MADRID/VALÈNCIA (EP). La Comisión de Igualdad del Congreso ha apoyado este jueves, a pesar del voto en contra de PP y Ciudadanos, una iniciativa de Compromís en la que se promueve un cambio de denominación del 'Congreso de los Diputados' por sólo 'Congreso', con el objetivo de lograr un lenguaje más inclusivo en la Cámara.
La propuesta fue debatida hace dos meses pero, precisamente PP y Ciudadanos, pararon su votación en el último momento al considerar que la comisión se estaba excediendo de sus competencias. Ambas formaciones trasladaron esta situación a la Mesa del Congreso que, finalmente ha dado luz verde a la votación.
La defensora de esta propuesta, la portavoz de Igualdad de la coalición valenciana, Marta Sorlí, señaló durante el debate, que tuvo lugar en diciembre, que este cambio no sería una novedad, ya que es así cómo se conoce al Senado o a los ayuntamientos que "no son de los senadores ni de los concejales".
Sorlí también reconoció en su intervención que esta modificación supone una "economía lingüística, ya que el término Congreso "es más corto y más cómodo", mientras que la actual denominación es, en su opinión, "reiterativa y cargante".
La diputada llegó hace dos meses a un acuerdo con PSOE y Unidos Podemos para incluir en su texto varias propuestas, por la que se solicitaba la formación del personal funcionarial del Congreso, así como de los servicios de traducción y jurídicos. Además se puso plazo, todo 2018, para aplicar el uso de lenguaje inclusivo y no discriminatorio en el trabajo parlamentario. Ambas medidas también han contado con mayoría de apoyo ahora.
En la misma situación se encontraba una iniciativa socialista por la que se instaba a la propia Cámara Baja a cumplir con la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en la elección, tanto de los miembros de la Mesa como del resto de sus órganos, y que ahora también ha sido votada y apoyada por la mayoría. En concreto, por todos los grupos a excepción de PP y Ciudadanos, que se han abstenido.
En la iniciativa, los socialistas proponen que la representación de un género en estos órganos de la Cámara no sean nunca superior al 60 por ciento y, por tanto, el otro quede relegado a una cifra inferior al 40 por ciento.