Las políticas monetarias de dos de los mayores bancos centrales del planeta están detrás del mal tono que presenta actualmente el euro, a juicio del director de Riesgos de Ebury
MADRID. Las grandes divergencias que están experimentando el bloque europeo y Estados Unidos, concretamente en sus políticas monetarias y la dirección de los tipos de interés, vuelven a tener un peso importante en los mercados de divisas.
La última reunión que celebró hace poco el BCE sirvió, principalmente, para recordar a los inversores que no está previsto un endurecimiento de sus políticas económicas a corto plazo; mientras que por su parte, la Reserva Federal se prepara para aplicar una subida de tipos antes de que acabe el año. Estas noticias han llevado al euro a rangos mínimos de este año.
En la última reunión del BCE, Mario Draghi ni siquiera se abordó la idea de reducir la compra de bonos después de que el programa actual finalice en marzo de 2017, y pospuso todas las cuestiones importantes hasta la reunión de diciembre.
La falta de reacción del mercado ante dos resultados positivos en los países periféricos durante el fin de semana –la probabilidad de que se logre formar gobierno en España y el éxito de Portugal al lograr mantener su calificación crediticia por parte de la agencia DBRS– corrobora que los inversores están totalmente centrados en la divergencia de políticas al otro lado del Atlántico.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury