VALÈNCIA. El servicio de coches compartidos, un negocio conocido como carsharing, no ha encontrado acomodo todavía en la ciudad de València. Tras el proyecto piloto fallido del pasado mandato, impulsado por la compañía Cargreen de acuerdo con el Ayuntamiento, la falta de claridad sobre el modelo a implantar ha dejado en standby su desarrollo. Así, el consistorio busca un nuevo proyecto piloto que, ahora sí, pueda funcionar y sirva de objeto de estudio para organizar el desarrollo de esta actividad en el Cap i Casal.
La cuestión ha vuelto al debate municipal a raíz de una moción impulsada por el PSPV que pedía que el Ayuntamiento licitara un servicio de carsharing en la ciudad "para reducir la necesidad de la ciudadanía de tener coche en propiedad, liberando las calles de coches aparcados para recuperación de espacio público y mejorando las condiciones de aparcamiento de vecinos y vecinas". Una propuesta, suscrita por la edil socialista María Pérez, que no se labró el acuerdo del resto de partidos en la comisión municipal de Movilidad el pasado martes.
El gobierno municipal, para evitar votar dicha propuesta, planteó una alternativa donde acordaba "analizar la viabilidad de cualquier propuesta de carsharing para poder determinar los posibles requisitos y condiciones, así como la limitación del número de autorizaciones" a los operadores, y "promover desde el propio Ayuntamiento la búsqueda de alternativas de carsharing". Desde la concejalía de Movilidad, que dirige el edil del PP Jesús Carbonell, explican que se está a la espera de "que alguna empresa presente una propuesta después del fracaso del anterior gobierno" para, con ella sobre la mesa, poner en marcha de nuevo una "experiencia piloto para conocer las necesidades" de los usuarios en la ciudad.
Cabe recordar que el pasado mandato, con el edil Giuseppe Grezzi al frente de la concejalía de Movilidad y Lucía Beamud en Espacio Público, el consistorio firmó un acuerdo con la firma valenciana Cargreen para un proyecto piloto de carsharing, que se estrenó en la ciudad en mayo de 2021, una vez superado el estado de alarma por la pandemia de coronavirus. La empresa pagó las tasas aprobadas por el consistorio (715 euros por vehículo), en total unos 71.500 euros por el centenar de coches desplegados.
El proyecto piloto servía al Ayuntamiento para recabar información y datos acerca de la movilidad de la ciudad, especialmente sobre el número de movimientos y tiempo de utilización del servicio, los trayectos y los lugares estacionamientos que realizan cada uno de los vehículos en la calle, etcétera. Pero no tuvo un final exitoso: la firma dejó de operar al acabar el acuerdo anual y no continuó con el servicio pese a contar con el permiso consistorial por problemas de finanaciación.
Es cierto, con todo, que la moción del PSPV pedía licitar un servicio de sharing con el modelo de round-trip, esto es, de viaje de ida y vuelta, donde "el usuario coge el vehículo en plazas reservadas en aparcamientos públicos o en la vía púbica, devolviéndolo al mismo sitio, pero puede llevárselo donde quiera y durante varios días si le hace falta". Un sistema diferente al modelo one way, al que correspondía el proyecto piloto puesto en marcha hace tres años, en el que "los coches están esparcidos por la ciudad y se alquilan por minutos, pudiendo cogerlo y dejarlo en cualquier punto de la ciudad".
En Compromís, por su parte, recordaron que la concejalía de Movilidad el pasado mandato hizo un estudio para determinar la capacidad de vehículos de alquiler podrían caber en la ciudad, teniendo en cuenta criterios de densidad de población y disponibilidad de espacio en la vía pública, siempre mediante el modelo round-trip. Un documento que comprendía también las condiciones mínimas y máximas que tendrían que cumplir los operadores. Si bien dejaba a expensas del proyecto piloto las conclusiones sobre el funcionamiento del servicio.
Sin embargo, desde el grupo municipal del edil Giuseppe Grezzi recordaron que ese estudio "costó muchos meses de trabajo al servicio y que continúa vigente a estas alturas". Además, señalaron que el modelo del estudio, a diferencia del que supondría una licitación, no implicaba "ningún riesgo para las arcas municipales, siente la única contraprestación del Ayuntamiento la cesión del espacio público". Por ello, presentó una moción alternativa que fue rechazada, donde instaba a "dar continuidad al proyecto impulsado la pasada legislatura por el Servicio de Movilidad, y de acuerdo con el estudio realizado, a ofertar la instauración de operadoras de coche compartido en modelo round trip en la ciudad de València".