VALÈNCIA. Fue en julio de 2019 cuando la socialista Maite Ibáñez fue designada como concejala de Acció Cultural. El cambio de cartas tras las elecciones municipales dejaba un gobierno a dos, con Compromís y PSOE-PSPV, aunque mantenía un área troceada en tres concejalías: Cultura Festiva (Carlos Galiana), Cultura (Glòria Tello) y Acció Cultural, esta última encargada, principalmente, de la gestión de cuestiones relativas artes escénicas o bibliotecas. Dos años después de su aterrizaje, la edil dibuja el tercero como el curso para asentar proyectos. Entre ellos, algunos no poco importantes como la creación de dos nuevos espacios, el centro de producción Bombalino y el Centro del Cómic. Aunque en estos años también hay lugar para cuentas pendientes, iniciativas anunciadas a bombo y platillo pero que están tardando en arrancar más de lo esperado. Por primera vez como concejala, Culturplaza entrevista a Maite Ibáñez.
-¿Es gestionar como se esperaba?
- Hay una parte desconocida y otra de gestión que se puede parecer a otras administraciones, como la universidad. Pero sí, ha sido un marco nuevo. La gestión municipal es muy directa y tiene muchísimas ramificaciones, lo que la llena de complejidad, pero a la vez hay una cercanía muy buena.
-En 2019 se presentó como candidata en un acto en la EASD, junto a Sandra Gómez y José Guirao. Desde entonces vamos por el cuarto ministro en tres años, con Miquel Iceta ahora al frente.
-Lo conozco muy poco, pero ahora tendremos que hablar más. Es cierto que han pasado cuatro [ministros] pero la relación siempre ha sido muy buena. En el Año Berlanga, lo más reciente, el impulso ha sido absoluto. Siempre nos hemos sentido muy arropados.
-Las artes escénicas están protagonizando ahora un enfrentamiento con el Institut Valencià de Cultura (IVC). En el caso del Ayuntamiento, aunque el diálogo parece más fluido, también hay cuestiones pendientes. De hecho, hace algunas semanas las distintas asociaciones presentaron un documento con propuestas a la administración, ¿cuáles son los retos en las políticas dirigidas a ellos?
-Ha sido un año muy complejo para todos y, especialmente, para la cultura. Desde Acció Cultural hemos trabajado con el sector para revisar todo lo que es la burocracia, adaptación de bases de ayudas... Es un momento de redefinición general, de revisar muchas cosas. Es muy importante que la interlocución con ellos sea lo más fluida posible. Estuve en la presentación de esas 50 propuestas y, aunque no son competencia municipal, sí hay algunas que vamos a conectar con futuros proyectos. Por ejemplo, me interesa mucho abordar cuestiones en torno a la investigación, donde entra el nuevo espacio que abriremos en unos meses [Bombalino]. También estamos trabajando con el Vicerrectorado de Cultura de la Universitat de València para generar ayudas y convenios que potencien los nuevos lenguajes escénicos, que necesitan una mayor visibilidad. Más allá de la gestión, también nos interesa la política cultural vinculada al mecenazgo. Como novedad, queremos impulsar en otoño, junto con el área de Desarrollo Económico, jornadas que permitan vincular la producción escénica -en un primer momento dirigidas a festivales- con patrocinios culturales, para que haya un complemento entre sector público y sector privado. En esta parte tenemos que desarrollar mucha pedagogía.
"Hasta ahora el sector no había tenido otro interlocutor que no fuera solo Cultura"
-Dice que es necesaria una redefinición general, ¿por dónde pasa?
-Es importante, más allá de tener toda la información, tener la actitud de saber que hay cosas que se tienen que adaptar. Algún ejemplo de esto es que ahora las bases de las ayudas incorporan talleres y formato digital, que se contempla como el propio proyecto. Esto era muy importante, porque en la administración cualquier cosa que no esté contemplada en el texto de las ayudas no existe. Otra cuestión importante es la propia definición de los puestos de trabajo en cultura, que era una necesidad. Había puestos de trabajo en cultura que existían pero que no estaban definidos en el listado oficial. Hemos iniciado una parte que se tiene que seguir ampliando. Es importante también impulsar esa conexión con otras áreas como Empleo o Hacienda. Hasta ahora el sector no había tenido otro interlocutor que no fuera solo Cultura. Este es un espacio nuevo que fortalece al sector.
-Visitó los Teatros del Canal recientemente para dar forma al futuro Centro Bombalino. Además, también ha recogido las peticiones las asociaciones. ¿Cuáles han sido las conclusiones finales de este proceso?
