VALÈNCIA. La complicada situación financiera de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de València ha obligado al Ayuntamiento de València a poner en marcha un rescate financiero que permita sacar de los números rojos a la entidad. Los malos datos económicos que la empresa pública que preside el edil Giuseppe Grezzi arrastra especialmente desde el estallido de la pandemia de coronavirus ha motivado que el consistorio haya decidido inyectar un total de 39 millones de euros para sanear las cuentas de la firma municipal.
La Junta de Gobierno Local aprobará este viernes el destino de remanente del presupuesto municipal. De este, un total de 30 millones de euros irán destinados a ampliar el capital de la EMT, lo que permitirá elevar el valor de las participaciones de la compañía y, así, que el patrimonio neto pase a ser positivo -ahora mismo es negativo-. Una operación que a efectos prácticos supone un rescate financiero a la entidad en toda regla.
Además de estos, también se inyectarán otros 9 millones de euros que deberán servir para subvencionar la explotación del servicio. Fondos para afrontar gastos menores o el pago de nóminas, según explican fuentes municipales a este diario, pero que también servirán para compensar económicamente la pérdida de ingresos que supone para la mercantil la reducción del coste del billete en un 30%.
La decisión del gobierno municipal, así, se da por la renqueante salud financiera que tiene en estos instantes la firma: fuentes del consistorio cifran la deuda de la EMT ya en 120 millones de euros, cuando la del propio Ayuntamiento es de 250. Un contexto al que han contribuido la bajada de ingresos por la pandemia, el mantenimiento elevado del nivel de gasto e inversiones, o las consecuencias de la crisis energética y de suministro.
Conviene recordar que ya el pasado mes de octubre el Consistorio que lidera Joan Ribó planteó un rescate a la empresa de 26 millones de euros. Lo hizo a instancias del último informe de la Intervención General Municipal, que advertía que los fondos propios de la empresa estaban en números rojos e instaba a dotarla de recursos adicionales para sanear sus cuentas.
En ese sentido, el interventor subrayaba que debía taparse el agujero de la entidad y aportar otros 15,7 millones de euros para restablecer el capital social de la EMT. En total, 36 millones de euros que el interventor instaba a transferir a la EMT para poner fin a su "delicada" situación financiera.
La cuantía, finalmente, ha acabado ampliándose hasta los 39 millones de euros que validará la Junta de Gobierno Local este viernes. A ello se suma, además, otra inyección de 11,3 millones de euros que el Ayuntamiento ya transfirió a la mercantil para hacer frente a sus pasivos financieros.
El propio informe del interventor alertó en su día que la drástica reducción de los ingresos de la EMT la empujaba a una situación delicada: no cumplir los requisitos para continuar siendo considerada como un "productor de mercado" externo al Ayuntamiento. Algo que si llegara a ocurrir, el déficit y la deuda de la compañía que preside Grezzi pasarían a engrosar el déficit y la deuda del Ayuntamiento de València, cosa que ahora no ocurre.
La normativa exige que la facturación de la compañía cubra al menos la mitad de los costes para considerarla "productor de mercado", y si bien la EMT cumplía este requisito, lo dejó de hacer en 2020 y todavía no se ha recuperado.
El citado informe señalaba, así, que si bien los datos no determinaban por sí mismos "la necesidad de una reclasificación de la sociedad", sí aconsejaban "la realización de un seguimiento específico de la situación de la empresa en el presente ejercicio y en los siguientes", dado que si la "tendencia" negativa se mantuviera, "la situación pasaría a ser estructural" por durar ya varios años.