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la primera pantalla grande que se enciende en la valencia post-covid19

El halo de luz que emite películas se desconfina: las sillas playeras y los achuchones vuelven al autocine

Una veintena de familias y parejas dejan de lado a las plataformas el primer día que pueden: "Había unas ganas inmensas de cine"

3/06/2020 - 

VALÈNCIA. Ayer fue el primer día en el que, aquellas personas que tuvieran la suficiente sed de cine en pantalla grande, pudieran saciarse. Una veintena de familias y parejas lo hicieron en el Autocine Star. No una gran sala con sistema de sonido envolvente, ni en el marco de un prestigioso festival con películas de vanguardia. En el cine más popular, el de las sillas playeras, el papel de aluminio envolviendo el bocadillo y los achuchones. Luis Notario, el gerente, observaba desde el merendero de al lado del bar como entraban los tres primeros coches a las 20:30 de anoche, una hora antes de empezar la primera película. Lleva, como otros muchos empresarios y empresarias, más de dos meses sin ingresar un solo euro. Suena de fondo, por la megafonía discreta de los postes, Bring a Little Lovin' de Los Bravos.

Aunque el Autocine Star habitualmente emite estrenos, hasta que las distribuidora no se reactiven, tendrá que reponer algunos de los últimos éxitos de taquilla. Notario ha elegido estratégicamente dos muy diferentes: Sonic, la película y The Gentlemen. Los señores de la mafia. Es estratégico porque el público de un autocine no es el mismo que el de un cine de sala: prácticamente todos los coches traen familias o parejas. Sonic para los primeros, Guy Ritchie para los segundos. Carles Miralles, del Autocine Drive-In, contaba en otro reportaje de este diario que la fórmula del éxito de este negocio era precisamente que su target era la que movía la industria del ocio: las parejas que necesitan intimidad y las familias que necesitan más espacio que una butaca.

- ¿Cuál es el público de tu autocine?
- Son... gente normal.

Foto: ESTRELLA JOVER

"Yo no creo en los reestrenos. No quiero reponer ni Cinema Paradiso ni Los Cazafantasmas. Porque si te gusta mucho esa película, ya la has visto suficientes veces. Mientras no haya estrenos, habrá que esforzarse mucho por elegir bien la cartelera. Es un trabajo muy laborioso", explica, mientras espera como agua de mayo a Mulan, a 007 o a Christopher Nolan. Esas serán las claves de su verano. Los blockbusters que le ayudarán a reponer algo de lo perdido estos meses.

Luis se levanta y se dirige a la torre en la que se ubica el proyector. En la cabina guarda un proyector de 35mm analógico "de recuerdo". En las bobinas aún está la última película que emitieron en ese formato, The Tourist, con Angelina Jolie y Brad Pitt, en 2010. Notario lo disimula muy bien por costumbre, pero se hace imposible fascinarse al estar dentro de una cabina de proyección. Es una sensación parecida a la de estar donde los pilotos de un avión, una sala de máquinas en la que te sientes privilegiado por el simple hecho de estar. Luis revisa el sistema y pregunta por walkie-talkie un par de cosas del programa de hoy. 

El bar tiene cerrado el comedor, aunque Patricia y Arnau siguen atendiendo con una mesa de separación con sus clientes mediante. La carta se ha reducido, pero han querido mantener los clásicos: el ranchero, la brascada y el mariachi. "Nunca fallan", dice Arnau. Y este redactor puede decir en primera persona que, en efecto y al menos el ranchero, no falla. "Nos sentimos privilegiados de ser los primeros", se despide Arnau, "¡Hacednos mucha buena publicidad en el artículo¡", añade Patricia.

Mientras, en la arena los coches siguen llegando poco a poco y se colocan: las familias con hijos e hijas se afanan por estar en primera fila y poder ver a Sonic de cerca. En la segunda y la tercera fila, ya empieza a haber parejas. Los más discretos ocupan el final del recinto, bien apartados de todo el mundo. Los testimonios del público son tremendamente parecidos. A Fernando, de València, y a su hijo de 5 años se les hacía pequeña la casa y el paseo, "me gusta mucho el autocine, y cuando puedo, vengo". Anuk y Noah, dos niños que han venido gracias a su madre, están ya esperando en los asientos del piloto y copiloto. Debutan en el autocine y dicen tener muchas ganas aunque no se hacían una idea de cómo sería. En todo caso, han sido precavidos y llevan dos pulseras de repelente de mosquitos, por si las moscas. Diego y su pareja miraron ya la cartelera la semana pasada porque querían "venir antes de que acabara el Estado de Alarma". Verán la primera y si "no es muy mala", se quedarán a la segunda. Fátima y José Luis fueron el primer coche en entrar en el autocine de la era post-covid, es la primera vez de Fátima ("parece mucho más cómodo que los cines habituales"), mientras que José Luis es asiduo ("tenía mono de autocine"). Vienen preparados para aguantar toda la noche. Estas son algunas de las personas que, el primer día que han podido, han dejado de un lado las plataformas para ver el cine en pantalla grande.

Foto: ESTRELLA JOVER

Sigue sonando música en los postes. Bill Justis, los Jersey Boys y Paul Revere & The Raiders. Es decir, exactamente lo que se espera en un autocine.

El inicio de la película casi nunca es puntual porque depende de la luz. Hasta que no oscurezca, no se puede empezar a proyectar. Hoy solo se retrasa unos pocos minutos. Hay una veintena de coches cuando empieza la primera película. El halo de luz se enciende. Ha vuelto. Han pasado más de 80 días sin él. Cuando empiezan los títulos de crédito, la gente ya está plenamente acomodada: las familias fuera del coche en sus sillas plegables, las parejas recogidas dentro de su coche. Todos como en casa pero fuera de ella. Algo tiene la pantalla grande, que desde sus primeras proyecciones, hacen sentir algo diferente. 

- ¿Va a cambiar mucho la experiencia con el nuevo protocolo de seguridad?
- Es un cine... La gente estará en sus coches y verá exactamente lo mismo, así que no. Simplemente, si salen por ahí, tendrán que llevar mascarilla. Pero es un cine - responde Luis Notario, que al empezar la película se coloca en la ventana libre de la sala de proyección. 

Foto: ESTRELLA JOVER

Depende de cómo vaya el verano, no descarta cerrar; y confiesa sentir tanta preocupación como esperanza. Preocupación porque, este año más que nunca, ha de pensar en hacer la mejor cartelera posible este verano. Esperanza porque el halo de luz que emite películas se ha desconfinado, y como el flautista de Hamelín, el público (casi) nunca falla.

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