VALÈNCIA. El president de la Generalitat, Carlos Mazón, se enfrenta este viernes a la comparecencia más importante de su carrera desde que se convirtió en jefe del Consell el 28 de mayo de 2023. Ni la sesión de investidura, ni ningún debate de política general es comparable a la jornada que protagonizará hoy, en la que deberá explicar qué ocurrió el pasado 29 de octubre, cuando una Dana descomunal dejó a su paso por la provincia de Valencia 215 muertos, 75 municipios devastados y cubiertos de lodo, y coches arrastrados y amontonados en cualquier tipo de vías que todavía hoy tratan de ser despejadas.
Mazón, según fuentes de Presidencia, hará autocrítica, por lo que se espera que exponga cuáles fueron los errores que esta semana reconoció que el Gobierno valenciano habría cometido. En el punto de mira se encuentra su retraso a la hora de asistir a la reunión del Cecopi, el envío tardío de la alerta y, en definitiva, la actuación general del área de Emergencias de su ejecutivo, además de lo ocurrido con posterioridad a la tragedia.
No obstante, a buen seguro el jefe del Consell no dejará pasar la ocasión de reforzar algunos de los argumentos que ha venido utilizando para defenderse en los últimos días, que principalmente se han dirigido a corresponsabilizar al Gobierno central tanto en la fase previa de la catástrofe -principalmente por la falta de información que le atribuye a la CHJ- como en la posterior, con la tardanza en la llegada de efectivos para la limpieza y reconstrucción en las zonas afectadas que muchos municipios han denunciado.
Ahora bien, probablemente la parte más importante de la intervención se dirija a la hoja de ruta que seguirá la Generalitat Valenciana de ahora en adelante. Así, se espera que el presidente utilice un tono constructivo para mostrar su plan de recuperación que, además, incluirá una reforma estructural del Consell enfocada a esta tarea.
Sin el escenario de la dimisión que ha pedido Compromís sobre la mesa, el jefe del Consell se juega en esta puesta en escena la credibilidad de su relato, que a lo largo de los últimos días ha confrontado con las versiones esgrimidas por el Gobierno central, y en las que han contribuido desde el Ministerio de Interior hasta la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) o la delegación de Gobierno que ocupa Pilar Bernabé.
Buena muestra de la trascendencia de esta sesión es que el president de la Generalitat no tendrá en ningún momento límite de tiempo para intervenir. Mazón tendrá el margen que desee para exponer de forma pormenorizada lo ocurrido ese día; desde las reuniones de delegación de Gobierno con la UME, Guardia Civil y policía, hasta los avisos emitidos durante la jornada por emergencias, o los mails recibido por la CHJ. Tampoco tendrá límite en las contrarréplicas que haga a los grupos parlamentarios de la oposición, que le pedirán -al menos uno de ellos, Compromís- la dimisión como número uno del Ejecutivo valenciano.
El PSPV guarda silencio sobre la estrategia a seguir, pero exprimirá los 23 minutos (15 en la primera parte y 8 en la contrarréplica) con los que cuentan para señalar los errores en la gestión de la catástrofe, así como las carencias con las que cuenta un departamento que con el cambio climático ha pasado a ser clave. En las filas socialistas recuerdan, así, que como punto de partida el gobierno de Mazón eliminó la Unidad Valenciana de Emergencias apenas unos meses después de alcanzar la Generalitat.
Los voxistas advierten que seguirán defendiendo la necesidad de reclamar responsabilidades "cuando toque" y poner en marcha una comisión de investigación en Les Corts. Sin embargo, deberían ser la oposición menos incómoda para Mazón, dado que han señalado como "único culpable" a Pedro Sánchez por no haber tomado el mando y haber declarado el estado de emergencia nacional. Un relato que podría cambiar, eso sí, después de que Santiago Abascal advirtiera este miércoles, horas antes de la comparecencia de Mazón, que el jefe del Consell "debe asumir responsabilidades".
La cita de este viernes, además, se produce apenas unos días después de la manifestación a la que acudieron cerca de 130.000 personas que marcharon por las calles de Valencia para pedir la dimisión del president de la Generalitat. Una línea de protesta que también seguirán los convocantes de una concentración hoy a las puertas de Les Corts para afearle su gestión, antes de que comience su intervención en la tribuna.
Tras su exposición de lo ocurrido, está previsto que también desvele las líneas maestras de la remodelación profunda del Consell que tiene en mente. Un gobierno de la reconstrucción que deberá centrar su gestión en eso mismo de cara a lo que queda de legislatura. No habrá margen para mucho más. Se espera cambio de nombres de carteras, cambio de perfiles -quizá con fichajes técnicos y no políticos en áreas clave- y cambio de objetivos: que los municipios devastados recuperen la mejor calidad de servicios públicos y el impacto económico sea el menor posible con la ayuda de la administración, tanto autonómica como central.
De los compromisos que adquiera y el plan que dibuje para finalizar la legislatura, depende que pueda superar al menos lo que queda de mandato. Es por ello que Mazón se enfrenta al examen político más complejo de su vida este viernes en Les Corts Valencianes.