Álvaro Pons: "Grandes colecciones de cómic han acabado en vertederos"
Álvaro Pons: "Grandes colecciones de cómic han acabado en vertederos"
El Ayuntamiento y la Universitat de València firman el convenio que regirá su funcionamiento
VALÈNCIA. El Centro del Cómic de València está cada vez más cerca de ser una realidad. Aunque todavía quedan algunos meses para que el proyecto se despliegue en la que será su sede definitiva, desde el punto de vista formal ya se han puesto las bases para su puesta en marcha. Este mismo viernes el Ayuntamiento de Valencia, a través de la concejalía de Acción Cultural, y la Universitat de València (UV) firman el convenio de colaboración que regirá el funcionamiento del mismo, un documento en el que se lleva trabajando meses por ambas partes y que fijará las bases del nuevo centro, que se ubicará en la antigua sede del Centro Excursionista y compartirá uso con la biblioteca municipal Carles Ros.
El proyecto ha sido impulsado por la concejalía de Acción Cultural, capitaneada por Maite Ibáñez, y el Vicerrectorado de Cultura, liderado desde hace algo menos de un año por Ester Alba, una iniciativa que cuenta además con el experto Álvaro Pons, actualmente director del Aula de Cómic de la UV, para su desarrollo. Tras el anuncio de su creación el pasado mes de febrero, el centro empieza a tomar forma, no solo por lo que respecta a su contenido, que lleva meses creciendo gracias a numerosas donaciones, sino también por lo que respecta a su misión y esqueleto interno. Así, tal y como se especifica en el documento, será el Ayuntamiento el que deberá poner a disposición del centro los recursos humanos, técnicos y materiales que resulten necesarios para su funcionamiento, una gestión para la que se nombrará un Consejo Rector (formado por miembros de ambas instituciones) y dos direcciones, una técnica (correspondiente al Ayuntamiento de València) y otra académica (correspondiente a la Universidad de València).
Con el nacimiento del Centro del Cómic se da respuesta a una petición histórica del sector, la de tener un espacio específico para divulgar el cómic y salvaguardar el patrimonio local, que no es poco, una labor que hasta ahora no estaba llevando a cabo ninguna entidad, lo que podía derivar en dos problemáticas: por un lado, que interesantes colecciones valencianas fueran a parar a fondos fuera de la ciudad o, en el peor de los casos, su desaparición. “Era necesario un espacio físico que ayude a conservar el patrimonio de colecciones de un cómic que se consideraba material fungible”, explicaba Álvaro Pons durante una entrevista a Culturplaza. “Mucha gente cogía los Pumby y los tiraba a la basura. Hemos visto que grandes colecciones han acabado en los vertederos, porque la familia no quería hacerse cargo y no había una institución que lo hiciera. Al final, ese material desaparecía. Y era, quizá, la última oportunidad para poder acceder a según qué materiales de gran valor cultural”.
Los objetivos del centro son el archivo y conservación del patrimonio cultural y creativo del cómic, especialmente del material creador por autores y autoras valencianos, así como promover la investigación con perspectivas transversales, con incidencia especial en la visibilización de la creación de la mujer y su representación en el ámbito de la historieta. De igual forma, ambas instituciones se ponen como objetivo favorecer la digitalización e impulsar la realización de cursos y actividades formativas. Pero, ¿con qué personal? La propia concejala avanzaba este verano a este diario que están trabajando para que en su apertura, prevista para 2022, cuenten con los suficientes recursos humanos, tanto en el Centro del Cómic como en el futuro centro de artes escénicas Bombalino. "Cuando empezamos las primeras reuniones ya elaboramos un breve esquema de personal. Va a haber que hacer un reajuste y muy probablemente ampliar personal. Estamos esperanzados de que se pueda conseguir. Es necesario crear una estructura".
Un apartado no poco relevante es el de la divulgación pues, entre los objetivos que se marca el centro, se fija el asesoramiento en el diseño de exposiciones sobre cómic, préstamo de materiales o fomento de publicaciones sobre el ámbito de la historieta. En este sentido, cabe destacar, que el proyecto nace como un espacio para la divulgación del cómic, sí, pero no es un museo ni un centro expositivo en el sentido estricto de la palabra, aunque se puedan llevar a cabo actividades de este tipo. Así, el espacio quiere erigirse como un centro desde el que se apoye y guíe la creación de muestras en otros museos, como pueda ser el Centre del Carme, el MuVIM o Museu de Prehistòria, quienes en los últimos años han trabajado en torno al cómic y la ilustración. También con el IVAM, que se ubica a pocos metros del centro y que acoge la fanzinoteca.
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