JEAN-JACQUES UETTWILLER / PRESIDENTE DE LA UIA

“El Estado de Derecho tiene problemas tanto en Europa como en Turquía o Arabia Saudí”

2/11/2015 - 

VALENCIA. Valencia despidió este domingo a los más de mil juristas asistentes a la 59 edición del Congreso anual de la Unión Internacional de Abogados (UIA), celebrada a lo largo de cuatro días de debate en más de 40 comisiones organizadas en torno a los asuntos jurídicos más destacados de la agenda internacional.

En pleno ecuador de las jornadas celebradas en el Palacio de Congresos, el abogado francés Jean-Jacques Uettwiller tomó el pasado sábado el testigo de su colega uruguayo Miguel Loinaz para asumir la presidencia anual de este veterano colectivo internacional de abogados con sede en París, con el espíritu que emana de la institución desde su creación en 1927: la defensa de los abogado y la democracia a través de la acción en equipo.

Miembro de la UIA desde 1987, el año cuando dejó su trabajo como director jurídico de empresa para ponerse la toga de profesional liberal, Uettwiller, de rostro y trato afables, luce en el momento de la entrevista unos llamativos gemelos. “Tête de mort”, señala en francés. Unas calaveras con gafas de sol, regalo de su nieto. Es una manera de expresar, afirma, que los abogados son fuertes y están siempre preparados para el combate.

Reconoce que el momento más emocionante de estos días de congreso y análisis de los problemas de hoy y los retos del mañana fue la presencia en la jornada inaugural de los Premios Nobel de la Paz 2015, Mohamed Fadhel Mahfoudh, Decano del Colegio Nacional de Abogados de Túnez y Abdessattar ben Moussa, presidente de la Liga Tunecina de Derechos Humanos, profesionales de la abogacía que han contribuido a la construcción democrática en Túnez.

“La uniformización jurídica en Europa a ultranza merece ser reflexionada”

Si el oficio del abogado a veces no tiene más remedio que asimilarse al del corsario es algo que no oculta el nuevo presidente de la UIA. “

- ¿Qué es la Unión Internacional de Abogados?

- Es una organización internacional compuesta por un millón de abogados en el mundo, con tres misiones fundamentales. Primero, defender a los abogados. La defensa de los abogados es la defensa del Estado de Derecho, y la mejor demostración es la concesión del Premio Nobel de la Paz a nuestros colegas tunecinos. En segundo lugar, pretendemos asegurar la formación continua en un contexto mundial en el que los sujetos de derecho evolucionan muy rápido, y con ese objetivo celebramos cada año entre 25 y 30 seminarios formativos con más de mil participantes.

También queremos convertirnos en un apoyo para los colegios de abogados frente a situaciones como la vivida en España con la ley de tasas o en Francia con la actual batalla con el gobierno en relación con la financiación de la justicia, y en aquellos países de Europa del Este donde la agresión de los tribunales impide el libre ejercicio de la defensa. También, proponemos ser una vía para comparar los sistemas jurídicos en el mundo. A partir de diciembre, vamos a trabajar en un código deontológico y de comparación con la jurisprudencia en el mundo en materia de protección del oficio del abogado.

- En la Revolución Francesa, una célebre leyenda callejera en París rezaba: “Pas d’avocats”. ¿Se puede decir que hoy el derecho está atacado?

En los Países Bajos, el gobierno ha sido sancionado por las escuchas de conversaciones telefónicas entre un abogado y su cliente

- Hay dos maneras de abordar las dificultades de los avances sociales, el derecho y la violencia. Para que los avances sociales sean regulados por el derecho hacen falta los abogados, porque para respetar el Estado de Derecho se necesitan profesionales independientes de los gobiernos. Y debemos hacer preservar el secreto profesional y la libertad de expresión. Son los tres grandes rasgos que permiten decir si estamos o no en un Estado de Derecho. Tomando la definición de Kofi Annan, si queremos regular la sociedad de manera distinta a la violencia, no se puede hacer sin los abogados y los jueces independientes.

- Si atendemos a los conflictos diarios,esa afirmación parece una utopía.

- Es cierto que es muy difícil, pero hay que hacerlo. No es una utopía. A pesar de todos los defectos, tenemos el ejemplo de los Estados Unidos, donde los abogados pueden ejercer su actividad con mucha independencia. La jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos protege los derechos fundamentales del abogado. Y no son derechos para nosotros, son derechos para nuestros clientes. Ese es el motivo de nuestra existencia. Un ejemplo es el proyecto de la optimización fiscal internacional --una figura de las empresas multinacionales para evitar legalmente el pago de entre el 4 % y el 10 % de los ingresos recaudados en concepto de impuesto sobre beneficios-, una regulación por la que todos los abogados del mundo se están revelando, porque supone un ataque fundamental en el derecho internacional que nos afecta a todos.

- ¿Los europeos podemos decir que tenemos todas las garantías jurídicas cubiertas?

- No, no tenemos todas las garantías. Por ejemplo, lo vemos en los Países Bajos, donde el gobierno ha escuchado las conversaciones telefónicas entre un abogado y su cliente, y ha sido sancionado por estas acciones. En Francia ha pasado lo mismo, incluso llegó a estar implicado el decano del Colegio de Abogados de París. Se puede entender que se debe a preocupaciones por cuestiones de seguridad o economía. Pero, para nosotros, se trata del gran reto a abordar, ya que compromete nuestro trabajo en todo el mundo. Los problemas de la defensa del Estado de Derecho están tanto en Europa como en Turquía o Arabia Saudí.

- ¿Ve posible una “Europa jurídica”?

“La optimización fiscal es un ataque fundamental en el derecho internacional”

- Primero, nos tendríamos que preguntar si la unión jurídica completa es necesaria. Es una certeza que sirve para asegurar la libre circulación de personas, bienes y empresas. Pero si vemos el ejemplo de Estados Unidos, el derecho del estado de Delaware no es el mismo que el de Louisiana. Hay una parte de derecho federal unificado, y la rama diferente de cada estado. La Unión Europea debe estar guiada por el principio de subsidiaridad, es decir, una autoridad superior no hace lo que puede hacer una autoridad inferior o más próxima al objeto del problema. Hay ámbitos en los que el derecho está uniformizado, pero otros necesitan ser juzgados en relación con el interés de los ciudadanos. La uniformización europea puede estar bien, pero una cosa son herramientas que eviten el “forum shopping” y otra cómo estandarizar el derecho de familia, que es mucho más delicado, al tocar el sustrato cultural de cada país. La uniformización jurídica en Europa a ultranza merece ser reflexionada.

- ¿Cuáles son los grandes desafíos para el colectivo de abogados?

- Por un lado, y cada vez más, la protección de los abogados. Vemos abogados encarcelados porque han defendido opiniones contrarias a las del gobierno de sus países, pero también vemos a abogados perjudicados por los problemas fiscales de sus clientes. No es solo es un debate de los países emergentes. Es un debate de los países autoritarios y de las viejas democracias.

Y no hay que olvidar la confrontación de intereses absolutamente opuestos: la seguridad y la protección de la libertad individual. El interés de la seguridad persigue que el Estado lo controle todo en todas partes, y la protección de la libertad individual impone que todas las personas puedan hablar libremente a su abogado para recibir consejo o defensa. La presión de la seguridad es cada vez más fuerte. Es cierto que una de las primeras misiones de toda legislación democrática es proteger a los ciudadanos pero, al mismo tiempo, no se puede hacer sin el derecho de los ciudadanos a ser protegidos y ser escuchados por su abogado.

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