MADRID. De verlos como protagonistas en películas de ciencia ficción o como noticia en algún informativo, a encontrarlos dándonos la bienvenida a la entrada de Carrefour o ejerciendo de maestro de ceremonias en algún evento. Los humanoides, restringidos hasta hace poco a los ámbitos de la investigación y la docencia, exploran ahora el escenario emprendedor y lo hacen mostrando no la parte distópica sino su cara más amable.
Nao es un robot humanoide de desarrollo francés (Aldebarán Robotics, subsidiaria de la japonesa Softbank ) que mide 58 cms, pesa 4,3 kilos, habla 19 idiomas, baila, hace taichí y es capaz de interrelacionarse con sus iguales pero también con los humanos, a quienes sigue con la mirada y llama por su nombre. Es, entre los humanoides, el más popular, al menos hasta que llegue en octubre Pepper, “su hermano mayor” que es el que pretende comerse el mercado masivo. Ambos fueron protagonistas, la semana pasada, de la Master Class Nao, robótica aplicada al sector de los negocios, dentro de un programa del Internet de las Cosas (IoT) que ofrece The Valley Digital Business School. “Estoy convencido de que esta parte de la robótica será clave en el IoT” aseveró Juan Luis Moreno, uno de los profesores.
Entre las novedades que incorpora Pepper se hallan una tablet insertada en el pecho, mayor estabilidad, autonomía y cierta capacidad emocional para reconocer estados de sorpresa, tristeza o alegría. Y es su potencial para facilitar relaciones y conectar con la tecnología lo que aprovecha el sector del marketing para llamar la atención. “Es increíble la cantidad de clientes que hemos ganado gracias a Nao”, decía Victoria Jaramillo, de la división de robots de Juguetrónica, partner y distribuidora oficial del humanoide en España.
“Su apariencia, su voz amistosa y sus movimientos llaman la atención allá donde va. Además aporta a las empresas una imagen de innovación tecnológica”. Algunos establecimientos de Carrefour, ferias o eventos forman parte del itinerario habitual de Nao acomodando el discurso al entorno.
No obstante, la personalización de los humanoides puede entenderse tanto como una ventaja, porque permite “infinitas funcionalidades”, como un defecto, porque esas funcionalidades dependen de un programador. Es decir, que si alguien está pensando en comprar un humanoide relativamente barato como es Nao (unos 6.000 euros) como valor añadido a la empresa, que sepa que necesitará también de los servicios de un desarrollador que le escriba el guión ad hoc conforme a sus intereses. En cuanto a las funcionalidades, por citar alguna de las que ya ejerce, están la de recepcionista de hotel, guía de museo, vigilante de un espacio, actor en una obra de teatro o community manager, que también sabe hacer fotos y lanzarlas a las redes.
Es al nicho del desarrollo de estas aplicaciones hacia donde algunas empresas han movido el foco, como es el caso de Casual Robots . “Nosotros nos encargamos de ponerle alma a los humanoides”, dice Víctor Velado Quintero, responsable de MSL Media. Su aportación en este campo de la robótica es, pues, dotar de funcionalidades al humanoide mediante el desarrollo de software que justifiquen la utilidad de la máquina. “Hacen falta ciertos conocimientos de robótica y de mecánica, porque son piezas articuladas, pero lo fundamental aquí es que son los clientes quienes nos enseñan y orientan en las posibles aplicaciones”, cuenta.Una de ellas la han desarrollado para una clínica dental a pie de calle que ha sustituido a la recepcionista habitual por un humanoide. “El robot está conectado a una pantalla en la sala de intervenciones de manera que el médico puede controlar las entradas sin abandonar su trabajo. Mientras, el humanoide entretiene la espera del nuevo paciente o le invita a jugar con la tablet”.
Pal Robotics es la única empresa nacional que ha lanzado al mercado humanoides de diseño propio. El primero fue Reem que ha estado presente en más de un centenar de eventos, conferencias y ferias alrededor del mundo. “Un robot de tamaño humano como Reem es una herramienta muy potente para diferenciar las empresas en ferias y congresos y les hace destacar. Reem ofrece una experiencia única al interactuar con los visitantes y darles un servicio innovador”, apunta Francesco Ferro, CEO de Pal Robotics.
Otro desarrollo posterior de la firma fue Stockbot, este ya sin forma de humanoide, pero sí como un robot móvil que realiza el inventario de tiendas y almacenes navegando por los pasillos durante la noche.
Tanto en uno como en otro caso existe la opción de compra pero la mayoría de los clientes prefieren alquilarlos y valerse de ellos de forma puntual.
Así que, aunque se hayan facilitado varios ejemplos de usos comerciales de los humanoides, ninguno de los consultados aporta datos de conversión ni ninguna de las empresas tiene la venta o distribución de humanoides como principal fuente de ingresos. También la compañía valencia robotnik cuenta con una división de humanoides para distribuir a OP2 “pero representa una ínfima parte de la facturación” aclara María Benítez. “Nuestras áreas de negocio se enfocan al I+D, trabajando con departamentos tecnológicos y con Universidades, de manera que el humanoide los distribuimos sólo para la investigación, no para tener un mayordomo en casa”.
Tampoco el investigador Francisco Martín Rico ve cercana la posibilidad de que los humanoides nos quiten el puesto de trabajo. “Todavía la queda un largo recorrido a la inteligencia artificial para conseguir que un robot aprenda o tome decisiones por sí mismo. Los robots tienen sentido para sustituir a los humanos en tareas peligrosas, en las que son muy repetitivas o en las que entrañan riesgos para la salud, pero de ahí a sustituirnos…”. Francisco Martín es doctor y profesor en el grupo de robótica de la Universidad Rey Juan Carlos desde donde ha trabajado con humanoides aplicados a terapias para personas con Alzheimer. “En este campo sí se ha demostrado que el robot es una herramienta útil para la estimulación cognitiva del paciente pero, claro, con un guión escrito por terapeutas especializados”.
También se han probado con éxito para pacientes con trastorno del espectro del autismo. Prueba de ello es el Hospital de Manises de Valencia que introdujo a Coco en la unidad de Neuro-rehabilitación infantil cedido por el laboratorio de robótica de la Universidad Jaume I de Castelló.
Con un bagaje científico que aúna conocimientos de ingeniería electrónica, inteligencia artificial, robótica y neurociencia, Carmena logró el éxito como emprendedor en EEUU con una compañía de biotecnología. Hoy, este valenciano trabaja con otros científicos españoles de impacto internacional como Rafael Yuste y Álvaro Pascual-Leone en la puesta en marcha de un ambicioso Centro Nacional de Neurotecnología (Spain Neurotech), concebido con vocación de convertirse en un referente internacional.