La Generalitat propondrá a la UE una figura similar a la dación en pago para paralizar la subasta, si bien el complejo alicantino no podrá acoger rodajes
VALENCIA. La solución es mala. La bala de plata que tenía el Consell para salvar Ciudad de la Luz ha salido con retroceso. Este jueves la Generalitat envió a la Comisaría Europea de la Competencia su propuesta para paralizar la subasta del complejo alicantino. La principal obsesión del Gobierno de Ximo Puig era que no se celebrase la subasta.
La administración valenciana no quiere que la almoneda sea una mala venta, que un complejo que costó 265 millones de euros se malbarate. Y es que las previsiones que se manejaban estimaban que el complejo de Aguamarga se vendería por un precio inferior a 30 millones de euros, cuando la tasación de los estudios alicantinos situaba su valor por encima de los 94 millones de euros.
En esa tesitura, desde la Unión Europea se mostró comprensión y se ofreció una posibilidad: que el nuevo gobierno autonómico realizara una propuesta en el transcurso de una semana, plazo que se cumplió este jueves.
Pero el problema es que dicha propuesta debía cumplir la sentencia de la Comisión, que obligaba a que no se realizaran actividades profesionales vinculadas al sector audiovisual ya que la construcción del complejo alicantino, realizada por el PP, incumplía todas las normativas legales y alteraba el sistema de libre mercado.
Durante la última semana la Generalitat ha trabajado en un documento que partió este jueves hacia Bruselas. La propuesta del Consell tiene en cuenta esa petición sine qua non y contempla que Ciudad de la Luz tenga un uso no cinematográfico.
Para saldar la deuda por las ayudas ilegales, Ciudad de la Luz será dada a la Generalitat en una fórmula similar a la dación en pago. De esta forma, el complejo alicantino dejará de ser una empresa y se convertirá en un espacio público y por tanto no alterará el mercado audiovisual europeo.
Si bien la propuesta del Consell ha sido medida en todos sus aspectos legales, desde la Generalitat prefieren ser cautos y esperar a la respuesta de Bruselas. Hasta que no hable Europa no se sabrá si la subasta se puede dar por paralizada.