VALÈNCIA. Hace casi un mes que València no es Capital Mundial del Diseño, pero el centro de la ciudad sigue albergando su gran símbolo: el Ágora. El pabellón fue instalado en verano y, durante medio año, ha sido escenario de parte de la programación del proyecto, una estructura que se presentó como efímera para, después, anunciar que en 2023 se reubicaría en La Marina de manera permanente. Su desenlace, sin embargo, está siendo objeto de un agitado debate, una conversación que tiene el foco puesto en dos cuestiones: cuándo se desmontará y quién lo pagará. De momento se van resolviendo algunas de las incógnitas, aunque no todas. Sobre el presupuesto, el Ayuntamiento de València ha confirmado ahora que se hará cargo de los costes del desmontaje, lo que supone un cambio de rumbo en el relato, pues hasta ahora la pelota estaba en el tejado de La Marina. En cualquier caso, no será la Capitalidad la que lo asuma, algo que ha levantado una polvareda en el consistorio.
“El acuerdo que alcanzó en su momento el Ayuntamiento con la asociación tendría que haber sido mucho más claro en cuanto a las condiciones, y garantizar por escrito que la subvención de 300.000 euros recogería también el desmontaje. Sin embargo, no fue así, por lo que mucho me temo que los valencianos aún tendremos que pagar más”, ha criticado el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Fernando Giner. Sobre la cuestión de calendarios, ha sido el grupo 'naranja' el que ha elevado este lunes a la Comisión de Hacienda una petición para que el gobierno se comprometa a retirar el Ágora antes de marzo “dejando libre la zona” para mascletaes y la plantà. Sin embargo, el texto aprobado finalmente fue modificado a favor de ser más flexibles con los plazos, una moción alternativa por la que el Ayuntamiento se compromete a que “antes del inicio de la plantà la zona del Ágora esté acondicionada para colocar allí la falla municipal”, algo que da un mayor margen de maniobra ante los ajustados plazos.
La retirada está sujeta, tal y como explican desde el consistorio a este diario, a la formalización de la cesión de la construcción al Ayuntamiento, algo que todavía no se ha ejecutado, aunque está en trámites. Con todo, el Ágora sigue dependiendo de la asociación Capital Mundial del Diseño, algo que, de acuerdo con el gobierno municipal, es lo que está frenando el desmontaje, que se llevará a cabo en cuanto se formalice la cesión, algo que está previsto para los próximos días. Una vez se ejecute, eso sí, el Ágora no viajará a La Marina, sino a un almacén, pues todavía no se ha confirmado el espacio definitivo en el que se instalará. En este sentido, y con la cercanía de las Fallas, la oposición también ha lamentado que "se quiera mantener el hormigón de la base del Ágora y sobre ella tendrá que plantarse el monumento", ha expresado el concejal 'popular' Santiago Ballester.
El Ágora fue un proyecto desarrollado por Miguel Arraiz, arquitecto y director de proyectos de la asociación Capital Mundial del Diseño, junto a la firma Arqueha Arquitectura y Urbanismo, responsable del desarrollo técnico con el asesoramiento del estudio de interiorismo Cosín Estudio. Durante medio año se convirtió en el escenario de gran parte de la actividad de la Capitalidad y, también, de distintos actos no vinculados estrictamente al proyecto. El espacio se irá a La Marina, pero, ¿para qué? De momento, aunque ideas no faltan, es un misterio. “Una vez pase a La Marina ya entrara en sus contenidos. Nosotros como Fundación del Diseño ahí seguimos, pero no me puedo meter en su estrategia de comunicación contenidos y programación. Si de mi dependiese podríamos volcarlo hacia la innovación, la economía del conocimiento y el diseño, que son las otras patas sobre las que se articuló La Marina, y así complementar a la Pérgola como zona musical”, explicó Xavi Calvo, director de la Capital del Diseño y ahora director de la Fundació del Disseny, durante una entrevista con este diario.
El Ágora ha estado en el punto de mira en las últimas semanas por las críticas sobre su desenlace, aunque no solo, también por la financiación de la estructura. Su instalación costó a las arcas públicas cerca de medio millón de euros, de los cuales el Ayuntamiento financió la mayor parte, inyectando a la asociación 300.000 euros. Esta partida se sumaba a la subvención general para el proyecto de Capitalidad, fijada inicialmente en 2,25 millones de euros, un suma que ha sido objeto de críticas no solo desde la oposición, sino por las propias auditorias internas. Así, el informe de fiscalización previa de Intervención general del Ayuntamiento señala sobre el Ágora que “no consta en el expediente el presupuesto o valoración económica del proyecto”, algo “necesario” para “determinar el importe de la ayuda a otorgar”. Este apunte va en línea con las principales recomendaciones de Intervención, que afea al Ayuntamiento que concedió la ayuda a la Capitalidad con un proyecto “genérico y ambiguo”, algo que dificulta la comprobación sobre las acciones subvencionadas.
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El Ayuntamiento impulsará un concurso de ayudas por 150.000 euros "para organizar eventos relacionados con la Capitalidad Mundial del Diseño de 2022"