El Balleto Teatro di Torino trae a València su danza sobre la donación de órganos

VALÈNCIA. ¿Cómo puede evocarse el daño cerebral en el baile? O más complejo todavía, ¿de qué manera se articula una coreografía sobre la donación de órganos? El creador de Reus José Reches ha dado respuesta subjetiva y danzada a esas cuestiones en una pieza desarrollada para el Balleto Teatro di Torino (BTT) titulada Kiss Me Hard Before You Go. En su propuesta, los cuerpos de los bailarines procuran a la audiencia una reflexión existencial tanto sobre la vulnerabilidad como sobre la generosidad humanas. El Festival 10 Sentidos ha programado un extracto este 4 de mayo en el Centre del Carme Cultura Contemporània. 

La obra original está conformada por tres dúos, pero en la función programada en València solo se representará uno. A la directora de la compañía desde 2016, Viola Scaglione, le despierta mucha curiosidad, ya que es la primera vez que se desarrolla en formato de site specific. Esto es, adecuado al lugar que la acoge. “Este espectáculo contiene detalles diferentes en cada ocasión. Es una experiencia viva, así que estoy intrigada por ver de qué manera influye e inspira la coreografía el sitio de representación. En nuestra formación trabajamos muchísimo la habitación del espacio”.

Flexibilidad mental 

El ballet que dirige se fundó en 1979 y recientemente festejó cuatro décadas de actividad continuada. Está conformado por seis bailarines, Scaglione incluida. Después de estar 20 años como compañía de autor, vinculada al coreógrafo Matteo Levaggi, el BTT se abrió a autores nacionales e internaciones de renombre. La elección de Reches forma parte de la visión de la directora, que aspira a la flexibilidad no solo en el cuerpo sino también en la mente.

“La versatilidad es parte intrínseca del proyecto. Primero soy espectadora, de modo que voy a ver mucho. Cada vez que tengo una intuición la pongo a prueba invitando al creador un par de días de práctica para comprobar cómo funciona con la compañía. Me fascinan las ideas diferentes, que nos ayuden a cambiar de estilo y lenguaje. El presupuesto del que disponemos implica no acostumbrarse a algo, lo cual no es intrínsecamente malo, porque supone que nuestro trabajo sea cada vez más rico. Siempre digo que los bailarines del BTT son como freelance, pero trabajando cotidianamente”. 

Scaglione conoció a Reches en Miami, cuando el catalán trabajaba con 10 & 10 Danza. La relación se fue estrechando con el tiempo, ya que la bailarina se marchó a Madrid para colaborar con la compañía y más adelante, el coreógrafo le propuso participar en su propia formación, La Piel Danza.

La directora lo ha invitado a crear para el ballet italiano “porque es un ser humano muy generoso y siempre ve oportunidades en las personas”.

Una canción de Lana del Rey en el muro

La propuesta compartida nació de una broma entre los dos. Reches había escrito un verso de la canción Summertime Sadness (Born to Die, 2012) de Lana del Rey en su muro de Facebook: Kiss Me Hard Before You Go (Bésame fuerte antes de irte). Scaglione sentenció que aquel iba a ser el título del nuevo trabajo del BTT. 

“El tema va por otro lado, pero tiene que ver con la pieza, porque aunque trata sobre la donación de órganos lo de hace de una manera ligera y onírica, extendiéndolo a lo que decidimos dar a otras personas cualquier día, puede ser el corazón, pero también tu alma, tu cuerpo, tus pensamientos”, razona la directora y bailarina histórica de la compañía.

El punto de partida del tema que trata la pieza estuvo en un documental sobre donación de órganos que dejó conmovido a Reches. En la película se asimilaba a los donantes a números de cristal, “pues pierden su identidad para hacerse algo más transparente y universal”, completa Scaglione.

La fragilidad escondida

“La muerte cerebral es tristemente ordinaria. Las personas que la sufren se convierten a menudo en donantes de órganos. Al pasar de un cuerpo a otro, ojos, riñones, pulmones, corazón…. pierden su nombre, su identidad y son llamados “números de cristal”. Creo que las personas ya pueden ser donantes desde el primer soplo de vida, dadores de lo mejor y de lo peor, donantes de causas y efectos, de todo y de nada… Y justamente en ese dar perpetuo perdemos nuestros nombres, nuestra identidad, nuestro número de cristal”, explica el coreógrafo.

Para plasmarlo en el escenario, los bailarines se apoyan en sendas copas de cristal invertidas a modo de tacones. Los intérpretes pueden apoyarse sobre ellas, pero no dejar caer todo su peso bajo el riesgo de fracturarlas. 

“Representa la vulnerabilidad. Aunque aparentemos fortaleza, dentro de cada uno de nosotros existe una parte muy frágil. El dúo al que asistirán los espectadores y las espectadoras parece muy recio, pero habla de caídas, desequilibrios y la entrega en las relaciones”, concreta la directora del BTT.