El Espígol Fest se fija como objetivo la creación de una residencia de cineastas

VALÈNCIA. Herbers concluye la tercera edición de Espígol Fest con una asistencia de cerca de 900 personas, unas jornadas celebradas del 18 al 21 de julio que han contado con debates abiertos con cineastas, y la sensibilización sobre despoblación, causas sociales, ruralidad y diversidad a través del cine. 

La sección oficial constaba de 25 cortos que optaban a diversos premios. El Premio al Mejor Cortometraje, con un valor de 500 euros se ha otorgado a Lava, de Carmen Jiménez; el Premio Rural, de 250 euros, también para el cortometraje Lava; el Premio al Mejor Cortometraje Joven, dotado con 150 euros, para Erro Bi, de Nagore Muriel; el Premio Diversidad ha recaído en Ese lugar partido, de Inés Pintor y Pablo Santidrián. También cabe destacar la mención especial de la asociación Àmbit a Hábitat, de Elena Escura; las menciones de Sección Oficial de Espígol Fest para Lobos, de Marina García Andreu; y Decían que era bruja, de Judith Prat; y el Premio del Público del Centro Penitenciario de Albocàsser a La farsa, de Guillem Miró.

Durante cuatro días, Herbers ha vuelto a compartir coloquios abiertos, debates, proyecciones, música en directo, exposiciones, y el tradicional taller de vogua. El festival cumple con el objetivo de hacer un llamamiento a la repoblación, la diversidad y la inclusión social y laboral de personas vulnerables, como mujeres migrantes, personas exreclusas y con diversidad funcional: precisamente los ejes principales de actividad de la asociación Àmbit. 

Pero esta edición también ha servido para sentar las bases del futuro. En el encuentro de cineastas de la jornada del 20 de julio, instituciones y creadoras independientes se han comprometido a desarrollar una Residencia de Cineastas, donde creadoras y creadores desarrollen sus proyectos audiovisuales en un entorno conectado con la naturaleza y con un ritmo de vida más pausado.

En este sentido, la presidenta de la Acadèmia Valenciana de l'Audiovisual, Teresa Cebrián, ha señalado su compromiso con esta nueva iniciativa: “Esta idea ha estado flotando en el aire desde el primer día, porque desde que pusimos un pie en Herbers pensamos que era un entorno magnífico para crear”. Así, se ha comprometido, junto con otros participantes de Espígol Fest, a “poner en marcha lo que haga falta para que sea una realidad tan pronto como sea posible”.

Espígol Fest es una iniciativa que dinamiza el territorio y genera debates activos sobre cine y cultura. En este sentido, Teresa Cebrián añade que “tenemos la obligación de descentralizar la cultura y difundirla en todo el territorio, además de crear debates e interacciones con la ciudadanía”. El papel del audiovisual en la construcción social es clave, ya que “desde el audiovisual también se transforma la sociedad. Una propuesta como Espígol Fest genera un impacto realmente positivo en las y los cineastas que asisten, en la ciudadanía y el público asistente”, ha remarcado la presidenta de la Acadèmia.