VALÈNCIA. Ocurrió el pasado 28 de diciembre. La consellera de Vivienda de la Generalitat, María José Salvador, se hallaba visitando el Ministerio del ramo en Madrid cuando se 'encontró' por los pasillos a la secretaria general de Vivienda, la también valenciana Helena Beunza. Salvador se hizo un selfie con Beunza y escribió en su perfil de Facebook: “Sempre un plaer compartir projectes”. Cuando Salvador subió la imagen faltaban siete minutos para las tres de la tarde, y menos de una semana para que se concretara cuáles eran esos proyectos compartidos, cuál su objetivo común y por qué las dos sonreían.
Este miércoles, con el inicio del nuevo año, la Generalitat decidió no esperar más y desveló, sin mencionar, la intrahistoria que había detrás de aquel post de la consellera. El presidente Ximo Puig mantuvo una reunión en el Palau de la Generalitat con Beunza, aprovechando su estancia en la ciudad con motivo de las fechas navideñas. La cita tenía una agenda repleta que había empezado a escribirse en el momento en el que Salvador y Beunza se hicieron el selfie en los asépticos pasillos del Ministerio. Una agenda repleta que, además de analizar los planes de la Generalitat para acelerar los trámites burocráticos y favorecer la inversión, el Plan Agiliza, incluía un capítulo largo para la vivienda pública. Por un lado, impulsar juntos promociones inacabadas; por el otro, iniciar nuevas promociones sobre solares públicos para vivienda de alquiler asequible.
La "agradable sorpresa", dicen fuentes consultadas, vino con el anuncio de que entre estas promociones a terminar se encuentra un edificio en el barrio de La Torre de València, la conocida como Torre de Sociópolis, un inmueble de un alto valor simbólico porque su figura, desnuda, llena de grafitis, se ha convertido en un icono de la triste herencia de la crisis del ladrillo. Ubicado sobre una parcela con una superficie de 3.169 metros cuadrados, el edificio se halla a medio construir y él sólo supondrá 184 viviendas de protección pública de una tacada, 210 plazas de aparcamiento ubicadas en dos plantas sótano y ocho locales comerciales en planta baja: una ciudad en miniatura. Creado por el estudio de arquitectos francés Colomer Dumont, el presupuesto del edificio cuando se licitaron las obras era 18,3 millones de euros. Teniendo en cuenta que en la actualidad se encuentra ejecutado el 35,93% del proyecto, quedan pendientes de invertir en torno a 12 millones de euros, como mínimo.
El problema con el que se enfrentaba la Generalitat es que debía afrontar la inversión en solitario. Demasiado gasto. Tanto que incluso se intentó subastar pero ningún promotor parecía interesado en ella, y a la Torre de Sociópolis parecía aguardarle un destino incierto. Hasta este miércoles, en el que Puig ha conseguido llegar a un acuerdo con Beunza para garantizarse la colaboración del Ministerio de Fomento. No sólo en la Torre, sino también en otras promociones de vivienda pública en localidades como Castellón, con 35 viviendas; en el distrito de Ciutat Vella, de València, con 34; o en Aspe, con 42. Fomento colaborará financieramente con la Generalitat para finalizar las promociones públicas que se quedaron paralizadas en la legislatura anterior e incluso antes. Madrid echará una mano para un ambicioso plan que, en total, aportará 295 viviendas: las 184 de la Torre de Sociópolis, y las 111 de las otras tres promociones.
En el caso de la Torre la parálisis es la mayor de todos los proyectos que se están estudiando. La apuesta decidida y personalizada por esta promoción se justifica por el hecho de que ella sola supondrá un balón de oxígeno para la vivienda pública en la Comunitat Valenciana, con un edificio que podrá albergar más de 500 personas. Asimismo, supondrá un incremento de la oferta de vivienda considerable, insistían desde la administración autonómica, con lo que se facilitará la reducción del precio de los pisos y de los alquileres. Y es que, insistían desde la Generalitat, para Puig “la vivienda pública es un tema prioritario”. No en vano, incidieron, la primera reunión del año del jefe del Consell ha sido para tratar esta cuestión.
El talón de Aquiles del anuncio de este miércoles es que no hay cantidades concretas aún sobre la mesa. De hecho, advirtieron las fuentes consultadas, los 12 millones de euros que aproximadamente hacen falta para terminar la Torre de Sociópolis pueden ser más. “Tenemos que volver a estudiar el proyecto porque igual es necesaria una inversión mayor”, apuntaban. De momento, según explicaban fuentes de la Generalitat, la única cifra que se puede adelantar son los 6,3 millones de euros que el Consell invertirá “a pulmón” las obras de vivienda pública en Ciutat Vella, Castellón y Aspe. La participación del Estado en estas promociones y, sobre todo, en la Torre, está por determinar, pero desde la administración autonómica adelantaron que sería monetaria y contante. El Gobierno habilitará una línea específica del Ministerio donde se encontrará el edificio inconcluso.
El proyecto no es a corto plazo, pero sí garantizaron que se articulara todo lo posible para que la promoción esté encauzada antes de mayo. Así, se unirá a las obras ya terminadas de urbanización de más de 110.400 metros cuadrados de superficie en el barrio, trabajos que han incluido instalaciones deportivas, amplias zonas ajardinadas, espacios verdes singulares, y áreas de juegos. La urbanización de la zona ha supuesto una inversión de 1,5 millones de euros con cargo a la Conselleria, y ha sido ejecutada a través de la EHVA por la empresa Pavasal. Una actuación que ha dotado a esta parte del barrio de amplios espacios verdes y áreas deportivas, con espacios singulares como un campo de más de 2.800 lirios.