "más aún cuando el aire da directo sobre la cara", ha añadido el doctor Durán de la Colina.
En cuanto a los viajes en coche, el doctor Gris ha subrayado que "cuando se está conduciendo, se fija la vista para estar pendiente de la carretera y esto empeora mucho el ojo seco; lo mismo pasa cuando se hacen largos viajes en avión y se trata de distraerse con la lectura o los dispositivos móviles".
Estas situaciones causantes de la sequedad ocular provocan que "se reduzcan las defensas del ojo ante los distintos estímulos irritativos propios de esta temporada, como son el cloro de las piscinas, la sal del mar o los fuertes rayos ultravioleta del sol, entre otros", ha destacado el doctor Durán de la Colina.
Sin embargo, no solo en verano existen factores que provoquen dicha sequedad, pues la calefacción en invierno, estar todo el día delante del ordenador en el trabajo, la televisión al llegar a casa o los múltiples dispositivos móviles que rodean la vida cotidiana, entre otros, requieren fijar la vista y parpadear menos, y esto, según el doctor Gris, "hace que el ojo se acabe secando".