VALÈNCIA. El Festival de Málaga se canceló tres días de su gala de apertura en la misma semana que se decretó el Estado de Alarma. Aunque ha ido cambiando de fechas en varias ocasiones, parece que finales de agosto es la opción que quedará, aunque habrá grandes restricciones para un evento muy mediático en la ciudad. También tal día como ayer, el Festival de San Sebastián presentaría el cartel de su edición, prevista para septiembre, aunque su director José Luis Rebordinos no ha querido ser tajante con la idea de que el certamen de cine internacional se pueda celebrar en unas mínimas condiciones. Mientras, los cines esperan abrir a finales de este mes, si las etapas del desconfinamiento lo permiten. Como unas piezas de dominó, los estrenos de cine español (y valenciano) se han ido tumbando y esto va a dejar un calendario atípico en la cartelera, en los festivales, y por supuesto, en los premios, justo en la temporada en la que València tenía pensado 'lucirse' con ellos.
Muchos de los grandes estrenos del cine español se presentan unas semanas o unos meses antes en Málaga o San Sebastián. El año pasado, por ejemplo, La trinchera infinita, Mientras dure la guerra y La hija de un ladrón se presentaron a orillas de la playa de la Concha, mientras que la Malgueta pudo disfrutar en primicia de Els dies que vindràn o Buñuel, en el laberinto de las tortugas, entre otros filmes. También se ha de tener en cuenta que la cartelera en el cine vive, cada vez más, una estacionalidad más clara: desde bien entrado el otoño hasta las pascuas se suelen suceder algunos de los estrenos más potentes, mientras que cuando el calor aprieta, el listón está algo más bajo, una estrategia que utilizan, en un sentido u otro, las diferentes distribuidoras. La realidad es que el parón en la exhibición cinematográfica hace pensar que la concentración otoñal (los grandes lanzamientos internacionales de primavera, como la nueva de la saga James Bond, se han retrasado a entonces) va a poner las cosas muy difíciles al cine español, que ya están retrasando al 2021 algunos estrenos.
Todos estos factores hacen que algunas productoras y distribuidoras se estén replanteando qué estrategia seguir, si quemar la película este año y probar suerte o no. Y a pesar de que el Ministerio ha liberado la posibilidad de estrenarse en plataformas online y seguir recibiendo las ayudas hasta el 31 de agosto, para los filmes con cierto presupuesto, y sobre todo, con capacidad mediática y de taquilla, tal vez no sea una alternativa. En definitiva, el año en el cine español se prevé más que atípico, de supervivencia, y tendrá que bascular en todo momento su exposición económica y mediática. Esto no pasa de puntillas en el cine valenciano, con una estructura mucho más precaria que el sector a nivel nacional, que le ocurre exactamente lo mismo, salvo que la sombra es doble: a los estrenos del cine autonómico, que no suelen brillar en la taquilla habitualmente, se les puede hacer grande competir con los grandes estrenos tanto internacionales como nacionales.
En este sentido, la Acadèmia Valenciana de l'Audiovisual ya está preparando unas bases "muy flexibles y abiertas" para los III Premis de l'Audiovisual, que este año tiene prevista su celebración en València a finales de noviembre. Tras hacer lo propio en Alicante y Castellón, la Acadèmia se tomaba este año como el gran escaparate exterior, como la oportunidad de "ponerse en el mapa" y que los premios importaran más allá de la Comunitat, con el consiguiente interés por patrocinadores privados que dieran músculo para el empujón definitivo que necesita este organismo, que aún no ha cumplido dos años de vida. Fuentes de la AVAV confirman a Culturplaza que se están revisando las bases y que el formato y la idea de la gala se irá adaptando a las circunstancias. "La voluntad es celebrarlo, pero aún no sabemos cómo", explican. Desde la Acadèmia tienen constancia de un buen número de películas que antes del confinamiento ya habían terminado el rodaje y, por tanto, el calendario no lo tienen tan complicado. El número sería suficiente como para hacer una edición más que decente, pero el calendario de estrenos se le echa encima. Una de las medidas que seguramente adopte la Acadèmia sea el de flexibilizar la fecha de estreno para que puedan participar películas que, aunque aún no hayan obtenido el certificado del ICAA, sí se vayan a estrenar antes del 31 de diciembre de 2020.
Por otra parte, València aspiraba, con un importante trabajo por parte de Ayuntamiento, Diputación y Generalitat, a acoger la próxima gala de los Premios Goya, prevista para febrero de 2021. Aunque no se llegó a formalizar, la presencia de una comitiva a Málaga, donde se celebró este año, y la declaración del Año Berlanga para el próximo año apuntaba directamente a la capital del Turia, que ya barajaba si la mejor sede sería Feria Valencia o el Ágora. El año pasado, a estas alturas, se decidió el procedimiento para elegir sede de la gala, que salía de Madrid por tercer año consecutivo, y en julio se confirmó que la ciudad andaluza sería la elegida. Este año, los plazos se concentrarán, aunque desde la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España confirman a este diario que nada se puede dar sobre seguro y recuerdan que ni siquiera se ha decidido si la gala volverá a hacerse fuera de Madrid.
La comisión de los premios está trabajando también en flexibilizar las bases, tal como han hecho los Oscar, para adaptar las candidaturas a este extraño año. Esta comisión es la misma que tiene que pulsar la posibilidad (o no) de salir de Madrid y movilizar a toda la industria nacional. "A estas alturas, solo se puede decir que se está debatiendo y planteando, porque el escenario es muy cambiante", explican desde la Academia que organiza los premios nacionales. En todo caso, aunque la crisis del coronavirus ha dejado en stand-by la mesa de trabajo para seguir trabajando en que la gala se celebre el próximo año aquí, el Ayuntamiento de València confirma que no se ha valorado apearse de su intención y aseguran que, con las aguas más calmadas, se retomará el trabajo, y restan importancia a que, con el calendario de estrenos por concretar, la próxima edición pueda quedar algo descafeinada.
Una última buena noticia: el Gobierno reconoció, en el plan de choque específico para la Cultura por la crisis del coronavirus, al Año Berlanga como Acontecimiento de Excepcional Interés Público, junto al Campeonato Mundial de Vela en Alicante, el Xacobeo 2021 o la Feria del Libro de Frankfurt, por lo que tendrá un presupuesto específico por parte de la administración central.