Teatro y danza

la compañía presenta en russafa escènica la tercera declinación de 'ultraficción'

El Conde de Torrefiel convierte el TEM en un laboratorio escénico durante ocho días

  • Foto: ESTRELLA JOVER

VALÈNCIA. Algo está pasando en el Teatre El Musical. Es miércoles y por la puerta de camerinos se está descargando material para una obra. Dentro, tras cruzar el pasillo, se encuentra el escenario del teatro desnudo, con solo unas pocas luces. Siete jóvenes sostienen un castillo hinchable que ocupa el ancho de las tablas con la cabeza. Es el final del ensayo de hoy, miércoles. Tras la escena, una conversación de unos diez minutos para recordar algunas cosas, pero sobre todo para construir otras. Son Tanya Beyeler y Pablo Gisbert en plena acción, construyendo a unos pocos de su primera función Complicidad de materiales anónimos.

Se trata de la tercera declinación -así llaman ellos a sus experimentos- del proyecto Ultraficción, que empezó en el festival italiano Santarcangelo en julio, siguió unos días después en el Grec de Barcelona y ahora acoge Russafa Escénica. Estas tres y otras dos declinaciones más configurarán el que será su obra final, que estrenarán en el Wiener Festwochen de 2022. “Nos gusta trabajar de manera práctica desde el principio, por una cuestión de experiencia y carácter. Hemos encontrado un buen equilibrio entre lo que significa preparar una obra para el mercado del arte y mantener el espíritu de investigación en contextos más efímeros y lugares donde no hay tanta expectativa”, explica Beyeler. “No queremos crear una pieza para un festival del tamaño del Wiener Festwochen sin tener claros los conceptos. Y como no somos académicos, necesitamos la práctica en la escena”, añade Gisbert. No se trata de ensayos generales sobre lo mismo, sino experimentos con los que ir anotando ideas, cuestiones, escenas, que les puedan sugerir la pieza final. València es el laboratorio que ahora utilizan.

Lo hacen con siete jóvenes que, como siempre en la sección Hivernacle, han de ser personas en último curso o recién graduadas en Arte Dramático. La obra la están construyendo durante ocho días en el TEM: “Es ahora cuando estamos empezando a cerrar cosas, así que no podemos decir aún qué es lo que va a suceder en escena el sábado”. En Barcelona, en la segunda declinación, pusieron tres personas sordas sobre el escenario hablando durante 50 minutos para reflexionar sobre el muro invisible que crea una lengua y una cultura diferente, incluso dentro de una misma sociedad. La distancia insalvable en la verbalización del mismo universo.

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