-En estas últimas semanas hemos tenido reuniones individuales con los representantes del sector, que también nos han enviado propuestas trabajadas en grupo, principalmente a nivel técnico. Por ejemplo, en danza inciden mucho en el tipo de suelo. Todo eso se está traduciendo a través del equipo de arquitectos para ver qué opciones se pueden llevar a cabo. También se está trabajando en temas de la propia convivencia, porque no será solo un sitio para ensayar. Queremos aprovechar el entorno, que se pueda crear una ‘mini ciudad’ de artes escénicas con el TEM y La Mutant. Será un lugar de intercambio dentro del sector. Por eso habrá un espacio para el desarrollo de proyecto experimentales, así como una parte de coworking. Estamos intentando que el proyecto, dentro de las posibilidades de las naves, sea lo más completo posible.
-¿Entra el IVC en algún punto?
-La idea que tenemos es que la gestión sea municipal, de manera que sirva de herramienta de apoyo a los dos teatros municipales. La colaboración con el IVC va a ser como la que estamos manteniendo ya a través de la propia concejalía y los teatros, pero en principio no está prevista una coordinación más allá.
-¿Tendrá el centro su propio director, como el TEM o La Mutant, aunque no sea un teatro propiamente dicho?
-Nos gustaría que hubiera una persona responsable de ese espacio. Este espacio va a tener suficiente entidad y dinamismo como para tener a una persona responsable.
-Hablemos de los teatros municipales. Este año finaliza el contrato de Marta Banyuls al frente de La Mutant, que contempla la prórroga por un tercero, ¿seguirá al frente?
-Estoy contenta de, en este momento, tener dos coordinadores en los teatros. En el caso de Marta, estamos muy contentos con su trabajo, me gusta mucho cómo ha programado y cómo ha llevado a cabo todas sus labores. Sobre la renovación... se resolverá en breve.
-Ahora que los dos teatros tienen capitán, con Banyuls al frente de La Mutant y Juanma Artigot en el TEM, ¿cuáles son los objetivos que fija para ellos?
-Me gusta que cada espacio tenga su propia identidad. Hay propuestas de futuro por parte de cada uno, que pasan por talleres de formación, la conexión con los barrios o ampliar las edades de los públicos. También es importante la relación con el resto de espacios escénicos, de dentro y fuera de la Comunitat Valenciana, en lo que ambos están trabajando. Estas son las líneas de futuro.
"El consejo de programación del TEM y La Mutant se ha dejado como una cuestión secundaria"
-En 2019 se anunció la creación del consejo de programación para los teatros municipales, un grupo de trabajo formado por profesionales del sector y por personal administrativo. No se ha puesto en marcha todavía, ¿llegará?
-Por las circunstancias que todos sabemos esa cuestión ha quedado parada. No está eliminada de nuestras prioridades, pero se ha dejado como una cuestión secundaria. Está a la espera.
-Dijo cuando llegó como concejala que tenía como objetivo recuperar unas relaciones con La Rambleta que calificaba de inexistentes, ¿lo ha hecho?
-Sí. Hemos tenido varias reuniones con Rambleta y, es más, durante el periodo de confinamiento, en el que tuvimos que preparar protocolos y revisiones especificas de cada espacio, estaban los tres teatros coordinados. La relación es muy fluida. Dentro del programa Platea (del Ministerio de Cultura), además, hemos incluido a Rambleta. Dentro de las posibilidades, está incluido en la coordinación de los teatros municipales.
-Otros de los grandes proyectos son el Centro del Cómic, cuya apertura está prevista para principios de 2022. ¿cuál es la fórmula de gestión?
-Queda pendiente la firma del convenio de colaboración, que será el marco de trabajo, que está ahora en periodo de revisión. La gestión del edificio es municipal algo que, además, queda muy asentado en la coherencia de Acción Cultural y la red de bibliotecas, con lo que la gestión administrativa y la supervisión de la conservación de fondos correría a cargo de nuestros servicios. La universidad se encargará de la investigación y divulgación, vinculada a Aula de Cómic y la labor que lleva Álvaro Pons, también teniendo en cuenta las relaciones institucionales que podamos hacer. Por ejemplo, hace unos días tuvimos una reunión con responsables del Instituto Francés (IVF) para conocer su futuro y hablamos de mantener colaboraciones. En este caso entra la relación con la feria de Angoulême, una de las más importantes, y los fondos de cómic que tiene el Instituto.
-¿Los depositarán en el Centro del Cómic?
-No tenemos confirmación. Están revisando qué fórmulas habría. Nuestras puertas están abiertas para poder acoger los fondos. Y, al margen de esto, también está el hecho de generar actividades, una línea que queremos abrir con ellos.
-Para abrir nuevos espacios hacen falta trabajadores, sea Bombalino o el Centro del Cómic, ¿tiene los recursos humanos para ello?
