El responsable de Riesgos de Ebury opina que la evolución de las negociaciones seguirán siendo el principal impulsor antes de la cumbre de la UE de diciembre
VALÈNCIA. El dólar alcanzó nuevos máximos frente a sus principales competidores a finales de la semana pasada debido a que la Reserva Federal se mostró más optimista y que los mercados de renta variable eclipsaron las dudas sobre la capacidad del presidente Trump de forzar un estímulo fiscal adicional tras las elecciones legislativas en Estados Unidos. No hubo ninguna sorpresa real en las elecciones del Congreso de Estados Unidos la semana pasada, las cuales resultaron en línea con lo que habían sugerido las encuestas de opinión. Los republicanos de Trump pudieron retener el control del Senado de EE UU aunque los demócratas recuperaron el control de la Cámara de Representantes, por primera vez en ocho años, lo que supone un golpe a los planes del presidente para sus estímulos fiscales adicionales.
La incertidumbre política pesó inicialmente sobre el 'billete verde' ya que, a medida que se conocían los resultados de más y más estados, se observaba que una victoria demócrata en la cámara baja era cada vez más probable. El dólar, sin embargo, recuperó todas estas pérdidas en el transcurso de la semana, incluso logrando terminar con un alza frente al euro tras la optimista declaración del jueves por parte de la Reserva Federal.
Es probable que las noticias en torno al Brexit sigan prevaleciendo en los mercados de divisas esta semana. Además, la inflación de EEUU y los datos de ventas minoristas también serán clave.
La semana pasada resultó ser relativamente tranquila en la zona euro, con la moneda única impulsada, en gran medida, por los resultados de las elecciones en Estados Unidos y la declaración de la Reserva Federal. Dicho esto, vimos una modesta revisión al alza del PMI comercial compuesto. Sin embargo, este indicador clave aún permanece alrededor de su nivel más bajo en dos años, lo que sugiere que es probable que la economía de la zona euro tenga otro desempeño suave en el cuarto trimestre, después de un tercer trimestre bastante desastroso. Esta semana seguramente el euro se verá impulsado, en gran parte, por eventos en otros lugares.
La libra cayó el viernes a un mínimo de diez días, con dudas sobre un acuerdo en torno al Brexit y el riesgo que pesa sobre la divisa. Los desacuerdos dentro del Partido Tory sobre cómo proceder con el Brexit, caracterizados por la renuncia del diputado Johnson el viernes, pusieron de relieve lo difícil que sería para Theresa May obtener un acuerdo de salida de la UE a través del parlamento. Esta semana habrá cifras importantes en Reino Unido, con el informe laboral que se publicará hoy, los datos de inflación que conoceremos el miércoles y las cifras de ventas minoristas que verán la luz el jueves. Además, la evolución de las negociaciones del Brexit seguirán siendo el principal impulsor antes de la cumbre de la UE el 13 y el 14 de diciembre.
La Reserva Federal se mostró inequívocamente optimista en cuanto a la economía de Estados Unidos el jueves pasado, lo que aumentó, aún más, las esperanzas de que el banco central suba los tipos de interés cuando se reúna en diciembre. Los responsables políticos afirmaron que la economía de EE UU “ha estado creciendo a un ritmo fuerte”, al tiempo que hablaban de “sólidos datos de empleo y aumento del gasto de los hogares”. Todos estos comentarios confirman, en nuestra opinión, que, ahora, se necesitaría un evento bastante significativo en los mercados financieros para no ver un cuarto aumento de tipos de interés el próximo mes por parte de la Reserva Federal. La atención en EE UU esta semana estará directamente en los datos de inflación que se publicarán el miércoles y en las cifras de ventas minoristas que conoceremos el jueves; ambas publicaciones tienen el potencial de cambiar el rumbo del billete verde.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury