VALÈNCIA. Tras más de medio año de parón, el audiovisual valenciano apuesta todo a este otoño. Así lo demuestra el aluvión de estrenos y eventos que tendrán lugar a lo largo de las próximas semanas y que supone todo un pulso a la capacidad del sector para con el público y su resonancia en el exterior. ¿Podrá amortiguar el envite de 2020? ¿El camino se clarifica o se oscurece? ¿Se es más autónomo que hace un año respecto a la industria del cine de Madrid, que viene a rodar a València a través de co-producciones?
La Mostra de València, que se inauguró anoche, dedica esta edición más esfuerzo que nunca en exhibir las películas que se han rodado este año y que no han tenido manera de estrenarse en otros festivales o en salas. Un total de 11 películas desfilarán por las diferentes secciones, aunque dos destacan por estar en la Sección Informativa junto a otras propuestas del Mediterráneo: Camagroga y Coses a fer abans de morir. De la primera, un documental contemplativo sobre el cultivo de la chufa en Alboraia que ha sido seleccionada en festivales como el Sheffield Doc/Fest, L’Alternativa y Doclisboa, ya habló este diario hace algunas semanas.
La segunda, el debut en el largometraje de Cristina Fernández Pintado y Miguel Llorens, también fue seleccionado en el Festival de Málaga, pero la crisis sanitaria ha retrasado su estreno hasta este mismo sábado. “Llevamos un año a trompicones y finalmente se puede estrenar. Nos lo tomamos con mucha ilusión porque ni siquiera hemos podido organizar un pase con el equipo”, explica a este diario la guionista y co-directora del proyecto. El film ya ha sido vendido a televisiones y les gustaría también conseguir lo mismo en alguna plataforma “porque es lo que ahora mismo da más visibilidad”, algo más difícil será la exhibición comercial en los cines: “El cine es muy romántico, más en la situación actual. Pero bueno, somos muy románticos”.
Coses a fer abans de morir es un film sencillo y con un presupuesto austero que cuenta un fin de semana entre amigos honrando la pérdida de una persona de la pandilla. Un juego de realizar retos acabará destapando algunos asuntos pendientes en el grupo. Rodada en valenciano y en castellano, Cristina Fernández Pintado confiesa “estar muy orgullosa del trabajo hecho”, y tras conseguir darle salida a este proyecto (algo que no pueden decir otras muchas películas valencianas), ya prepara su segundo largometraje. Este proyecto le ha costado sacarlo adelante 10 años.
Como este film, hasta 73 producciones se han presentado a la tercera edición de los Premis de l’Audiovisual Valencià, que tienen prevista su gala el 21 de noviembre en el Palau de Les Arts. Como ya analizó este diario el pasado mayo, la temporada de premios quedará algo enrarecida, pero la Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual ha flexibilizado su normativa para facilitar la presentación de candidaturas, que ahora están en la primera fase de votación.
Los Premis de l’Audiovisual tienen un doble objetivo: por una parte, poner en valor el trabajo hecho por los creadores y creadoras valencianas, y por tanto, reivindicar el cine “más de aquí”, y por otro, mirar a Madrid y al resto de España, dejando participar también las co-producciones más grandes, que mueven grandes nombres en la dirección o en la interpretación. Una brecha industrial que no se ha resuelto y que determina las esperanzas de la clase media y de bajo presupuesto del cine “puramente” valenciano. “Presentamos nuestra película por activismo y porque creemos en nuestro proyecto, pero, ¿acaso tiene posibilidades de competir siquiera mi película con una propuesta con una gran directora detrás?”, se preguntan varias fuentes consultadas.
En todo caso, el espaldarazo y la visibilidad que reciben las películas que participan no es nada desdeñable. A partir de estas candidaturas, los films organizan pases, preestrenos, muestras a académicos y académicas o directamente al público general. Durante estas semanas, el cine valenciano se muestra en pantalla grande más que nunca gracias a los premios. “La situación es muy complicada, pero el cine valenciano ha demostrado que está vivo y que es más fuerte de lo que parecía. La industria ha decidido resistir”, opina Pep Llopis, presidente de la Acadèmia.
Este año parece salvado, “ha sido una sorpresa y una contradicción con lo que está ocurriendo en las carteleras, pero hay que verlo desde un lado muy positivo”, piensa Llopis, que apunta a un año que viene algo más complicado: “Será duro si la situación no mejora, y tenemos el reto de un Año Berlanga que sirva de verdad a la industria audiovisual valenciana. Se está rodando, y se sigue buscando rodar, así que mi preocupación es optimista”.
Pero, ¿por qué es tan importante mirar hacia Madrid cuando hablamos de cine valenciano? “Estrenar en Madrid significa existir”; así de tajante se muestra Pedro Pérez Rosado, que presenta su último film, Una dona amb unes ales tremendes. Con su anterior proyecto, aprendió la lección: “Se estrenó con 18 copias, aunque ninguna en Madrid. ¿Qué ocurrió? Que no apareció en ninguna cartelera. Estrenar en la capital es la única manera de que te hagan caso. Es una cuestión de marketing”, explica.
Aunque el realizador ya es veterano en festivales como San Sebastián, no oculta las dificultades de permanecer dentro del marco del “audiovisual valenciano”: “Queremos traer los rodajes de Madrid y facilitarlos, pero cuando somos nosotros los que vamos a las televisiones nacionales o al ICAA a buscar apoyo, nos encontramos con muchas dificultades. No es un camino de ida y vuelta”. En este sentido, confiesa tener envidia de la industria vasca. ¿La solución que propone?: redoblar la apuesta por los equipos y cineastas valencianos por parte de las instituciones y À Punt, en detrimento de otros proyectos que llegan ya bien financiados desde Cataluña o Madrid.
Aún así, el simple hecho de poder estrenarla en salas, le parece un logro: “Aunque tenga pocas copias, la estrenamos con mucha ilusión porque tiene vida. El cine está para ser visto”, determina. La película, que también se podrá ver en València desde hoy mismo, ya ha sido comentada en el programa de cine de Plaza Radio Última Fila.