TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

El 'enigma' de la financiación

17/11/2017 - 

Uno de los casos mas relevantes y enigmáticos de espionaje durante el siglo pasado fue, sin duda, la forma en que los ingleses lograron descifrar los códigos que los alemanes utilizaban en su máquina de cifrado de mensajes llamada Enigma. Desde 1929 se tenia conocimiento de  que el ejército alemán utilizaba este tipo de cifrados y no fue hasta pasado 1940 cuando los ingleses con ayuda de exiliados polacos consiguieron descifrar, en parte, esto muy adelantados códigos para la época, circunstancia que, junto con muchas otras, consiguió desequilibrar la contienda.

Pues bien, los valencianos estamos en el inicio de una campaña política que acabará, esperemos, en las elecciones municipales y autonómicas del año 2019. En estos momentos estamos recibiendo una lluvia de datos económicos acerca de nuestra financiación, de los presupuestos del año que viene, del gasto comprometido, de las inversiones a realizar y muchas otras cosas que van a marcar tanto nuestro presente como nuestro futuro. Un carajal, como decía Borrell.

Por lo tanto, es importante que, al igual que se hizo con el cifrado alemán, seamos capaces de ordenar y descifrar todos estos datos que estamos y seguiremos oyendo en el futuro. Primera cuestión. ¿Estamos infrafinanciados los valencianos? Que los valencianos estamos infrafinanciados no lo pone en duda casi nadie, y digo casi nadie puesto que todas las partes pueden y podrán esgrimir informes que den confort a su postura.

Evidentemente, en primer lugar debemos hablar de la financiación por habitante que, teniendo en cuenta los datos oficiales del propio Ministerio de Hacienda, resulta que recibimos 2.178 euros por habitante frente a una media de 2.354 euros, dato que nos sitúa a la cola del actual modelo de financiación de las 15 comunidades que lo conforman. A título informativo cabe mencionar que un cántabro recibe 2.906 euros, lo que supone algo más del 25 por 100 que un valenciano. Por lo tanto el primer dato que debemos de tener en cuenta es que los valencianos recibimos un 7,5 por 100 menos que la media de los ciudadanos españoles. Así que ahí, estamos mal.

Ahora bien, estamos tan mal como el año pasado, pongamos por caso. Pues no, no tanto. Y me explico. Lo primero que debemos hacer es aceptar la incontestable mejora de la economía. Por esa razón, los presupuestos de la Generalitat van a poder contabilizar 2.200 millones más de ingresos que los de 2015. Además, dadas las ventajosas condiciones de financiación del FLA esta previsto que la Comunitat Valenciana se ahorre en gastos financieros  aproximadamente 450 millones de euros respecto del presupuesto del ya citado 2015. Por lo tanto los presupuestos han mejorado, solamente en estas dos partidas, la nada despreciable cantidad de 2.650 millones desde el ejercicio 2015.  

Un paréntesis: con el objeto de evitar alegrías desmedidas debemos recordar que el famoso FLA no es una mejora en la financiación sino un préstamo que antes o después los valencianos tendremos que devolver

Por tanto: estábamos mal financiados por el Estado, en el último ejercicio no estamos tan mal, y además hay algo que reprochar al gobierno valenciano, si es que queremos ser rigurosos y asignar responsabilidades. El otro punto importante respecto del presupuesto es, evidentemente, comprobar la ejecución de las cuentas de 2016. Y aquí nos encontramos con la muy desagradable sorpresa de que la ejecución de la parte del presupuesto del ejercicio 2016 dedicada al capitulo de inversiones no ha superado, a fecha de hoy, el 30 por 100 de sus dotaciones. ¡Sólo la tercera parte de las inversiones previstas! Este déficit en el capítulo de ejecución de las inversiones no habla muy bien de la capacidad de gestión del ejecutivo valenciano. Por ejemplo, esa disfunción hará que en el medio plazo no podamos crecer como comunidad lo que hubiéramos crecido con una ejecución de las inversiones mayor. Por tanto, ni la sanidad, ni la educación, ni la dependencia, etc, podrán desarrollarse de la manera prevista en el momento de la confección de los presupuestos que ahora no se están cubriendo. Por tanto, y es el tercer mensaje a tener en cuenta, resulta cuanto menos sorprendente que, con toda la razón del mundo, estemos pidiendo mas financiación y luego no seamos capaces de ejecutar la dotación presupuestaria que se nos otorga.

Y luego está el contexto político, el lío catalán. Volviendo al principio del problema, es evidente que el sistema actual de financiación autonómica, además de injusto, necesita de más recursos para cubrir las competencias cedidas por el Estado. Según el llamado comité de expertos sobre financiación autonómica, se necesitan 11.500 millones de euros para financiar las CCAA de forma adecuada. Para situar esta cifra cabe mencionar que es aproximadamente un 1 por 100 del PIB español o, visto de otra forma, lo que se pagaría por parte de España en el caso de que la prima de riesgo subiera un solo punto. Esto nos puede dar también una idea de lo que supone la actual crisis territorial que estamos sufriendo y que ya cifra su efecto en términos cuantitativos en un punto y medio de PIB, esto es, 15.000 millones de euros de minoración de ingresos.

En definitiva: los valencianos estamos mal financiados, en los últimos tiempos no estamos tan mal, si pedimos más recursos debemos saber gestionarlos e invertirlos y, además, hay que tener en cuenta el contexto político. De nada sirve arreglar las finanzas si luego la política se encarga de estropear las cosas por falta de solidaridad y sentido común.

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