VALÈNCIA. Tal vez corresponda a Clicars el caso de éxito más relevante en nuestro país en cuanto a empresas de nueva creación que han logrado triunfar en el mercado de segunda mano. Tal vez por ello haya sido la startup que ha marcado el paso a otras soluciones nacidas después, pero con un modelo de negocio similar.
Pablo Fernández y Carlos Rivera fundaron Clicars en 2016. La idea original era crear un marketplace que pusiera en contacto a propietarios y concesionarios interesados en vender un coche de segunda mano con otros con intención de adquirirlo. Sin embargo, luego decidieron ir un paso más allá convirtiéndose ellos mismos en plataforma online para la compraventa de coches de segunda mano.
Conforme a la nueva fórmula, Clicars adquiere los coches, los revisa, los repara y los vuelve a poner a la venta, un trabajo que, en este momento, llevan a cabo los 600 empleados de la compañía con una fábrica de reacondicionados de 90.000 metros cuadrados. Estas son algunas de las cifras que lucía Clicars en el momento de su adquisición al 100% por parte de la compañía Stellantis, a través de su filial Aramis Group, por la cantidad estimada de 100 millones de euros, según publicaban en su momento algunos medios.
Clicars ni abrió un nuevo mercado ni descubrió nada. La compraventa de coches usados en España asciende a 30.000 millones de euros, mientras que en Europa alcanza los 600.000 millones. Es, entonces, un mercado maduro, con una gran demanda que los fundadores de Clicars supieron mejorar aportando la transparencia y la capa de digitalización que le hacía falta, una mejor experiencia de usuario y un sitio donde encontrar la oferta disponible en un sector muy fragmentado.
Las bazas que jugaron con acierto los fundadores de Clicars han sido luego replicadas por otras startups, como Mundimoto o de la valenciana Tuvalum. La primera está especializada en la compra y venta de motos de segunda mano, un vehículo que, según los fundadores, deja un margen bastante mayor que la vertical de los coches.
Alberto Fossas fundó Mundimoto junto con Josep Talavera, amigo de toda la vida. Antes ya había tenido ocasión Fossas de comprobar que el negocio funcionaba tras dedicarse a comprar y revender motos en buen estado que iba acumulando en el aparcamiento de sus padres. El primer año de funcionamiento de la empresa, (2019) lo cerraron con un facturación de 1M de euros, el ejercicio siguiendo lo hicieron con 2 millones y, ya en 2021, pasaron directamente a facturar 14 millones de euros. En febrero de este año, la startup logró captar 20 millones de euros, cantidad con la que quieren abordar la expansión internacional.
Con un modelo de negocio muy similar fundan Alejandro Pons e Ismael Labrador Tuvalum especializándose en las bicicletas de segunda mano. La intención es convertirse en el Amazon de las bicicletas a escala europea También en su caso, antes de cerrar una operación de venta, la bicicleta es revisada y, si es preciso, reacondicionada por expertos mecánicos para, posteriormente, certificarla. Permiten también financiar la compra. A través de Tuvalum tanto pueden vender particulares como pequeños establecimientos
Tras un significativo aumento de la demanda a raíz de la pandemina, Tuvalum cerró 2021 con una facturación de 8 millones de euros.
Pero no son solo el motor y otro tipo de vehículos los artículos que disfrutan de una segunda vida cuando dejan de necesitarlos los propietarios originales. En la actualidad, uno de cada tres españoles compra más productos de segunda manos que antes de la pandemia, una opción de consumo que se seguirá asentando en el futuro, ya que uno de cada cinco prevé gastar más en productos de segunda mano que de primera en los próximos cinco años, según anuncia el estudio La Red del Cambio realizado por Wallapop, plataforma líder en la compraventa de artículos usados.
Según el estudio, en un 90% de los hogares españoles ya se practica un consumo consciente, que intenta alargar la vida útil de estos productos y reducir la compra de nuevos artículos si éstos no son realmente necesarios. “Además- afirman-, presenta una tendencia positiva a futuro dado que seis de cada diez encuestados se plantea comprar más productos de segunda mano en los próximos tres años”.
La tecnología, los muebles y la moda y accesorios son los otros sectores que descollan en el auge actual del segunda mano. En el caso concreto de los muebles usados la pandemia impulsó su compraventa en todo el mundo, con unas previsiones de alcanzar un volumen de 40.000 millones en 2025.
Aquí se han hecho un hueco startups como Thingeer, empresa navarra que fundan Alba del Villar (CEO) y Guillermo Barrena (CTO) con una aplicación móvil que se orienta a comprar y vender decoración y muebles de segunda mano de forma segura y con garantías. Según Villar, la solución se apoya en el uso de la inteligencia artificial “y la teoría de los juegos para resolver todas las ineficacias que presentan los marketplaces existentes”.
Ya en moda, podemos encontrar propuestas como la de la valenciana fundada por Pablo Rodríguez y Gonzalo Marijuán, It closet, un marketplace donde más de 360 influencers venden la ropa de su armario. ‘Second hand is not dead’, es el claim de la compañía. A ellos corresponde demostrar que así es.