La institución presidida por Luis María Linde avisa que muy pocos jóvenes reciben educación financiera que puedan aplicar en situaciones como el uso de una cuenta bancaria
MADRID. El Banco de España advierte de que la información sobre el grado de conocimientos financieros de la población española es aún escasa y avisa de que la disponible apunta a que muy pocos jóvenes reciben educación financiera que puedan aplicar en situaciones como el uso de una cuenta bancaria o en el cálculo de interés compuesto en productos de ahorro.
Así lo indica en el Boletín Económico correspondiente al mes de abril, en el que se extraen los principales resultados medibles de la pruebas del programa de evaluación estandarizada de alumnos de la OCDE (PISA) y de otros informes realizados a nivel internacional en los últimos años.
También los datos que se derivan de iniciativas de la OCDE reflejan que los estudiantes españoles tienen un grado de conocimiento similar al de los franceses o estadounidenses, pero significativamente menor que el de los de Bélgica o Estonia.
En España está pendiente de desarrollo una Encuesta de Competencias Financieras en el marco del Plan de Educación Financiera, con el objetivo de obtener información sobre los conocimientos financieros tanto de los entrevistados como de los miembros de su hogar.
Dicho plan se enmarca en un convenio firmado en mayo de 2008 por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), al que se adhirió el Ministerio de Economía. No obstante, dentro del mismo plan se está impartiendo esta materia en centros de enseñanza secundaria de toda España desde el curso académico 2012/2013.
Desde una perspectiva internacional, el informe recalca que los hogares con menor grado de conocimiento financiero, a menudo aquellos cuyo cabeza de familia tiene una edad avanzada y bajo nivel educativo, tienden a estar más endeudados y a poseer menos riqueza bruta.
En cualquier caso, la complejidad de las operaciones financieras hace que una proporción elevada de hogares recurra a reglas sencillas que minusvaloran tanto el coste de los préstamos, como la rentabilidad de las inversiones.
Nuevamente, los datos de la OCDE muestran que el grado de conocimiento de estas materias varía según los países hayan experimentado o no episodios de alta inflación, mientras que los conocimientos sobre la diversificación del riesgo parecen "limitados" en todos los países.
Al mismo tiempo, a pesar de que los niveles objetivos de educación financiera son bajos, los hogares, por lo general, se muestran seguros de su conocimiento y tienen a sobreestimar cuánto saben.