VALÈNCIA. El bloqueo parlamentario de las instituciones por parte de los partidos políticos a las puertas de las elecciones autonómicas afecta de lleno a un Consell Valencià de Cultura que suma seis meses de interinidad y que podría superar el año en esta situación. Según publica hoy mismo Valencia Plaza, las negociaciones para desbloquear nombramientos en hasta siete instituciones se han aparcado, entre ellas la que correspondería al relevo de Santiago Grisolía, fallecido el pasado mes de agosto ostentando la presidencia de la entidad.
Los diferentes partidos políticos han decidido jugar a todo o nada, y nombramientos que ya estaban consensuados no saldrán del bloque de las negociaciones como garantía de los más conflictivos. En este sentido, el calendario parlamentario aprieta y, a falta de dos sesiones y hasta 17 personas por ratificar, parece bastante seguro que de la renovación de estas instituciones se harán cargo en la próxima legislatura, con la incógnita de si el Botànic perderá la mayoría o no. Es decir, con la incógnita de si los perfiles que ahora sí agradan, pueden dejar de ser la opción preferida de las próximas mayorías.
Ya en agosto del año pasado, fuentes consultadas por este diario aseguraron que se intentaría resolver pronto el relevo de Grisolía. El proceso de una sucesión sobrevenida en vez natural se complica porque, por una parte, Les Corts eligen por dos tercios los miembros del Consell Valencià de Cultura; y por otra, Presidencia de la Generalitat es quien tiene la potestad de elegir a la presidenta. En agosto, fue el Consell quien decidió que, para ‘fichar’ un nombre a la altura de Grisolía, abordarían los dos procesos a la vez, y nombraron de manera interina a Dolors Pedrós —hasta entonces vicepresidenta—.
La científica e investigadora Ana Lluch fue el nombre de consenso que podía haber conseguido la mayoría de tres quintos necesarias para el nombramiento de este puesto. Los partidos del Botànic ya contaban con el sí del Partido Popular, pero el bloqueo institucional ha dilatado el proceso, y así seguirá durante los próximos meses.
De hecho, hasta su renovación en julio de 2022, los estatutos del Consell Valencià de Cultura rezaban que, ante el fallecimiento del Presidente, cesarían también la vicepresidencia y la secretaría hasta la renovación del organismo. Es decir, que la situación de interinidad actual no estaba contemplada hasta unos días antes de que se necesitara, de manera casual.
De dejar pasar los pocos días que quedan de legislatura antes de la disolución de Les Corts, la actividad parlamentaria no se retomaría hasta después de verano. Es decir, el Consell Valencià de Cultura cumpliría más de 12 meses de interinidad. Por otra parte, cabe recordar que en 2024 Les Corts también tendrán que renovar a varios de los 21 miembros del CVC, también por dos tercios de la nueva composición del parlamento valenciano.
El Consell Valencià de Cultura es un órgano de carácter consultivo que, si bien emite informes y organiza algunas actividades en su sede en València, no marca la agenda de políticas culturales ni coordina a los sectores profesionales. J. R. Seguí, que repasó la historia de la institución en un artículo en Valencia Plaza, analizaba que, condenado al “ostracismo” y al “control político”, se ha “perdido cierto fuelle y presencia exterior” en los últimos años.
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