VALÈNCIA. Por el momento, el Ayuntamiento se está salvando, en términos generales, de pagar comisiones por sus depósitos, una determinación del sector de la banca que se preveía imponer a las administraciones públicas desde este mismo año, pero cuya implantación está siendo tímida. El consistorio esperaba en 2020 empezar a pagar cantidades destacables por mantener dinero guardado en sus diferentes cuentas, pero cuando está llegando a su fin este ejercicio, se constata que no ha sido así hasta ahora.
El debate sobre el cobro de una comisión por los depósitos en una entidad bancaria había escapado a las administraciones públicas hasta el año pasado, pero como publicó Valencia Plaza en su momento, en 2020 esto se empezaría a aplicar con mayor determinación, de manera que la previsión era que tanto ayuntamientos como diputaciones tendrían que pagar una comisión de hasta el 0,40% de los saldos que tuvieran en los depósitos o cuentas de plazos fijos.
Según datos de la Conselleria de Hacienda de este mismo verano, el sector público de la provincia de Valencia -ayuntamientos y Diputación- tiene depósitos por valor de 2.300 millones de euros aproximadamente, la mayoría de ellos -1.853 millones- en bancos, y el resto en cajas de ahorros. Así pues, si los bancos aplicaran a rajatabla el cobro de las comisiones, harían caja por valor de 7,4 millones de euros en total.
Así, el edil de Hacienda en su momento, Ramón Vilar, calculaba que a juzgar por el líquido que el consistorio mantenía en las cuentas -unos 300 millones de euros-, el coste anual para el ente municipal por estos intereses ascendería a unos 700.000 euros anuales al Ayuntamiento de València, como publicó este diario. La cantidad era sensiblemente menor a la proyectada por la Diputación, cuya previsión en sus arcas era de un millón de euros al año.
Con esto sobre la mesa, de hecho, el Ayuntamiento se estaba planteando incluso sacar sus cuentas a subasta y que se las llevase la entidad bancaria que ofreciera mejores condiciones en estos términos. Sin embargo, tras once meses, el Ayuntamiento apenas ha pagado 4.500 euros, según datos de la concejalía de Hacienda, que ahora dirige Borja Sanjuán. Se trata, pues, de un gasto insignificante respecto con los augurios iniciales, que invita a decir que, en términos generales, la administración municipal ha conseguido esquivar las temidas comisiones por el momento.
El motivo es que, como muchas administraciones públicas, desde el área de Tesorería se ha estado negociando con las entidades bancarias y se ha conseguido sortear por el momento la determinación de los bancos. "Todas las entidades, o casi todas, están en la misma línea de cobrar comisiones; ahora tener depósitos les penaliza", explican en Hacienda, si bien por el momento se está consiguiendo desembolsar cuantías bajas.
"Es un tira y afloja", relatan al respecto. Sin embargo, parece que la voluntad de sacar a subasta las cuentas municipales se ha disipado porque, aseguran, "teniendo entidades colaboradoras no compensa hacerlo por el momento", especial y precisamente porque, hasta ahora, apenas se han desembolsado 5.000 euros por estas comisiones.
La norma sobre el cobro de comisiones hace tiempo que existe, pero todavía no se había implantado con contundencia al cliente institucional. Emana de una directriz del Banco Central Europeo, que en 2014 impuso a los bancos privados la obligación de pagar el 0,4% por guardar el dinero para incitar a los bancos a 'abrir el grifo' del crédito y, así, estimular la economía. Ahora bien, esto, como algunos preveían, ha acabado afectando al cliente final, especialmente a aquellos que prefieren tener 'aparcado' su dinero en un depósito. Desde que el BCE tomara esta decisión, está el debate sobre si esa comisión se repercute, primero, en el cliente particular -algo que de momento parece descartado-; después, en la gran empresa -donde ya se dan casos-, y finalmente, en el cliente institucional.