VALÈNCIA. La entrada al 2022 evidencia el futuro más inmediato... las obras saltan del lienzo a un plano digital y ahora la propiedad se mide a través de un código numérico y no de un certificado. Bueno, ahora mismo quizá no del todo pero ese es el escenario futuro que se comienza a palpar en la Galería Benlliure. A partir de mañana en este espacio se expondrá Erotica of the Territory, un clip inédito de 12 segundos del artista visual Jesu Moratiel. Él es pionero en acercar el criptoarte a las galerías valencianas, lo hace junto a su obra, que se expondrá a través de una pantalla y que dialogará con las pinturas y esculturas de artistas como Joan Miró, Juan Genovés o Manolo Valdés, haciendo legible una nueva escena posible en el panorama del arte valenciano. Aunque el criptoarte ya comenzó a dar sus primeros pasos en Madrid, de la mano de Solimán López, quien expuso por primera vez en la feria ARCO una obra de estas características.
De forma sintetizada: el arte NFT o criptoarte concibe la idea de una firma única de archivos digitales, a través de la que se evita la falsificación de estos y que permite encriptar las piezas. En el caso de Erotica of the Territory el clip una vez adquirido como NFT viajará constantemente con su información a través de la red, y una vez sea adquirido se tangibiliza su valor a través del mundo digital. Para Óscar Segrelles, encargado de la galería, esto es un lenguaje propio del futuro al que es necesario que nos adaptemos. Durante los últimos meses se ha sumido en el mundo del criptoarte y las NFTs con el motivo de preparar su acercamiento al público de la forma más natural posible: “El criptoarte vive en la red, y ahí están los NFTs. Al final esto es como una base de datos, el NFT lo que hace es que la obra no pueda ser falsificada, su información está bajo sello y la asegura de esta forma”. De esa forma el NFT se traduce código que certifica tanto la información de la obra como su titularidad, haciendo que su llegada a las galerías suponga un giro en el mundo de la adquisición del arte.
Ciudades como Londres, Nueva York, Miami o Los Ángeles cuentan ya con sus galerías especializadas en NFTs. València se une a la lista con su modesta aportación: una obra en pantalla junto a grabado de Jaume Plensa y una menina de mármol de Manolo Valdés. Aunque realmente esta obra está rodeada de todo lo existente, ya que su espacio real es internet: “El NFT es algo global”, aclara Moratiel, “está en todo el mundo. Aunque sí que cabe recalcar que es la primera vez que se expone en una galería establecida de València, y esto supone una visión optimista para el panorama cultural valenciano”. De esta forma la ciudad se hace hueco en el tejido artístico mundial, introduciendo un nuevo diálogo que avanza hacia el futuro.
Para Moratiel la adaptación a este futuro es algo totalmente natural y de lógica evolutiva, e icnluso lo plantea así en su proceso artístico y creativo: “Al igual que los primitivos hacían sus pinturas rupestres, la pantalla es la pared de mi cueva”. Moratiel se ha especializado estos últimos años en una materia de creación más digital aunque no por ello menos tangible. La exposición de su obra y la compra venta de esta sigue los mismos criterios que las que le rodean, aunque se tenga que comprender dentro de un nuevo lenguaje: "Creo que este contraste es muy enriquecedor, y ayuda a mirar al arte digital como nos habíamos acostumbrado ya a mirar el arte “analógico”. Creo que es algo orgánico y natural que ocurra, igual que en algún momento poner una obra cubista al lado de una barroca debió ser algo chocante y ahora nos parece lo más normal del mundo".
Para Segrelles la dificultad a la hora de exponer criptoarte ha estado en comprenderlo y poder traducir el mensaje a los visitantes de la galería. Adapta el mensaje de la siguiente manera: Existe una tecnología que permite que las piezas se encripten y se comprendan como archivos únicos, esto se comprende en los NFTs. Dentro de estos se comprenden características de la pieza e información sobre esta como puede ser por ejemplo su titularidad. Esta tangibilización permite que se pueda exponer y vender una obra digital al igual que sucede con las piezas físicas.
Segrelles nos explica que todo este universo vive en la blockchain, una cadena de “bloques” que viven en la red, unas bases de datos que permiten que el certificado y la información de la obra sea completamente infalsificable. En el caso de la compraventa de Erotica of the Territory la obra se marcaría como vendida con un símbolo tan sencillo como con un gomet rojo en un lado de la pantalla, al igual que sucede con el resto de piezas, modificando tan solo la forma de hacer la transacción al adquirirla: “La idea de la compraventa se tramitaría a través de criptomonedas, en realidad se parece a una transacción normal y corriente. Y para traspasar la obra tal vez podría compartirse a través de un canal digital como por ejemplo un WeTransfer”, aclara Segrelles.
Para finalizar desde Culturplaza planteamos tanto al galerista como al artista dos cuestiones clave sobre el criptoarte y su adaptación al lenguaje actual:
Moratiel, ¿consideras que la inclusión de los NTF va a suponer un diálogo forzado con el arte contemporáneo?
- No creo que haya ninguna batalla y ninguno de los dos va a morir, aunque siempre habrá gente que le interese más o menos… como siempre ha ocurrido, con cada cambio cultural aparece una contracultura… pero creo más allá del hype habrá cada vez un mayor interés en el mundo de los NFTs y derivará en una coexistencia, como es ejemplo mi obra en la Galeria Benlliure.
Segrelles, ¿cómo habría visto tu tío bisabuelo, el pintor José Segrelles la llegada de los NTFs al mundo del arte?
- Él se mudó de Albaida a Nueva York porque esto se le quedaba pequeño, salvando las distancias creo que estaría totalmente a favor de los NFT. Le gustaba mucho la fantasía y lo figurado, por lo que considero que estaría acorde con ellos.
El prefijo 'cripto' se está convirtiendo en un habitual de las conversaciones de esta tercera década del tercer milenio, inclusive de aquellas relativas al arte, que ha encontrado en el NFT un nuevo mercado