El pasado sábado 11 de noviembre el Teatre Principal acogió la VII Nit del Circ Valencià, una gala organizada de la mano de la APCCV que tiene como objetivo visibilizar a las artistas circenses valencianas contribuyendo a la divulgación de este arte
VALÈNCIA. Anoche la Associació de Professionals de Circ de la Comunitat Valenciana (APCCV) celebró la gran Nit del Circ Valencià, que en su VII edición busca celebrar el arte circense y su fuerza en la ciudad. La asociación, compuesta por compañías, artistas y profesionales del circo valenciano busca a través de esta noche divulgar la cultura del circo y normalizar en todas sus modalidades “situándose en la misma categoría que todas las artes escénicas valencianas”. Para ello, desde la asociación, pelean por más reconocimiento social y una mayor cantidad de espectáculos. Desde la junta directiva de la APCCV, Gonzalo Santamaría, atiende a Culturplaza para aclarar algunas de las reivindicaciones que piden desde la asociación.
Aún a la espera de saber cómo les afecta el cambio político Santamaría explica que el circo valenciano se caracteriza por la diversidad dentro de la Comunitat, tanto en teatros públicos, como en festivales y shows callejeros, incluyendo también las salas alternativas y los espacios no convencionales, algo que quieren mantener a toda costa sin modificar el ritmo que han alcanzado: “A nivel de cambios políticos que pueden haber queremos mantener el máximo de programación posible, tanto en espacios públicos como en los privados y con las colaboraciones en las que podamos desarrollar nuevos espectáculos”, explica Santamaría, abogando por más espectáculos callejeros que son los que de verdad acercan al público a las salas: “La gente que se encuentra el circo en la calle se acercan a descubrir lo que son los festivales y a rebuscar en la programación de los ayuntamientos y los pueblos. Cuando ven en la calle lo que es el circo descubren algo impactante, un arte que se entiende como algo plural”, explica.
Defienden que ese tipo de espectáculos son la manera de que tanto las instituciones como los programadores tiendan ese voto de confianza al trabajo del artista circense, algo que por lo general no está tan valorado como el resto de las artes escénicas, que suelen contar con más representaciones y espacios: “La lucha de nuestro sector es exhibir nuestro arte en el mayor número posible de sitios y desde toda su diversidad, ya sea con un mensaje social, político, infantil e incluso contemporáneo.
Trabajamos mucho las diferentes disciplinas y poco a poco nos vamos acercando a nuevos espacios como el teatro, exigimos que las compañías estén en más espacios públicos como el Rialto o el Principal”, explica Santamaría. Esta reivindicación viene de la mano de una voluntad por “exhibir propuestas artísticas más arriesgadas”, una lectura de nuevos lenguajes que no siempre se quieren hacer desde los espacios públicos, algo que se refleja desde el informe del Circuit Valencià Cultural del año 2022, en el que el circo cuenta con con un 5’6% de cuota de representaciones frente al 54’9% del teatro o el 9’19% de la danza.
Este 5’6% para Santamaría supone una cifra muy inferior a lo deseado, algo que quieren pelear por aumentar desde la programación de los circuitos del Instituto Valenciano de Cultura: “De todo lo programado el circo solo tiene un 5%, nos parece una cifra que tiene como mínimo que duplicarse, es una cifra ridícula. El circo en España es una disciplina que está irrumpiendo con muchísima potencia y que se desarrolla a una velocidad abismal”. ¿Y porque cuenta con ese porcentaje de programación tan bajo? Para Santamaría la respuesta está en el desconocimiento de la pluralidad de este arte: “Creo que no se apuesta bien por el circo, es algo que se descubre cuando se saca el circo a la calle el público se impresiona con dos personas volando sobre un pórtico de diez metros, o con actividades como el trapecio volante. El circo ya no es de los payasos que venían a la ciudad, es algo mucho más plural y que a veces cuesta que se comprenda desde las propias programaciones”.
A pesar de esta cifra preocupante respecto a la programación Santamaría se siente optimista desde la asociación respecto al avance del circo en la ciudad, contempla que a día de hoy se ven bastantes más espectáculos en los teatros principales, y que han aumentado bastante en número las compañías que se dedican a estas artes, incrementando así tanto ayudas como escuelas: “Hace veinte años se podrían ver unas diez compañías y ahora cuarenta, antes no teníamos ninguna escuela en València y ahora hay unas cinco, nos gusta pensar que vamos creciendo pero lo que necesitamos es que las instituciones vayan a la misma velocidad que vamos nosotros”.
De la misma manera, y recién llegado de la feria Mercartes -la feria de Valladolid de las artes escénicas- Santamaría considera que el circo valenciano mantiene buen pulso, ya que allí la mayoría de las compañías eran valencianas: “El circo valenciano tiene mucha gente y mucho movimiento, con todo esto es imposible que nuestra programación solo llegue a un 5’6%, necesitamos luchar mínimo por un 10%, para ello tenemos que hacernos ver por los programadores, por el público y por todas las personalidades de la política”.
Por todo esto la Nit del Circ supone un evento clave en el mapa para que los valencianos sitúen las artes circenses en el lugar que pertenece. Santamaría explica también que esta gala comenzó con la idea de “llevar el circo al teatro” pero que tras varias ediciones ha tomado un ritmo mucho más reivindicativo y que habla por parte de toda la asociación: “Celebramos el circo y pedimos más espacios, tenemos que conseguir que se celebre dentro de la sociedad y esta gala es una forma de derribar estos muros”, explica, “queremos más espacio para hacer lo nuestro, somos artistas acostumbrados al cambio y a la lucha activa. Tenemos que darle salida a todas las compañías y sus espectáculos profesionales, todo dentro de la Comunitat y sin necesidad de emigrar fuera de España”.