VALÈNCIA. Se trata de una actuación urbanística de 2.300 viviendas, el primer gran PAI que se activa en el área metropolitana de València tras la crisis, y la promotora que impulsa el proyecto ha buscado en el diseño un reclamo para este nuevo espacio urbano. El arquitecto vasco Iñaki Ábalos ha sido el vencedor del concurso convocado por Grupo Ática para dar forma a las cuatro manzanas principales del PAI Molí d'Animeta -la expansión de Quart de Poblet- y lo ha hecho con una propuesta inspirada en las curvas de los edificios de València.
"Cuando enseñé las primeras imágenes del proyecto a mis amigos arquitectos me llenó de satisfacción, porque veían los cantos redondeados y me decían 'Iñaki, esto es València'", relata Ábalos a este periódico, que se declara un "apasionado" de la capital del Turia. "València tiene un casco urbano coherente y fantástico. Y un proyecto denso y evidentemente urbano como el que afrontábamos, ubicado junto a la ciudad, creíamos que tenía que tener ese carácter fuerte y metropolitano", detalla.
Y así, con un diseño que "huye del concepto de urbanización" y recurre a esquinas redondeadas, Ábalos ha elegido un edificio "contundente" como cabecera para el parque de 74.000 metros cuadrados con el que contará este nuevo ámbito.
"Hemos querido generar un frente con carácter hacia el parque. Había que, lejos de esconderse, crear un edificio que tuviera toda la voluntad de ser una puerta", explica sobre su propuesta en forma de escalera, que albergará viviendas VPO.
El arquitecto agrega que, "al tratarse de frentes largos se huyó de hacer un prisma puro". "No quisimos la simplicidad ni hacer un diseño híper minimalista, se optó por la amabilidad, por mimar los metros cuadrados de las viviendas, que es lo que quiere la gente, por darle espacio a las terrazas, que no hacerlo sería un crimen en València".
El planteamiento de Ábalos apuesta además por "un micro homenaje a la huerta valenciana con un pequeño jardín en la propia vivienda", situado en la terraza de cada piso. "No resulta complejo disponer de un par de metros y una pared para crear una pequeña huerta que a su vez da a un jardín colectivo. Es casi simbólico, pero la propia configuración de la terraza nos lo permitía. Esto va a gustar a muchas familias, es un valor añadido", subraya.
El proyecto de Ábalos para Ática supone la segunda colaboración del arquitecto con la promotora valenciana tras un diseño para la zona de Sociópolis, ahora en fase de desarrollo. Al concurso del PAI Molí d'Animeta de Quart de Poblet también concurrieron los arquitectos Quino Bono, Fran Silvestre, Vicente Tomás, Ramón Esteve y el tándem formado por Nacho Fuster y Miguel del Rey de la Escuela de Arquitectura de la UPV. Todas las propuestas fueron remuneradas.
La hoja de ruta de Ática contempla que las obras de urbanización empiecen a finales de este año con un coste de 28,3 millones de euros, tal y como reveló Valencia Plaza. La compañía dispone del 60% del suelo del PAI, que cuenta con una capacidad para 1.400 viviendas. Su intención, no obstante, es desarrollar 400 residencias y vender parcelas para la construcción de otras 1.000. El 40% restante del PAI, con capacidad para 900 viviendas más, se lo reparten el Ayuntamiento de Quart de Poblet, Metrovacesa, la familia Gómez Trénor y pequeños propietarios.
La intención de Grupo Ática es desarrollar precisamente la mencionada promoción de vivienda protegida, el edificio singular con vistas al parque. "La VPO es un negocio más complejo pero en el que nosotros nos sentimos cómodos fruto de nuestra experiencia en este campo", explicó recientemente a este diario Vicente Llácer, presidente de la promotora.