VALÈNCIA. Los hábitos alimenticios han cambiado. El consumidor ha adquirido una mayor conciencia de lo que come tanto por cuestiones de salud como por mayor conciencia del medio ambiente. Una nueva realidad que ha llevado a la industria alimentaria a rearmarse para satisfacer esa nueva demanda. Menos azúcar y sal o la eliminación del aceite de palma en la elaboración de los productos son algunas decisiones que las empresas han tomado en aras de conseguir productos más saludables. Pero ¿Cómo ha sido esa transformación en el seno de algunas de las grandes compañías del sector de la alimentación española y que medidas han adoptado?
Esta fue una de las cuestiones que se abordaron en el I Foro CEV 'Comprometidos con la alimentación saludable', celebrado este martes, y que congregó a un importante número de empresarios quienes reivindicaron los esfuerzos por adaptarse a este nueva conciencia social en torno a la alimentación que, sin embargo, pasa desapercibida ante la opinión pública, lamentaron. "Hay mucho consumidor informado pero con información poco veraz y mucha fake news", señalaron.
No fue el único tema abordado en la mesa redonda moderada por la Directora de Ainia Centro Tecnológico, Cristina del Campo, y que contó con la participación de la secretaria autonómica de Salud Pública y Sistema Sanitario Público, Isaura Navarro; la directora de Relaciones Institucionales de Grupo Martínez, Leonor Saiz; el director de Relaciones Institucionales de Grefusa, Juan Vicente Tamarit; la directora de Calidad y Sistemas de Anecoop, Mª Carmen Morales; y el responsable de Calidad e Innovación de Vicky Foods Productos S.L.U., Joaquín del Río. Todos ellos quisieron poner en valor el camino emprendido por sus compañía hacia alimentos más saludables.
En el caso de Vicky Foods, antes Dulcesol, Joaquín del Río explicó que desde la compañía han llevado a cabo proyectos para la eliminación de grasas hidrogenadas y el aceite de palma y otros para la incorporación del uso de algas u Omega3 en algunos panes, lo que les ha supuesto una inversión de más de dos millones al años. "En los últimos dos años hemos reducido entre un 5 y 10% el contenido de azúcar de la cesta básica de la compra y eso nos ha llevado a retirar del mercado cerca de 1.400 toneladas de azúcar del mercado", subrayó. Una apuesta, aseguró, que no fue nada fácil a nivel operativo porque "cualquier sustituto al azúcar tiende a ser mucho más caro" y, por tanto, implica una subida de precio del producto que el consumidor ignora, indicó.
Desde Aneccop, Mª Carmen Morales puso en valor su inversión en conseguir frutas y verduras de calidad y en mejorar las condiciones de envasado. Señaló que en los últimos años han surgido corrientes hacia el producto 'bio' o 'producción residuo cero' que ha obligado a ceder ante esta nueva exigencia, pero quiso dejar claro que no toda la producción puede ser 'bio'. "Tenemos que enseñar y ayudar mediante sistemas de calidad al agricultor a producir teniendo en cuenta la sensibilidad al consumidor y buscando soluciones para producir de forma saludable. El reto que nos viene es que esas frutas y hortalizas que producimos estén más ricas y tengan más sabor", remarcó.
Por su parte, la directora de Relaciones Institucionales de Grupo Martínez, Leonor Saiz, explicó que la compañía empezó en 2014 a reducir el uso de la sal con cuatro gramos menos por kilo, una decisión que supondrá una disminución en 4.930 toneladas la sal que utilizan en sus productos hasta 2020. En grasas serán 13.890 toneladas menos, mientras que la bajada del azúcar llegará a las más de 2.000 toneladas en 2020. "Es un esfuerzo para el que no hay vuelto a atrás. El cambio es manifiesto. Lo que se intenta es conseguir una dieta sostenible", explicó.
A su juicio, uno de los principales problemas en la sociedad actual es la "demonización" de determinados alimentos. "no hay alimentos buenos y malos, sino alimentos en las proporciones adecuadas acompañados de un estilo de vida saludable", apostilló para incidir en los estrictos controles sanitarios a los que se enfrenta la industria y la información "veraz y rigurosa" que se refleja de os valores nutricionales en las etiquetas. "La industria agroalimentaria española es una de las mejores del mundo y la legislación alimentaria europea es de las mejores y la intención es conseguir una sociedad más sana y en eso estamos trabajando. Queremos y estamos dispuestos a hacerlo mejor", subrayó.
En este sentido, el director de Relaciones Institucionales de Grefusa, Juan Vicente Tamarit, recalcó: "ninguna empresa dedicada al mundo de la alimentación queremos hacer daño a nadie". "Yo nunca daría nada a nadie que no daría a mis hijos. En España la seguridad alimentaria está garantizada al 100%", subrayó.
La compañía dedicada a los snacks comenzó su reconversión a principios de los 2000 con la eliminación en todos sus procesos de la grasa vegetal, una tendencia que ya se atisbaba en EEUU, pero que todavía no resonaba en España. Esta cambio supuso una inversión my potente para la firma y un encarecimiento de las materias primas. "Vimos que la tendencia iba hacia un consumidor más exigente e informado y que quería saber más. A partir de ahí seguimos trabajando para reducir el porcentaje de sal de nuestros productos y desde 2005-2006 hemos reducido en torno al 15%", recuerda Tamarit.
En otro orden de asuntos, Saiz reivindicó la necesidad de incluir en los planes formativos de los colegios y los institutos la asignatura de Nutrición y Salud. "Es fundamental porque si hay información veraz para luchar contra las noticias que distorsionan, enmarañan y para tener ciudadanos formados", manifestó.
Sobre esta iniciativa, Tamarit matizó que debería ser una asignatura enfocada al estilo de vida saludable en la que se abordase no solo el tema de la alimentación, sino también la calidad del sueño, el estrés y el deporte. "Si tu te alimentas muy bien, pero no cuidas tu sueño y vas con una actitud derrotista probablemente vayas a morir antes", puntualizó
Finalmente, las empresas coincidieron en la necesidad de ir de la mano con la Administración y los centros tecnológicos para ofrecer mejores productos, más saludables y sostenible e insistieron en la colaboración público privada como la mejor fórmula para avanzar en este sentido y hacerlo de forma progresiva.
