VALÈNCIA. La reunión este martes del consejo de administración de la EMT tuvo un ausente destacado: el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià. La ausencia no pasó desapercibida para los miembros del consejo que están adscritos a partidos de la oposición por varios motivos. El primero de ellos: que era la cuarta vez seguida que no asistía. El segundo: que Sarrià, si por algo se destaca, es por su laboriosidad; es de los que no escurre el bulto. De ahí que entre los regidores de la oposición se interpretara como una señal más de que el cabreo con el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, aún sigue.
La tensión entre ambos concejales surgió a raíz del anuncio por parte de Grezzi de que se iba a peatonalizar la plaza del Ayuntamiento de manera provisional, a la espera de una peatonalización definitiva. El malestar de Sarrià se originó por varios motivos. En primer lugar, porque no se enteró de la propuesta de su compañero de gobierno hasta que fue pública; en segundo lugar, porque sentía que se menospreciaba el trabajo que estaban realizando en su Concejalía para preparar la peatonalización definitiva; y por último, porque consideraba que se trataba de un proyecto lo suficientemente relevante como para no andarse con experimentos.
Desde Alcaldía, tanto el alcalde Joan Ribó como su gente, han intentando tender puentes. Al tiempo, el propio Grezzi se ha sentido incómodo con el malestar de Sarrià. El regidor socialista es uno de los que más respeta el representante de Compromís. Por parte de Grezzi ha habido intentos de acercamiento, mientras que el equipo del alcalde ha querido justificar el anuncio que hiciera el regidor de Movilidad Sostenible. Con todo, en el fondo se le ha dado la razón a Sarrià, al decidir que cualquier actuación urbanística en la Plaza del Ayuntamiento la decidirá su regidoría.
En las filas socialistas no han querido darle más importancia a la cuarta ausencia de Sarrià en el consejo de administración de la EMT que preside Grezzi. Se adujo a los consabidos “problemas de agenda”. De hecho, es cierto que le coincidían a Sarrià el consejo de administración de la EMT y la reunión del Consejo del Agua de la Demarcación Hidrográfica del Júcar. La ausencia de este martes, insistían, no tuvo que ver con el cabreo que, como las meigas, ‘no existe’, pero haberlo haylo. Porque es evidente que Grezzi aún tiene pendiente una conversación con Sarrià.