-De hecho, cuando empezamos las primeras reuniones ya elaboramos un breve esquema de personal. Va a haber que hacer un reajuste y muy probablemente ampliar personal. Estamos esperanzados de que se pueda conseguir. Es necesario crear una estructura.
"NUESTRAS PUERTAS ESTÁN ABIERTAS PARA PODER ACOGER LOS FONDOS DEL INSTITUTO FRANCÉS"
-Uno de sus grandes proyectos era que València se integrara como ciudad creativa en la UNESCO en 2021, en la categoría de diseño, sin embargo parece que el objetivo ahora pasa a 2023 y no coincidirá con la Capitalidad Mundial, ¿por qué?
-La gestión de las candidaturas es bianual y el proceso requería un poco más de tiempo y preparación. El equipo que ha preparado la candidatura de Manises [para 2021] es el que a va a colaborar con nosotros y, por lo tanto, necesitábamos que se cerrara esa candidatura para empezar con la nuestra. Lo importante de esto es el proceso, es importante ese año anterior en el que tenemos que vincular la candidatura de València con proyectos. Esto lo que va a hacer es reforzar el año del Diseño. Evidentemente nos habría gustado que fuera antes, pero viendo el propio procedimiento y que había otras ciudades como Manises pendientes, nos parecía lo más conveniente.
-Hablando de diseño, en el 2019 presentó junto a Sandra Gómez el Consejo de Diseño, un ente consultivo que se espera empiece a funcionar en 2021 y que estará formado por profesionales y agentes del sector de la arquitectura, ¿en qué punto está?
-Está pendiente, pero estamos trabajando para eso. De hecho, hemos tenido una reunión al respecto con Xavi Calvo [director de la Capital Mundial del Diseño], vimos las herramientas para que se pudiera formalizar y para que estuviera integrado por todo el Ayuntamiento. Es una cuestión que en otoño espero poner en marcha. Faltaba el marco, la fórmula, y ya está. Los objetivos y el desarrollo será igual que el que ya planteamos. Es un proyecto importante y espero que el año que viene pueda estar funcionando. Este organismo consultivo sería muy bueno para todo tipo de ordenanzas y revisiones futuras.
-Un tema recurrente es la organización de las concejalías de Cultura, dividida en tres, una estructura compleja para la que, de hecho, en elecciones se planteó un cambio que no llegó, ¿cómo es la coordinación con el resto de concejalías?
-La coordinación es buena teniendo en cuenta que cultura es muy difícil de trocear. Hay espacios multidisciplinares y es difícil decir a quién corresponde. El trabajo es fluido y ahora, sobre todo en cuestiones como la definición de ayudas, hemos tenido que precisar un poco más qué espacios teníamos que llevar a cabo cada uno. Pero, vamos, por lo demás muy bien. De cara al sector yo entiendo que a veces es complicado saber a quien te tienes que dirigir para determinados proyectos. En ese sentido, la apuesta que se ha hecho de trasladar los servicios de Cultura a San Vicente de la Roqueta es muy buena porque a la hora de gestionar permitirá la creación de esa ventanilla única que es tan importante.
"no creo que haya apropiacionismo entre concejalías"
-No se puede obviar que es una gestión, además, de dos partidos políticos, cada uno con sus proyectos. Se da el caso, por ejemplo, que audiovisual se impulsa en gran medida desde Cultura (Compromís) con La Mostra, pero los Goya ha sido una gran apuesta por vuestra parte. ¿Hay cierta competencia a la hora de plantear proyectos en esos espacios de indefinición?
-En el caso que comentas de Berlanga, el motor fundamental fue desde vicealcaldía, con Sandra Gómez, y luego por Turismo. Desde el resto de concejalías lo que se ha hecho es sumarse e impulsar una serie de proyectos vinculados a eso. Pero yo no creo que haya apropiacionismo. Los espacios culturales funcionan y en momentos de coordinación, como ha habido en pandemia, se ha trabajado más conjuntamente de lo normal.
-¿Cuáles son los objetivos de esta segunda mitad de legislatura?
-Estos dos primeros son de situación y revisar el espacio. El tercer año es clave para realmente poder dinamizar y dejar proyectos cerrados. Algunos están en marcha y bastante avanzados, como la candidatura de Unesco, el centro de producción Bombalino o el de Cómic. Otro objetivo fundamental es el trabajo de conservación y dinamización de la hemeroteca municipal de Maguncia, que necesita un apoyo tanto para el continente como para el contenido. Necesita una renovación. En cuestión de bibliotecas, hay dos importantes que verán la luz que son las de Malvarrosa y Malilla, muy necesarias.
Naufragios, obsesiones infantiles y criaturas marinas se dan cita en Ballenas invisibles (Barlin), el ensayo en el que Paula Díaz Altozano aborda la fascinación por los grandes cetáceos a lo largo de los siglos